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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
ÁNGEL RAÚL MORINIGO INCHAUSTI
 
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Ángel Raúl Morinigo Inchausti

Ángel Raúl
Morinigo Inchausti

Dr. Juan León Mallorquín (Paraguay)
Reside en Ciudad del Este
(Paraguay)

Rub' al-Jali. (El cuarto vacío)

(Jotabé tetradecasílabo)


Con parsimonioso vuelo se marchan los días,
derramando su canto sobre la arena. Frías...

Son las tardes que desmayan en el corazón.
¿Qué parte de mí queda en el reloj? ¿La razón
que busca en los versos una gota de ilusión,
o las cenizas del olvido en una canción?

Siento que la memoria ya no recuerda nada;
está llena de ayeres, pero, sin alborada.

Y llevo, multitud de soledades sombrías...
Del «Rub' al -Jali» donde muere la ensoñación,
del alma que busca regresar a su morada.



Sendero del poeta


(Jotabeíno con rima leonina)


Es la libertad del poeta, el sendero,
y la soledad en su mar... un lucero.

En su corazón, la belleza es ternura,
con la inspiración de sagrada blancura.
¿Y su posesión? La dichosa locura,
de la ensoñación que en el alma fulgura.

En su padecer, la palabra, es consuelo;
el amanecer floriverde del cielo.

Su felicidad es verter con esmero,
en la creación el amor que perdura,
al atardecer... perfumando el desvelo.



Sembrando en Rima Jotabé


(Jotabé tetradecasílabo)


En Rima Jotabé voy sembrando mi quimera,
la alegría de ser... en otoño, primavera.

Con la musa, que es un misterio radiante en flor,
voy buscando de la vida... belleza y amor;
soñando con un mundo sin guerras ni dolor,
unidos como hermanos por un mundo mejor.

Cada Jotabé guarda el efímero presente,
de un suspiro que nace de la vétera fuente.

Y más allá del tiempo y la noche que me espera,
en su Rima ha de vivir por siempre el ruiseñor...
Que un día en mi corazón, derramó lo que siente.


Sombra

(Jotabé decasílabo)


¡Oh! Viejo fantasma de la sombra,
quedo escucho tu voz que me nombra...

En el claustro del tiempo, olvidado,
vagando entre ruinas del pasado,
a la eterna noche encadenado,
ciego y... para siempre atormentado.

En tu pecho la herida sangrante,
humea y fluye cual eco errante...

Y en tu rostro, mi rostro me asombra;
sueño de mi sueño, desterrado...
Había olvidado... tu semblante.



«Mañana»


(Jotabé)


Estábamos conversando, «Mañana»,
lo recuerdo muy bien; por la ventana

corría el tiempo de mil ilusiones,
y brotaban de nuestros corazones...
Deseos de alcanzar constelaciones,
allende de efímeras estaciones.

El albor con el ocaso, reunidos,
bajo el sopórtico de sueños idos.

En silencio, nuestra noche pagana,
guardaba las musas y las pasiones,
porque, «Mañana», estaremos dormidos.



Un canto de fe. (A César Vallejo)


(Jotabé tetradecasílabo)


Tu voz, es fuego elemental de vastos jardines,
del alma que siembra notas de azules violines.

Tu corazón sangrante de poesía llena,
angustiado vierte su canto sobre la arena,
del sueño que nace con la marchita azucena,
ya parco de esperanza y rebosante de pena.

Entonces de hinojos, la oración fue tu consuelo,
Laudes divinos ante la cruz, mirando el cielo.

Y nutrido de fe florecieron los jazmines,
que perfumaron tu despedida en tierra ajena;
terminando en París el dolor de tu desvelo.



Espera


(Jotabé)


Soy un verso de canto desnutrido,
sombra del alma, a viento devenido.

Vil fantasma con ojos de quimera,
cuya voz sin alas la noche espera,
con su copa de dicha pasajera...
Ya sin llama de otrora primavera.

Y sediento clama mi corazón,
el perfume en el sendero de Sión...

Mientras, bebo los ecos del olvido,
esperando al Pastor en la pradera;
porque sin Él, no tengo salvación.



Alma, amor y vida


(Jotabé)


Blancas estelas dejaron tu lira...
Sueños del alma que de amor suspira.

Hacia lo absoluto fue tu sendero,
cruzando el tiempo, paciente viajero,
y forjaste en la fragua del lucero,
la voz pura de un corazón sincero...

Voz que fluye a la etérea corriente,
de la palabra que el amor consiente.

Tu corazón que ama, a amar inspira
Pedro Salinas, con pasión y esmero,
pues el amor cura el alma doliente.



¿Vivo?


(Jotabé tetradecasílabo)


Es tan silente el camino y... me siento cansado,
siguiendo la tea del peregrino olvidado.

Y voy... poblando con metáforas la llanura,
donde el pastor solloza, su pena con ternura,
a la fuente que rebosa de alegría pura,
irisando la luz de la llama que perdura.

Pero, en mí, solo perdura la noche sombría...
Y soledad... y soledad y melancolía.

Lunas y sueños marchitos yacen a mi lado.
Solo palabras mudas habitan mi locura.
¿Vivo? No sé, pero, sé que muero cada día.



Luna del bardo


(Jotabé)


«¡Oh, luna, espejo del tiempo!»- decía,
el viejo bardo con melancolía.

Y en tu papiro de plata fulgente,
vertía sueños de su alma doliente,
y en tu fragua de quimeras, silente,
bebía rosas de amores ausente.

En tu memoria las eras quedaron,
con sus ríos de arena que dejaron...

Como alfiles de la torre vacía,
custodiando el camino sin presente,
de los nautas que jamás regresaron.



¿Dónde estás poesía?


(Jotabea)


En estos versos hay gotas del alma mía...
Y silencio y rocío... pero no poesía.

Hay valles y quimeras y palomas y viento...
Y un cielo de nostalgia que llueve mi lamento.
Hay sendas espinosas, dolor y sufrimiento,
pero no poesía, sino un pálido aliento...

De la rosa marchita que en el sueño perdura,
como una tersa llama para la noche oscura.

¿Hay lágrimas? ¡Sí, muchas! También melancolía
que el corazón desgarra con el amor que siento...
Pero no poesía de utópica blancura.



El sur lejano


(Jotabé dodecasílabo)


He viajado al sur... ese sur lejano,
lugar sin espejos, ni el bifronte jano.

Caminé por frías playas desoladas
de tiempos ya idos; todas olvidadas.
En la roja arena, las huellas pasadas,
dejaron sus rostros de lunas rosadas.

Entre todas, solo; me veo distante,
soy polvo y rocío de la noche errante...

Pálido centauro del sur, soberano
del silencio eterno. Tristes madrugadas
del sur, siendo el sur, mi vida menguante.



Mis rosas


(Jotabé)


De la noche Parca brotan mis rosas,
con alas de frágiles mariposas.

Tienen el aliento del alma mía...
De la vaga sombra en la lejanía...
De mi corazón... la melancolía,
con el dolor de ser sin poesía.

Jamás verán la luz de la alborada,
ni abandonarán la tierra olvidada.

Y serán en la penumbra las diosas;
añoranzas en la noche sombría,
para ser de mis días... su morada.



Tierra sangrante


(Jotabé tetradecasílabo)


¿Qué más puedo hacer, sino derramar la salada
herida del alma contra la lúgubre espada?

Llanto de impotencia que desgarra el corazón,
frente a la crueldad en nombre de la religión.
Una vida vale mas que otra... ¿por qué razón?
Si somos pasajeros en la misma estación.

Yo, nada puedo hacer, sino llorar compungido,
por los niños... cuyo pecado es haber nacido.

Pobre tierra, donde dicen: «la guerra es sagrada»,
la vida no vale nada... es carne de cañón,
todo es destrucción; la paz... jamás han conocido.



Arroyito


(Jotabé dodecasílabo utilizando el recurso del anagrama)


Baja de la montaña besando el viento,
corre sobre la piedra en dulce lamento.

Cruza La Pampa vieja de los arrieros,
que cabalgan sus penas con rostros fieros,
poncho de lana y bayo sus compañeros,
van dejando una copla por los potreros*.

Arroyo de la montaña, en la llanura...
agüita que bebe el «Kolla»** en tierra dura.

Una tarde Atahualpa dejó su aliento,
en la ribera cantando a los troperos*;
voz de La Pampa y fuego, de la bravura.


Palabras que son anagramas: potreros, troperos.

** Kolla, Coya o Coqa: En Argentina, el término "kolla" se refiere a un pueblo indígena originario de la región andina, principalmente de las provincias de Jujuy y Salta.




Edénica pasión (A Delmira Agustini)


(Jotabea con rima leonina)


Es fuego y melodía... tu edénica pasión,
la carne es poesía... la luna el corazón.

Y es tu lirio rosado... la puerta celestial
con aroma a pecado del sacro manantial,
donde derrama el hado su trino de turpial,
temblando enamorado sobre el lecho fluvial.

Poeta de belleza sublime... del oriente,
tu luz es la proeza que brilla en el presente.

Modernista en tu día, sin velo tu razón...
Con amor has legado tu canto primordial;
la rara sutileza de un corazón ardiente.



Roto


(Jotabé tetradecasílabo)


Perdí la llama de la vida y de la verdad,
abrumado vestí mi silencio en soledad.

Y perdido la locura, lloré la razón...
sangrando mis noches al vacío corazón,
sin más horizonte que una lejana ilusión;
camino sin consuelo a la postrera estación.

Ya no veo duendes, ni cronopios bailarines,
ya no escucho galopar a Arión por los confines.

Soy una estatua rota en la ruinosa ciudad,
un fantasma de piedra que guarda la expresión,
de la humana condición... al sonar los clarines.



José Martí (Volverá tu legado)


(Jotabé)


El cirio que encendiste en la tormenta,
arde... como el sueño que lo alimenta.

Tu noble ideal en verso aromado,
perdura como un fuego consagrado,
a la libertad por lo que has luchado,
sin tregua, siendo poeta y soldado.

Ya se acerca un hermoso amanecer,
y tu pueblo cantará por doquier.

Cuba será libre de la sangrienta
tiranía; que es tu sueño anhelado,
volverá tu legado a florecer.



Elegía a un viejo pintor


(Jotabé tetradecasílabo)

descansa en paz amigo Ezequiel.


Pintó una mesa rectangular, de madera,
con una bandeja encima y en ella, una pera.

En el fondo, difuso, con múltiples colores,
esconde entre burdas pinceladas, los fulgores...
De un idílico paisaje radiante de flores,
con un cielo de pájaros, nubes y vapores.

Y colgó como un tesoro en el viejo taller,
para que todos sus amigos pudieran ver.

Para nosotros, era una pintura cualquiera,
había pintado otros, muchísimos mejores...
Solo después supimos, que le llamó: «Mi ser».



Viajero


(Jotabea con rima leonina)


La brisa perfumada... de luna y azahar,
trae de madrugada dulces ecos del mar.

¡Cuánta felicidad te espera... marinero!
Te digo mi verdad; yo de nostalgia muero.
Lejos... en soledad, camino lastimero,
buscando la beldad de un rayo de lucero.

Aquí, todo es quimera. Bajo el sol reluciente...
El alma es prisionera de la bruma silente.

Y la bella alborada que invita a navegar,
la fatua claridad del eterno viajero,
es siempre la primera que busca el mar, doliente.



El aljibe


(Jotabé tetradecasílabo)


El viento del sur es una espiral y, las calles...
sombras melancólicas recorriendo los valles.

La secreta medida del oscuro recinto,
es la guitarra que lleva un puñal en el cinto.
El tigre... decoró con oro su laberinto;
en el espejo es uno, pero, a la vez distinto.

Como la luz del persa, por el Magno apagada,
a sus ojos, la ciudad de Biblos, fue vedada.

Pero, Funes, guardó para él todos los detalles,
el aljibe, los símbolos, la rosa, el jacinto...
¿Y Borges? Él, sigue contemplando la alborada.



Nostalgias de otoño


(Jotabé)


De nostalgia llena pinta el paisaje,
el ábrego aliento sobre el follaje

del bosque... plácidamente dormido;
mientras, el sol, de ímpetu reducido,
entre grises nubes asoma herido,
contemplando el soto de ocre vestido.

Silentes caen las hojas... ¡Qué pena!
¡Ay! ¿Qué será de mi pobre azucena?

Su dosel de seda y de blanco encaje,
belleza orlada del campo florido...
¿Guardará su flor de llama morena?



La grulla en vuelo


(Jotabé)


Las nieves del invierno llegarán,
y los sauces sus flores dejarán.

Con Chu todas las noches soñaré,
sus calles, sus campos, recorreré,
Y en la fiesta del dragón bailaré,
con la musa de quien me enamoré.

Y en el mirador donde me besó,
dirá la luna: «Por fin regresó».

Hoy lejos, pregunto: ¿Cómo estarán?
Mis amigos que jamás olvidé...
Ya no los veré... la grulla voló.



Símbolos y misterios


(Jotabea)


¿Qué símbolo vetusto representa la nada,
el silencio del alma, la memoria olvidada?

Veo caer la nieve sobre *«el punto» perdido;
con el **«Y» cumplirá pronto su cometido...
Y no tendrá respuesta, sino, un vago sentido,
del misterio que guarda la bella flor del gnido.

Siento al séptimo arcano recorrer diligente,
el onírico tramo del albor al poniente.

En el va mi utopía, dejando la morada...
Del ermitaño ser con la duda vestido,
cuyo bello destino, fue beber el nepente.


* El punto: Simbología, el origen de todos los signos y, además, su esencia más íntima.
** Y: Simbología, el hombre con su mirada clavada en lo alto con los brazos extendidos.




Valenciano acento


(Jotabea)


Idioma valenciano de melódico acento,
trinar de ruiseñores, alas del manso viento.

Guardas en tu sonido, memorias del ayer,
leyendas y victorias que brillan por doquier,
siendo la voz florida de un nuevo amanecer...
¡Oh! Llama de Valencia... la flor del «Taronger».

Habita en tus palabras la belleza más pura,
el alma de tu pueblo que de dicha fulgura...

Ufano por tener el valenciano aliento,
el noble sentimiento, de ser y competer...
El hermoso lenguaje, que en la tierra perdura.


(Joabé ganador del Premio Valencianía «Fulla del Taronger» del IV Concurso Poético Internacional «Canto a Valencia»)



Pobre Fauno


(Jotabé tetradecasílabo)


Caminando por el campo, imagino escuchar,
al bicorne flautista... de tristeza llorar.

Sin árboles; el bosque en desierto convertido.
Sin jacintos; marchito el verde prado florido.
Sin pastor, lamentando su suerte, dolorido,
sentado en la piedra con el corazón partido.

Y el murmullo, arcano lenguaje de la corriente,
sin el cabrero sin nombre, perece silente.

¡Ay, cuánta soledad, cuánta desdicha sin par!
ver surcar el cielo, como un pájaro sin nido,
el sueño perdido, del pobre Fauno muriente.



Soledad


(Jotabem)


Mi soledad no es ausencia,
sino la grata presencia...

De un misterio conocido,
que más allá del olvido,
viene buscando el latido,
de mi corazón herido.

Ella es la noche silente,
vaga sombra, mi presente,

flor de lunas y conciencia,
de que todo lo vivido,
se llevará la corriente.



Indómito


(Jotabé)


José Hierro, perenne es tu legado,
tu voz de vate jamás han callado.

Lejos del mar, en la cárcel sombría,
fuiste un mar de sueños y poesía,
y tu corazón, que en ritmo latía
con las olas... en versos florecía.

Hoy tu flamígera inspiración viste,
la serena flor que al tiempo resiste.

Y en el olimpo un lugar has ganado,
indómito vate, por la osadía,
de ser alegría en un lugar triste.



Poniente


(Jotabem hexasílabo)


Es dulce ambrosía...
Mi melancolía.

Paloma silente
de luna creciente,
vaga flor doliente
de noche inclemente...

Libando el rocío,
del desierto umbrío,

sin más sinfonía,
que la del poniente,
temblando de frío...



Se fue el poeta


(Jotabé tetradecasílabo)


Se fue el poeta ya muy cansado de soñar,
se fue, Lindor del Monte, con la brisa del mar.

Y dejó sus versos... en ellos su corazón,
que sigue palpitando con sacra inspiración.
Se fue simplemente, no sabemos la razón,
un día dijo: -me voy- sin más explicación.

Y se marchó, como un crepúsculo arrebolado,
cabalgando por parajes, tal vez, desolado.

Quizá regrese, siempre le vamos a esperar,
pero si no, respetaremos su decisión,
dolido el corazón, pero, jamás olvidado.



Colores de largo destierro


(Jotabé)


Aroma el silencio el patio rozado,
difusa la luz... del rayo morado.

Mármoles verdes con grietas marrones,
reflejan... azules constelaciones,
el rojo deseo de las pasiones,
mira el polvo de blancos panteones.

Tiembla de frío la luna amarilla,
sobre la roca gris de una capilla...

Mientras, yace en la parda tierra el hado,
con su naranjo en flor... (las estaciones);
ya sin ilusiones su negra arcilla.



Al querido maestro Juan Benito


(Jotabé tetradecasílabo)


Feliz cumpleaños apreciado Juan Benito,
que este día tan bello lo pases muy bonito...

Y de regocijo se llene tu corazón,
compartiendo con tu familia la bendición
que Dios te ha dado, para vivir con devoción;
siendo un hombre probo, de lucha y superación.

Nosotros, tus jotaberos con algarabía
festejamos tu «cumple» con buena poesía...

Y te dejamos todo nuestro amor por escrito
en Rima Jotabé, gritando con emoción:
¡¡¡Viva... viva Juan Benito!!! Con suma alegría.



Sutratma


(Jotabea)


Bajo el arco ojival, la circular fontana...
Es el hilo de plata que describe el purana.

Témenos de misterios, que guarda la razón,
de la lucha del Yo, buscando el corazón...
Su caballo salvaje tan solo es ilusión,
espejismo que bebe de la vana ambición.

Pero... ¿quién va a la fuente siendo él mismo la fuente?
El sol, siendo la aurora, también es el poniente.

Siendo uno, serán muchos, su memoria lejana,
sus cosmos sin nirvanas, su cuerpo la prisión,
el ego, la pasión; abismos de la mente.



Ahasverus


(Jotabé)


¡Ay, cómo duele la tarde que llega!
Con alas rotas de tórtola ciega...

Su aliento de mustia esperanza llora,
sobre la arena su flama de otrora,
su débil candil corazón de aurora,
deja a la luna la pena que aflora.

La novena casa, tierra de olvido,
descubrió su puerta al sueño perdido.

Sufre «El errante», por la muerte ruega,
pero, ya muere la tarde que dora,
su ser que ahora, clama arrepentido.



Contigo


(Jotabea)


Mi corazón estaba marchito, desolado,
en la bruma latía... de la vida cansado...

Pero llegaste tú, como lluvia serena,
sobre la vastedad de mis noches en pena...
Y pude sonreír con la esperanza llena,
de tus ojos de abril y encanto de azucena.

Me diste con ternura tus pétalos en flor...
Y colmaste mi vida de belleza y candor.

Contigo la tristeza se marchó de mi lado,
eres mi paraíso, mi felicidad plena,
eres mi dulce luz... eres todo mi amor.



Aquel día


(Jotabé dodecasílabo)


Tengo del campo la brisa perfumada,
con dorados trigos de grana alborada.

Y del viejo roble el dichoso momento,
de encontrarme contemplando el firmamento,
bajo su sombra, mi fugaz aposento,
libre de yugos, volando como el viento.

El arpegio canoro era poesía...
Era toda belleza, toda armonía...

Hoy la senda que conduce a mi morada,
está repleta de bejucos y siento,
que jamás seré feliz como aquel día.



Amor sin bruma (Mario Benedetti)


(Jotabea Exacto con rima leonina. 33 letras por verso)


Con pétalos de rosas se viste tu sendero,
radiantes mariposas derrama tu lucero.

Son tus notas sentidas, de dulce corazón,
palabras encendidas de perenne pasión,
suavemente vertidas en serena oración,
en las tardes floridas de divina visión.

Benedetti, sencilla la prosa de tu pluma...
Como la luna brilla, como jazmín, perfuma.

En noches dolorosas decías un te quiero,
a las musas dormidas en silente prisión,
besando la mejilla del amor ya sin bruma.



Metáfora del elefante


(Jotabé)


En la sombra descansa un elefante...
El río corre, el sol está distante.

El viento sopla, levanta la arena,
el horizonte de polvo se llena...
ya croa la rana de dicha plena,
pronto llegará la lluvia serena.

(A lo lejos alguien, de pena llora,
Sobre la piedra su llanto evapora).

La natura en iteración constante,
no mira, ni escucha, al llanto es ajena...
El ya libre elefante conmemora.



Mujer


(Jotabé)


Noble mujer, divina creación...
El amor palpita en tu corazón.

La beldad en ti forjó su morada,
reflejo sublime de la alborada...
Perenne llama de luz tu mirada,
cual Inmarcesible luna sagrada.

Eres la vida del tiempo futuro...
Y del pasado, el presente seguro.

Todo sentido, belleza y pasión,
brindas a la existencia desolada,
del hombre que fluye al mar claroscuro.



El portal de Dite


(Jotabea)


La pálida candela del sol en despedida...
Lloraba silenciosa suspirando dolida.

En el portal de Dite mi corazón latía,
esperando consuelo para tanta agonía;
besaba la brumosa faz que le consumía,
cansado de pesares y de melancolía.

En la vaga quietud, Morfeo contemplaba...
Con horror la vigília que mi ser torturaba.

Y mustia la esperanza, de serenar mi vida,
la bella soledad... radiante sombra mía...
Contemplaba la noche que en mi pecho sangraba.



Kioto


(Jotabé)


Muy pronto tendrá frutos el ciruelo,
y las ciruelas... caerán al suelo.

Se derritió la nieve... y un olor
suave ya se percibe en derredor;
es la primavera con su primor,
dando a Kioto sus cerezos en flor.

De lejos vienen para contemplar,
la bella Kioto que hace suspirar...

Cuando llega como un faisán en vuelo,
engalanada de luz y color...
la prímula imposible de guardar.



Muerte


(Jotabé)


La noche de marfil es una rosa,
de fuego elemental y temblorosa...

Que me seduce paciente y florida,
con su ternura de musa dormida;
cuyo tálamo de pasión nutrida,
aguarda mi llegada, convencida...

De que su beso de ciprés y olvido...
Ha de curar mi corazón herido.

Mi vuelo de efímera mariposa,
me lleva a su morada, concebida,
para soñar el sueño compartido.

 
     
 
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