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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
ANÍBAL JOSÉ GARCÍA ESPINOZA
 
Poemas página 01
Poemas página 02
Poemas página 03
Poemas página 05
 
Aníbal José García Espinoza

Aníbal José
García Espinoza

San Félix De Guayana, Edo. Bolívar (Venezuela)
Reside en Manaos (Brasil)

Prisionero del hombre

(Jotabé dodecasílabo)


Sus follaje crece en la selva secreta,
tocar las nubes es su inspirada meta.

En su sueño a muchos seres abrigó,
de la lluvia y el frío los protegió,
las tempestades con fuerza resistió;
llegó a la cima y nadie se lo impidió.

Del joven bosque se tornó consejero,
hogar especial del pájaro viajero.

Pensó que su alma al fin estaba completa,
pero una mañana el hombre lo encontró;
y se lo llevaron como un prisionero.



Juntas en Sión


(Jotabé)


Cuando el malvado al fin la liberó,
no era igual, su inocencia se perdió.

Sus días de oscuridad terminaron,
pero llora por las que se quedaron,
amargos días y meses pasaron;
y a casa sus amigas no llegaron.

Cada vez es más fuerte la oración,
se agiganta el dolor del corazón.

Pero la esperanza no se apagó,
tampoco la promesa que juraron;
¡volveremos a estar juntas en Sión!



Llegaste cuando me voy


(Jotabé dodecasílabo)


Cuando las horas estaban avanzadas,
y las luces del corazón apagadas.

Tú llegaste a mí, preciosa flor de abril
con aquel fulgor de pasión juvenil,
y me amaste de una forma tan gentil;
encendiendo otra vez mi viejo candil.

Ah, no es mucho lo que puedo ofrecer hoy,
pero lo que aún me queda te lo doy.

Gracias mi vida por las horas doradas,
y por alegrar la tarde en mi senil,
lamento que llegaste cuando me voy.



No te olvido


(Jotabé)


La esperanza de verte se demora,
madrecita no llegará la hora.

Parece que el cielo lo ha decidido,
nuestro encuentro se ve desvanecido,
esta ausencia bastante la he sufrido;
madre tu bien sabes que no te olvido.

Los años pasan tu pelo cambió,
ya de blanco nieve se revistió.

Y mi cuerpo también se deteriora,
en este nuestro mundo dividido;
que de triste soledad se cubrió.



El beso de papá


(Jotabé)


El fiel beso de mamá es sin igual,
mas el de papá tiene algo especial.

Ese roce de sus labios sagrados,
por los años un poco maltratados,
nos hace sentir seguros y amados;
dulce consuelo en los días nublados.

Es capaz de estremecer los sentidos,
hacer regresar los pasos perdidos.

Extraño aquel beso junto al umbral,
momentos que se quedaron guardados;
sus labios en el polvo están dormidos.



Amigo Juan Benito Rodríguez Manzanares


(Jotabé decasílabo)


Una notica nos ha llegado,
me deja un poco preocupado.

Pero la fuerza de la oración,
y la fe de cada corazón,
será cual río de bendición;
traerá mucha consolación.

Maestro y amigo Juan Benito,
su gran legado será infinito.

Él Señor se mantenga a su lado,
al final de Él es la decisión;
y desde aquí mi amor le transmito.



Batalla perdida


(Jotabé Verevés dodecasílabo)


Momentos grises como nubes oscuras,
cuando se terminan las horas venturas.

La tristeza aprisiona los sentimientos,
¡en que has fallado le gritas a los vientos!
el corazón navega entre pensamientos,
oscuras nubes como grises momentos.

Y en esa lucha buscando una salida,
se va acortando lentamente la vida.

Huyes evitando cometer locuras,
pero son en vano todos los intentos;
entiendes que la batalla está perdida.



Con hambre no se estudia


(Jotabé decasílabo)


Estudiar para nada aprovecha,
cuando en la barriga el hambre acecha.

El niño quiere mucho aprender,
lo que el maestro sabe ofrecer,
pero no consigue comprender;
su mente solo piensa en comer.

Otra vez la comida faltó,
el gobernante se la robó.

En su alma se agiganta la brecha,
malditos los dueños del poder,
sin piedad el pan arrebató.



Tesoro en el corazón


(Jotabé dodecasílabo)


En medio de la multitud que ofrendaba,
el Nazareno a una viuda observaba.

Los poderosos querían destacar
las riquezas que podían entregar;
con ellas no pretendían adorar,
buscaban gloria sin al cielo mirar.

Mas la viuda dio todo lo que tenía,
con amor sus dos monedas ofrecía.

De su vil pobreza no se avergonzaba;
lo que permanece solía buscar:
¡un gran tesoro en su corazón había!



Sueños teñidos


(Jotabé)


En mi corazón siento algo especial,
al hablar del Pabellón Nacional.

Amarillo las riquezas del suelo,
azul del mar acariciando el cielo;
ocho gaviotas blancas en su vuelo,
el rojo es la sangre dada en el duelo.

Mi bandera lleva sueños teñidos,
la gloria de soldados aguerridos.

Símbolo de un pueblo alegre y cordial,
verla ondear libre es su gran anhelo;
pues sus colores están esparcidos.



¿Quién le pone el cascabel al gato?


(Jotabemo)


En la casa vivían sin temor,
pues no existía ningún cazador.

Mas la felicidad pronto acabó,
cuando un felino a la casa llegó,
era pequeño mas pronto creció;
el terror por todos lados sembró.

Reunidos los ratones un buen rato,
buscando una solución de inmediato.

Entre ideas la propuesta mejor,
fue la que un ratoncito presentó;
¡le pondremos un cascabel al gato!


Mas, ¿quién de todos tendrá ese valor,
y se convierta en nuestro salvador?

La multitud de repente calló,
ningún valiente en la cueva surgió,
debatir tanto de nada sirvió;
el miedo a todos los aprisionó.

Hay mucho que aprender de este relato,
de lo que se vive hoy es un retrato.

Debates para aliviar el dolor,
de los males que a tantos ya mató;
al final nada sale del formato.


Basado en la fábula del mismo nombre.




Morir abandonado


(Jotabé)


Yo pensaba que era algún otro juego,
te vi partir sin decir hasta luego.

En mi triste agonía recordé
los momentos que contigo pasé,
esas horas que ansioso te esperé;
que era de la familia imaginé.

Sin embargo, tu más grande pecado,
fue dejarme a un árbol amarrado.

Me pregunto, ¿por qué el hombre es tan ciego?
en su vil crueldad el dolor no ve;
¡cuánta angustia es morir abandonado!



El grito de Dolores


(Jotabé)


Sonaron las campanas en Dolores,
declarando libertad sin temores.

Miguel Hidalgo dejó su sermón,
para iniciar una revolución,
cansado de ver tanta explotación;
pobreza, miseria, desolación.

Con él Allende, Josefa y Morelos,
blancos, mulatos, hasta los mozuelos.

Ser libre de sus viles opresores,
era lo que estaba en el corazón;
una causa apoyada por los cielos.



Mariposas blancas


(Jotabé dodecasílabo)


A pesar del tiempo debo confesar,
que aún tu mirada me pone a temblar.

Siento mi cielo todas aquellas cosas,
que vivimos junto a las tímidas rosas,
esas sensaciones lindas misteriosas;
revoloteo de blancas mariposas.

El tiempo en su trayecto no mudó nada,
tú continúas siendo mi dulce amada.

A tu lado nunca dejé de soñar,
me has regalado las horas más hermosas;
y pensar que la noche no está acabada.



No me sueltes


(Jotabé eneasílabo)


Si un día ves que quiero huir.
dejarlo todo y desistir.

Ven y abrázame con premura,
líbrame amor de esa locura,
reten mis pies con tu ternura;
hazme vibrar con tu dulzura.

Tan solo tú puedes hacer,
que mi luz vuelva a renacer.

Y envuelto en tu piel descubrir,
otra fascinante aventura;
ruego, ¡no me sueltes mujer!



Cataclismo


(Jotabé decasílabo)


Cuánta tristeza y desolación,
siento al llegar a mi habitación.

Ya mi pequeño hogar no es el mismo,
parece un completo cataclismo,
se abrieron las puertas del abismo,
llevando mi fe y el optimismo.

Mi gran lucha no valió la pena,
fue apenas una marca en la arena.

Viaja mi barco sin dirección
en las corrientes del fatalismo
con la noche gris sin luna llena.



Grito latente


(Jotabem)


Murió como un gran valiente,
dijo a la madre el teniente.

Mas la medalla de honor,
no tiene ningún valor,
ante el punzante dolor;
¡un hijo vivo es mejor!

Ah, ¿quién le dará consuelo?
a su alma apegada al suelo.

Que se oiga el grito latente,
de las madres, por favor;
¡no más guerras bajo el cielo!



Heridas


(Jotabé decasílabo)


Y al encontrarme con la verdad,
pude entender mi realidad.

Esa que entre sombras escondí,
en mi propio mundo que construí,
fingiendo lo que nunca sentí;
si, nadie supo cuando mentí.

Solo trataba de proteger,
aquel niño herido del ayer.

Al final se quedó en soledad,
y queriendo amar también herí;
pues amor no podía ofrecer.



Pasos tristes


(Jotabé)


Cuando en tus calles me vean andar,
llevando en mi rostro un triste pesar.

Sé bien que no todos entenderán,
muchas preguntas también surgirán,
y que estoy loco algunos me dirán;
tal vez los amigos me ayudarán.

Patria querida, a ti habré regresado,
pero no como lo había soñado.

Quería regalarte mi versar,
mas mis bellas letras se apagarán;
una vil saeta me ha traspasado.



La defensa de la mosca


(Jotabé decasílabo)


Por asquerosa soy conocida,
en las casas no soy bienvenida.

Como no soy una mosca atea,
doy gracias a Dios por mi tarea,
aunque tal vez sea la más fea
mas sin mí el campo no florea.

Con tantos desechos por doquier,
alguien tiene que descomponer.

También formo parte de la vida,
aunque sin querer cause diarrea,
me dejen cumplir con mi deber.



A Gerardo Giraldo Perez


(Jotabé)


Con las coplas de un buen acordeón,
quiero celebrar este galardón.

Que la Real Orden le ha concedido,
a un poeta humilde más distinguido,
San Pelayo con honor, lo ha parido;
este nombramiento es bien merecido.

Gerardo María, por tu labor,
ahora de Colombia embajador.

Que Dios te conceda su bendición,
para que sigas cual fuego encendido,
llevando luz para un mundo mejor.



Muerto en vida


(Jotabé pentadecasílabo)


Hoy la miré, vestía su traje tradicional,
supe de inmediato que había llegado el final.

Rogué que me dejara por un instante sentir,
aquel abrazo de mi familia y poder decir;
las palabras hermosas que nunca debí omitir,
besar a mi esposa y pedir perdón por discutir.

Sin embargo, entendí que nada se podía hacer;
ningún humano a la muerte ha podido convencer.

¡Cuánto lamento haber corrido tras lo material!
con los míos no disfruté el regalo de vivir;
si estaba muerto, solo que no lo podía ver.



Permíteme


(Jotabé tridecasílabo)


Permíteme explorar las áreas dormidas,
despertar en tu piel las pasiones prohibidas.

Permíteme llegar al punto que te excita,
mientras te susurro una palabra bonita,
hoy quiero hacerle a tu jardín una visita;
y resucitar aquella rosa marchita.

Permíteme ser tu pequeño ruiseñor,
venir a cantarte mil poemas de amor.

Permíteme ser tuyo, uniendo nuestras vidas,
para amarnos por siempre de forma infinita;
sin días oscuros, sin llanto ni dolor.



Amigos verdaderos


(Jotabemo)


A su amigo querían ver curado,
la vida en un lecho había pasado.

Del nazareno escucharon hablar,
ciegos y sordos podía curar,
paralíticos él hacía andar;
los muertos conseguía levantar.

llevándolo a Jesús con prontitud,
se encontraron una gran multitud.

Con coraje subieron el tejado,
y con cuerdas lo pudieron bajar;
el maestro admiró aquella actitud.


Y después de perdonar su pecado,
del lecho de muerte fue levantado.

Amigos así debemos buscar,
siempre disponibles para ayudar,
amigos que te inspiran a soñar;
y las lágrimas saben consolar.

El amor es una grande virtud,
amor que se entrega con pulcritud.

Si un buen amigo hoy tienes a tu lado,
un gran tesoro has podido encontrar;
nunca le pagues con ingratitud.



En un mismo cielo


(Jotabé)


Aquella linda noche pecho a pecho,
derretimos el frío en nuestro lecho.

La llama que parecía extinguida,
entre las sombras de una vil herida;
con perdón y caricias fue encendida,
reencontramos la ruta perdida.

Porque cuando el corazón quiere amar,
se encuentra una forma de caminar.

Estar unidos por siempre es un hecho,
los dos formamos una sola vida;
con un mismo cielo para volar.



Mango sabor a patria


(2 Jotabems)


Entre el mango y la manzana,
¡seguro que el mango gana!

Mango comía mi abuelo,
también yo desde mozuelo,
más dulce que un caramelo;
el fruto de nuestro suelo.

El sol le da su color,
la brisa su grato olor.

Es bañado en la sabana,
por la lluvia y el riachuelo;
que le dan su buen sabor.


¿Alguna vez se escuchó,
que la manzana salvó?

Mas en mi tierra querida,
se salvó más de una vida,
el mango fue la salida;
en la crisis desmedida.

En jugo, dulce o jalea,
el mango criollo campea.

Ah, todo aquel que emigró;
el mango jamás olvida,
sentir su aroma desea.



Un acto de compasión


(Jotabé dodecasílabo)


Una mujer interrumpió la reunión,
que se efectuaba en la casa de Simón.

Sabía que el Maestro estaba presente,
a sus pies se doblegó inmediatamente,
tenía un dolor, lloraba amargamente;
aunque gritaban que ella era una indecente.

Un perfume de alabastro derramó,
y con sus cabellos los pies enjugó.

Jesús les dijo: «¡Este acto de compasión
habrá de ser recordado eternamente,
pues para el día de mi muerte me ungió!»



Marchito corazón, corazón marchito

(Jotabé Anre)


Jotabé Anverso

Amor extraño el que los dos vivimos,
valor no damos a lo que sentimos.

Discutir para defender razones,
herir así con falsas presunciones,
dormir con tristeza en los corazones;
resistir el fuego de las pasiones.

Perdón eso debemos procurar,
comprensión para poder continuar.

Dolor al mirar lo que decidimos,
desistir rompiendo las relaciones,
solución no pudimos encontrar.


Jotabé Reverso

Vivimos los dos un extraño amor,
sentimos más no le damos valor.

Razones buscas para discutir,
presunciones que causan un herir,
corazones rotos van ha dormir;
pasiones que mueren al resistir.

Procurar debíamos el perdón,
continuar con la misma comprensión.

Decidimos lo veo con dolor;
relaciones rotas al desistir,
encontrar tal vez una solución.



Inmensa fidelidad


(Jotabé)


El Señor no retarda su promesa,
mi corazón con gran fe lo confiesa.

Pues es inmensa su fidelidad,
nunca falló, su palabra es verdad;
cuando toca pasar la tempestad,
Él nos dice: «Contigo estoy, ¡confiad!»

Oh, Señor, que no me invada el temor,
que nunca dude de tu inmenso amor.

Y no importa lo que mi alma atraviesa,
mayor que toda angustia es su bondad;
Él sabe bien consolar el dolor.



Poesía entre sombras


(Jotabé)


Se ocultó en las sombras mi poesía,
perdón más escribir ya no podía.

Tengo más de un sentimiento encontrado,
el cielo aún permanece nublado,
la fuente de mis ojos se ha secado,
mas el lloro del alma no ha parado.

Espero volver con mi reflexión,
con el verso que alegra el corazón.

Seguiré en esta dura travesía,
esperando ese día deseado,
Ah, cuando escriba desde mi nación.



Luto


(Jotabé)


Hoy no tiene gracia mi poesía,
se vistió de luto la patria mía.

Una vil patraña fue planeada,
para clavar más con la vil espada,
y sepultar la fe resucitada,
un dolor refleja cada mirada.

El mismo cielo nos abandonó,
las oraciones a Dios no llegó.

Seguirá reinando la tiranía,
y la diáspora será prolongada;
una terrible sombra nos cubrió.



Piedras vivas


(Jotabé tridecasílabo)


Tan solo un muro te quedó para llorar,
y la grandeza del pasado recordar.

Piedras vivas que conservan en su memoria,
los rastros de aquella ciudad llena de historia,
la hermosura de su santuario era notoria,
las tribus adorando a su Rey con euforia.

Subían cada año en las épocas sagradas,
llevando sus frutos y ofrendas separadas.

Por dos milenios has orado sin cesar,
para que vuelvan esos días de gran gloria;
voz de júbilo y salvación en tus moradas.



Tiempo glorioso


(Jotabé dodecasílabo)


Sin duda tienes un futuro brillante,
pero podrías destruirlo en un instante.

Vicios insanos te quieren arrastrar,
a un abismo difícil de retornar.
decisiones ciertas tendrás que tomar,
y buenos amigos para caminar.

Prudencia y sabiduría son aliados,
para que tus sueños sean alcanzados.

¡Juventud, tiempo glorioso y fascinante!
disfrútala sin nada que lamentar,
que tus días no sean aprisionados.



Instrumento de tu paz


(Jotabé dodecasílabo)


Señor, hazme un instrumento de tu paz,
llevar al mundo el evangelio eficaz.

Donde exista miedo, yo lleve valor
Donde reine el odio, yo lleve tu amor
que lleve alegría donde halla dolor
y la luz de la verdad donde hay error.

Oh, señor, que yo no busque el ser amado,
ni tampoco busque el ser yo consolado.

Que amar y consolar yo sea capaz,
tiene mayor honra el ser un servidor;
y que perdone para ser perdonado.

Tomado de la oración de Francisco de Asís.



Lluvia tardía


(Jotabé tetradecasílabo)


Padre, no pudiste soportar mi rebeldía,
era adolescente, mi propio mundo vivía.

Notaste que por nada te quería escuchar,
tal vez cansado de tanto sufrir y llorar;
una mañana de abril me dejaste de hablar,
el calor de tus brazos ya no pude palpar.

Mi corazón rebelde continuó su camino,
en las sombras de la noche forjé mi destino.

Mas tu obra dio fruto en mí como lluvia tardía,
oh, padre mi gran anhelo es poderte besar;
hoy las hojas cubren tu cuerpo cual pergamino.



Me esperabas


(Jotabé tridecasílabo)


¿Cuántas veces me esperaste al amanecer?
me levantaba pensando en mi quehacer.

Estuviste cerca durante todo el día,
para ver si alguna palabra te decía;
mas yo estaba tan ocupado en lo que hacía,
la estúpida rutina que me consumía.

Al llegar la noche, mi pobre alma cansada,
se iba a dormir otra vez si decirte nada.

Una cruel enfermedad me hizo comprender,
que tu bondad era todo lo que tenía;
y sin ti no hay felicidad en la jornada.



¡Hasta el final!


(Jotabé acróstico Sérmico decasílabo)


La dicha que yo tengo a tu lado,
vida mía es todo lo soñado.

Es plácido cuando me enamoras,
muy suavemente mi piel exploras,
bonita a ti te envidian las floras;
si no quiero que pasen las horas.

Tú reflejas el amor real,
estás repleta de algo especial.

Siempre me siento feliz, amado,
cerca de ti en todas las auroras;
amor quiero estar hasta el final.


Acróstico: La vida es muy bonita, si tú estás siempre cerca, amor



Rendirse


(2 Jotabés)


Rendirse a veces es bien permitido,
¿ante un bello amor, quién no se ha rendido?

Rendirse al ver el campo florecer,
al llegar la luz del amanecer,
y cuando las nubes dejan caer;
las gotas de lluvia al atardecer.

Rendirse al mirar el inmenso mar,
acariciando la arena al pasar.

Rendirse cuando en el cielo dormido,
las constelaciones se dejan ver,
y la luna azul comienza a brillar.


Rendirse en la mirada reluciente,
y la sonrisa de un niño inocente.

Rendirse ante Dios con gran devoción,
cuando derrama su gracia y perdón,
llenando el vacío del corazón;
despertando así una nueva canción.

Rendirse al sentir que la poesía,
toca los sentidos con simpatía.

Rendirse cuando el espíritu siente,
de una madre su abrazo y bendición;
¡rendirse no es señal de cobardía!



Proverbios


(Jotabé dodecasílabo)


Entrégame hijo mío, tu corazón
y no seas sabio en tu propia opinión.

Recuerda que tus días son vanidad,
no sigas a los que van tras la maldad,
ni con aquellos que hablan perversidad;
sus caminos están en oscuridad.

No des tus fuerzas a los vanos placeres,
pero disfruta de los amaneceres.

La prudencia es mejor que tener razón,
pues siempre ha de prevalecer la verdad;
¡hijo mío aplica tu alma a los saberes!



Quinceañera de escarlata

(Jotabé dodecasílabo)


Mi prosa no podría quedar por fuera
para homenajear la quinceañera.

Se viste de lino fino y escarlata
con orquídeas y zarcillos de plata
su gran belleza en el mundo se relata
poetas le cantan una serenata.

Quinceañera de radiante fulgor
danza alegre al lado de su creador.

Su esencia es como mágica primavera
en ella la poesía se retrata
y el verso sublime tiene otro color.



Los niños sin prisiones


(Jotabé)


Cuán solitarias están las calzadas,
donde sonrisas eran escuchadas.

Solitarios están los callejones,
donde nacían imaginaciones,
y se escuchaban hermosas canciones;
el canto de los niños sin prisiones.

El pequeño parque está desolado,
llora el árbol ya nadie lo ha montado.

Se apagaron los sueños con las hadas,
y aquellos juegos que eran tradiciones;
se quedaron en un bello pasado.



Fatalidad


(Jotabé)


Iba corriendo en su carro a millón,
enojado por una discusión.

Primera y tercera velocidad,
por la vía oscura de la ciudad,
sin medir su propia seguridad;
fue inevitable la fatalidad.

No percató la placa de desvío,
y su carro cayó por el vacío.

Por cosas vanas perdió la razón,
dejando a la familia en soledad;
lamenta su madre, ¡ay hijito mío!



¡Ven amado!


(Jotabé)


¿Alguien habrá visto a mi dulce amado?
si lo ven, digan que lo he esperado.

En aquel lugar de la vez primera,
donde florece cada año la higuera,
y los lirios adornan la pradera;
mas, mi alma se consume por la espera.

Los viñedos están en su cernir
las golondrinas han vuelto a venir.

Amado mío, ¿por qué has demorado?
regresa, enciende de nuevo la hoguera,
tu ausencia ya no puedo resistir.



Flores en verano


(Jotabé tetradecasílabo)


Nuestro amor está hecho de algún átomo especial,
o tal vez de alguna esencia sobrenatural.

Pienso cada día en todo nuestro recorrido,
en las terribles tormentas que han sobrevenido,
mas como la firme palmera hemos resistido;
y aún en verano las flores han florecido.

Tenemos miles de motivos para seguir,
encontrando en cada caricia un nuevo sentir.

Es así cuando dos almas se aman por igual,
del mismo cielo su bendición han recibido;
para vivir juntos más allá del existir.



Jotaberos por la paz


(Jotabé)


En este recinto «Jotabeando»
un mundo de paz estamos pintando.

Poetas con sus plumas de colores,
nos dibujan un cielo sin dolores,
donde el niño no gime de pavores;
corre por el campo lleno de flores.

Abogamos por un mejor futuro,
con manantiales limpios y aire puro.

Con mucha fe estamos también plantando,
la semilla de los buenos valores;
¡aquí la cultura no tiene muro!



Tiempo valioso


(Jotabem)


Si el tiempo pasa volando,
¿por qué lo estamos matando?

Cada segundo es valioso,
para hacerlo provechoso,
alegre, agradable, hermoso
mismo en un día lluvioso.

Mas si el tiempo malgastamos,
¿qué buena historia contamos?

Son vicios que van robando,
lo que existe de precioso;
y el tiempo no regresamos.



El llanto del predicador


(Jotabé Trirrima)


La verdad anunció con gran valor,
la ciudad ignoró al predicador.

Oscuridad y rencor floreció,
la bondad su bello color perdió;
atrocidad, deshonor, dominó...
y por la maldad el amor se enfrió.

El pastor lloró ante la iniquidad,
se alejó con dolor, ah, vanidad.

Por piedad imploró al buen salvador,
¡perdonad! al pecador exclamó;
y el Señor mostró su benignidad.



Déjá vu


(Jotabé)


Algo especial sentí cuando te vi,
juraría que ya te conocí.

Tal vez nos amamos en otra vida,
en alguna constelación perdida,
o resucitó nuestra alma dormida;
y ahora estamos en esta avenida.

Para continuar con nuestro fulgor,
que renace siempre cual esplendor.

Si mil historias contigo viví,
y en cualquier mundo tú eres la elegida;
tendrás millones de veces mi amor.



SOS Río Grande del Sur


(Jotabé tetradecasílabo)


Una tragedia en Río Grande del Sur, Brasil
ha dejado desabrigados a más de mil.

La ciudad bajo el agua, ¡terrible inundación!
hombres y animales sufren la devastación,
hoy la ciudad necesita además de oración;
que el mundo todo se una en una gran donación.

Los rescatistas con valentía ardua labor,
están salvando vidas y aliviando el dolor.

Oh, Río volverás a brillar cual sol de abril,
seguro habrá consuelo para tu corazón;
que en las ruinas se avive la fuerza del amor.



Canto de esperanza


(Jotabé tridecasílabo)


En aquella noche fría desgarradora,
se diluía en las sombras su alma soñadora.

El hambre y la sed el espíritu afligía,
escapar de la muerte nadie conseguía;
los malvados se reían de su agonía,
era un deleite destruir la raza judía.

El amanecer anunció con gran dolor,
la triste muerte de su amado trovador.

Sin embargo, en aquella celda aterradora,
dejó en las paredes su última poesía;
un canto de esperanza en medio del dolor.



Un nuevo camino

(Jotabé)


Un nuevo y bello camino se abrió
cuando el velo del templo se rasgó.

Por la sangre preciosa de la alianza
podemos entrar con paz y confianza
ante el trono de gloria y alabanza
donde el vil pecador perdón alcanza.

Camino donde muerte no germina
crecen flores, fluye agua cristalina.

Si las obras muertas aprisionó
el espíritu aviva la esperanza
para habitar en la gracia divina.



La misma podredumbre


(Jotabé tridecasílabo)


El tema que planteo es bastante sabido,
es una necesidad que el hombre ha tenido.

La efectúa el rey en su retrete dorado,
el papa lo hace en su sanitario sagrado,
ya el rico prefiere en su inodoro importado;
mientras que el pobre lo hace en su humilde escusado.

Hasta la dama más elegante y jovial,
deja su marca qué no es de lápiz labial.

Entonces por qué el ser humano es engreído,
si una misma podredumbre nos ha tomado;
y a la hora de evacuar todo el mundo es igual.



Flor marchita


(Jotabé decasílabo)


Grande amigo, al final te vencieron
los demonios que te persiguieron.

No puedo dejar de lamentar,
que no estuve ahí para ayudar,
y aquellas lágrimas consolar;
ah, amigo te quería abrazar.

La medicina y la religión,
no comprendieron tu corazón.

Y los sentimientos se oprimieron
tus flores no pudieron brotar
se ahogaron en la depresión.



Mi gran dibujo


(3 Jotabés tridecasílabos)


Aquel día en un acto tal vez de locura,
hice un diseño en el plano de arquitectura.

Mi padre al ver su bello proyecto pintado,
por un momento se sintió desesperado,
tardó meses para dejarlo terminado;
para optar por un trabajo fue elaborado.

Imaginé que algún castigo me daría,
mas de forma calma dijo que me entendía.

Me pidió que lo aconpañara en su aventura,
el día que el plano sería presentado,
no sabía que intenciones papá tenía.


Con fe, sabiduría y bastante pasión,
realizó una magnífica exposición.

Y cuando llegó aquella hora de responder,
las preguntas que los jueces iban a hacer,
al unísono todos querían saber;
de los trazos que no podían entender.

Papá dijo que no sabía contestar,
que solamente a mi me tocaba explicar.

Pasé al frente tembloroso y con emoción,
a la audiencia mi diseño di a conocer;
un silencio se apoderó de aquel lugar.


Dije que mi gran dibujo era una casita,
con amor diseñé para mi madrecita.

Me da una inmensa tristeza verla sufrir,
cuando mira al dueño de la casa venir,
sin el dinero le da vergüenza salir;
mas, insiste, su pago quiere recibir.

Papá seca sus lágrimas y le da amor,
dice confiado que pronto será mejor.

Al concluir el discurso mi alma pequeñita,
sintió gozo cuando empezaron a aplaudir;
el proyecto de mi padre fue el ganador.



Juntos hasta el fin


(Jotabé decasílabo)


Aquella noche murió abrazado,
al libro que tanto había amado.

Sus letras fueron siempre su guía,
le dieron luz y sabiduría,
aliento, consuelo y alegría;
cuando la tristeza lo invadía.

De su libro fue un gran defensor,
cuando surgía un opositor.

Morir así lo había anhelado,
su bello sueño Dios cumpliría;
juntos hasta el fin, libro y lector.



Sencillez


(Jotabé)


En mi vanidad vivía orgulloso,
cuando en realidad era leproso.

En aquel momento de estupidez,
a cuantos lastimé con mi altivez;
juzgue sin percibir mi desnudez,
fueron días de mucha inmadurez.

Me sentía superior a mi hermano,
pobre de mí no era más que un gusano.

Pero comprendí que lo más hermoso,
es ir por la vida con sencillez;
la humildad nos conecta con lo humano.



Leproso


(Jotabé tridecasílabo)


Va por los caminos con el rostro cubierto,
es leproso su habitación es el desierto.

Según la ley en su casa no puede estar
de las cosas sagradas se debe apartar,
ni un cabello de los hombres puede tocar,
¡inmundo! ¡inmundo! declara en su caminar.

Ah, como extraña los besos de su mujer,
y en sus brazos contemplar el amanecer.

A pesar de que respira se siente muerto,
solo en su caverna no deja de llorar;
¿recibirá perdón? ¿volverá a renacer?



Pasión y esmero


(Jotabé)


Soñar nunca fue tarea sencilla,
en la vida no todo es maravilla.

Hay que enfrentar los molinos de vientos,
los desiertos y mares turbulentos,
como Thomas Edison mil intentos;
desafiando los falsos argumentos.

Cruzando por la odisea de Homero,
y persiguiendo con fe aquel lucero.

Hasta el más pequeño cocuyo brilla,
y no importa si los pasos son lentos;
hay que avanzar con gran pasión y esmero.



Llantos isleños


(Jotabem)


Se despertaron sus sueños,
entre los llantos isleños.

Por su origen rechazada,
más al quedar divorciada,
sociedad contaminada;
y por hombres dominada.

Cuba y Estados Unidos,
sus versos fueron oídos.

A pesar de sus empeños,
solo al morir fue aceptada;
Julia, honores merecidos.



Triste poeta


(Jotabem 33 pentasílabo)


Nudo que aprieta,
surge otra grieta.

De nuevo el suelo,
cortan su vuelo,
vil desconsuelo,
oscuro el cielo.

Pierde el sosiego,
se oye su ruego.

Triste poeta,
está de duelo,
murió su fuego.



El que fui


(Jotabé dodecasílabo)


Si al final alguien quiere escribir mi historia,
le agradezco que no me vista de gloria.

Sin temor hablen sobre mis divergencias,
de mi vida desnuda sin apariencias,
los momentos felices y las carencias;
mis dudas, fracasos, demonios, demencias.

Que el mundo sepa quién realmente fui,
si me enamoré, canté, lloré o reí.

Al resaltar mi pequeña trayectoria,
digan que lamenté por mis insolencias;
con las cuales a mi grande amor herí.



Nada perdí


(Jotabé decasílabo)


En esta historia yo fui el mendigo,
siempre buscando un poco de abrigo.

Herido y rechazado insistía,
queriendo despertar tu alma fría,
te escribí mil y una poesía;
mas no te causaron alegría.

Me marcho, no como perdedor
pues nada pierde quien siembra amor.

Y una cosa sin temor te digo,
hoy al mirar tu cama vacía;
desearás sentir mi calor.



Agua de su costado


(Jotabé)


Su cuerpo en quebranto fue traspasado,
y agua viva brotó de su costado.

Desde la cruz un manantial fluyó,
el corazón desierto revivió,
el valle de lamentos floreció
una vida de esperanza se abrió.

Las almas sedientas pueden hallar,
el agua que puede la sed quitar.

Agua limpia que el cielo nos a dado,
con la cual Jesús nos purificó;
¡si alguien tiene sed, de él puede tomar!



Poesía eres tú


(Jotabé tetradecasílabo)


La poesía es un despertar de primaveras,
el canto de las musas bañadas en quimeras.

Suave susurro de un manantial enamorado,
que adorna con bellas flores el valle encantado,
un vuelo de gaviotas bajo el cielo dorado;
la fragancia del corazón cuando a sido amado.

Poesía idioma de las almas soñadoras,
que se pierden en el tiempo olvidando las horas.

Pequeños lirios blancos que adornan las praderas,
la fuente de amor que del mismo cielo ha brotado;
poesía eres tú, cada día me enamoras.



Poesía eres tú


(Jotabé tetradecasílabo)


La poesía es un despertar de primaveras,
el canto de las musas bañadas en quimeras.

Suave susurro de un manantial enamorado,
que adorna con bellas flores el valle encantado,
un vuelo de gaviotas bajo el cielo dorado;
la fragancia del corazón cuando a sido amado.

Poesía idioma de las almas soñadoras,
que se pierden en el tiempo olvidando las horas.

Pequeños lirios blancos que adornan las praderas,
la fuente de amor que del mismo cielo ha brotado;
poesía eres tú, cada día me enamoras.



Joropo


(Jotabé dodecasílabo)


Joropo es nuestro baile tradicional,
para una fiesta llanera primordial.

¡Venga a mi tierra para que baile y vea!
como el maestro arpista contrapuntea,
y en la sala una pareja bailotea;
ella con su estribillo y él zapatea.

La dama ondea su vestido de flores,
mientras su caballero le rinde honores.

Orgulloso de nuestro baile ancestral,
que lo bailaba Bolívar con Matea;
el joropo resalta nuestros valores.



La vieja chancleta

(Jotabé eneasílabo)


Recuerdo bien aquellos días,
cuando detrás de mí corrías.

En tu mano el alma secreta
la temida vieja chancleta,
escapar de ella era mi meta;
más tenías piernas de atleta.

Y cada vez que la lanzabas,
en tu tiro nunca fallabas.

Enseñarme eso pretendías,
y así corregir mi alma inquieta;
si todo fue porque me amabas.



Mariposa herida


(Jotabé)


Se posó en mi pecho cual mariposa,
como ave que de la lluvia reposa.

Buscaba revivir ante la herida,
de aquel amor que le arrancó la vida,
en mis brazos se sintió protegida;
y lentamente se quedó dormida.

Sentí que el cielo me dio la misión,
de restaurar su bello corazón.

El amanecer reveló la rosa,
que entre malezas estaba escondida;
su tristeza se transformó en canción.



Insigne latinoamericano


(Jotabé)


Escritor, ensayista y diplomático,
destacado poeta carismático.

Sus obras son de gran envergadura,
entre el lirismo romance y aventura,
supo opinar sin miedo a la censura;
cuando lo humano pierde la cordura.

El orgullo del pueblo mexicano,
insigne latinoamericano.

Su inigualable estilo poemático,
es referencia en la literatura,
honores para Octavio Paz Lozano.



Beso ingrato


(Jotabé tridecasílabo)


Aquella noche de Pascua quedó marcada,
cuando una triste noticia fue revelada.

Les dijo el maestro con bastante dolor:
se oculta entre ustedes un villano traidor,
con mucho asombro miraban alrededor;
y exclamaban a gritos ¡seré yo Señor!

Aquel hombre que moja su pan en mi plato,
satanás lo eligió como su candidato.

Y en los olivos durante la madrugada,
después de elevar al cielo su gran clamor,
Judas entregó a su Rey con un beso ingrato.



Los ojos de Jesús


(Jotabé tridecasílabo)


Son sus ojos agua limpia de manantial,
mirada profunda con brillo celestial.

Sus ojos no tienen rastro de oscuridad,
traspasa el alma con la luz de la verdad,
su mirada transmite sublime bondad;
donde el pecador encuentra amor y piedad.

Dichosos aquellos que él mira con agrado,
hombres humildes que caminan a su lado.

Todavía recuerdo el momento crucial,
cuando me encontraba en oscura soledad,
en sus ojos hallé lo que había buscado.



Las manos de mi mujer


(Jotabé)


Sus manos son un pedazo de cielo,
cada vez que necesito consuelo.

De ellas mana una esencia espiritual,
que me hacen sentir libre, magistral;
navegando en un mundo sideral,
manos benditas, de amor sin igual.

Son las manos tiernas de mi mujer,
que me dan apoyo para vencer.

Sus manos acariciando mi pelo,
dormido entre sus pechos de cristal,
siento que a nada le debo temer.



Mi eterno homenaje


(Jotabé tridecasílabo)

felicito a todas las mujeres en su día en especial a mi esposa Anny Sarai Aguilera


El universo se llena de poesía,
cuando en tu rostro se dibuja la alegría.

La esencia bendita que brota de tu ser,
son como las fragancias del amanecer,
y en tu piel el misterio del anochecer,
magia que inspira a declararte mi querer.

En todo lo que haces te entregas con pasión,
mostrando la grandeza de tu corazón.

Aunque el mundo te conmemora solo un día,
yo te rindo mi eterno homenaje oh, mujer;
preciosa joya que adorna la creación.



El hijo pródigo


(Jotabemo Espejo pentadecasílabo)


Aquella tarde dijiste que te querías ir,
una vida diferente pretendías vivir.

Te quise retener, pero fue mayor tu insistencia
estabas tan decidido que pediste tu herencia;
y como no atendiste mi llamado de advertencia,
te dejé partir con un gran dolor en la consciencia.

Y sin mirar atrás te fuiste buscando el placer,
tu paso acompañé hasta que ya no te pude ver.

Cada día sin ti aumentaba mi amargo sufrir,
esperaba tu regreso con tanta vehemencia;
en el mismo lugar con la luz del atardecer.


Siempre me preguntaba si extrañabas mi querer,
si del calor de mis brazos has tenido carencia;
y habrás pensado en regresar a mí antes de morir.

Y cuando mi alma estaba a punto de desvanecer,
allá en el horizonte tu rostro vi aparecer.

«Padre, he pecado contra ti, no merezco clemencia,
tu amor desprecié sufrí por mi vil desobediencia,
que sea uno de tus siervos quiero de penitencia;
pretender ser hijo tuyo sería una insolencia».

¡Oh, hijo mío tu lugar de honor voy a restituir!
porque tú estabas muerto más hoy vuelves a vivir.



Aún puedes


(Jotabé dodecasílabo)


Lloro al mirar el camino que has tomado,
diferente al que te había señalado.

Confieso que tengo miedo de perderte,
si tal vez un día te falle la suerte,
y todo lo efímero que hoy te divierte;
te lleve a la triste y prematura muerte.

Mas aunque veo tu sendero algo oscuro,
sé que aún puedes mejorar tu futuro.

Y por eso estaré contigo a tu lado,
esperando que tu corazón despierte;
para retomar al camino seguro.



El árbol de mango


(Jotabé)


¡Gran sombra! el árbol de mango ofrecía,
cuando el calor la carne consumía.

La familia solía descansar.
y entre conversas historias contar;
también era el preferido lugar,
donde alegres podíamos jugar.

Cuando en sus ramas el fruto brotaba,
mi alma de niño se regocijaba.

Pero de tanto mango que comía,
la barriga parecía estallar;
y para el baño siempre me llevaba.



Juntos de nuevo


(Jotabé)


Por mi regreso mucho has esperado,
y en esa espera bastante has llorado.

¡Cuánto deseo que llegue ese día!
donde mi rostro te traiga alegría;
pero la distancia es tan cruel y fría,
se empeña en separarnos todavía.

Oh, madrecita por favor resiste,
sería muy triste oír que partiste.

Sé que el cielo tu oración ha escuchado,
y pronto habrá de unir tu alma y la mía,
tendrás de nuevo al hijo que pariste.



Mi gran fortuna


(Jotabé)


Antes de entregarnos a la pasión,
bailamos desnudos una canción.

La noche resultó ser oportuna,
entró en el cuarto la luz de la luna,
tu piel era bella como niguna;
y nos entregamos sin prisa alguna.

No hubo área que no fuese explorada,
vibrabas al sentirte deseada.

Nos tornamos un solo corazón,
hacerte mía fue una gran fortuna,
serás para siempre mi dulce amada.



Misión sagrada


(Jotabemo tetradecasílabo)


Aceptaste con gran valor la misión sagrada,
y en tu vientre la esperanza fue depositada.

Aquel día iluminado lo viste nacer,
sus ojitos tiernos se ganaron tu querer,
con tu sublime bondad y esencia de mujer;
en amor y cuidado lo ayudaste a crecer.

Una mañana de casa los viste partir,
su misión salvadora tenía que cumplir.

Decidiste acompañarlo en su dura jornada,
tal vez en tu instinto materno de proteger,
o como sierva sumisa a su Señor servir.


Cuando veías la multitud alborotada,
recordabas la profecía que fue anunciada.

«Israel conocerá su glorioso poder,
los perdidos en oscuridad irán a ver,
de su sabiduría todos pondrán beber;
mas una vil espada traspasará tu ser».

Y aquella tarde gris no pudiste resistir,
al mirar a tu pequeño en su amargo sufrir.

Penetraba tu corazón la terrible espada,
era su destino, nada podías hacer;
tan solo llorar y acompañarlo hasta morir.



Miente como quieras


(Jotabé dodecasílabo)


Podrás declarar al mundo tu versión,
diciendo que era falso mi corazón.

Que las palabras bellas que te escribía,
estaban disfrazadas de hipocresía,
versos vacíos, amor que no sentía,
un villano escondido en la poesía.

Tal vez consigas a muchos engañar,
menos a la luna, las flores y el mar.

Que me dieron la mágica inspiración,
y a cada letra su suave melodía;
cuando mi amor por ti les fui a confesar.



Basta de reñir


(Jotabé)


Mi reina basta de tanto reñir,
tan solo cariño quiero sentir.

Dejemos a un lado esa mala maña,
de comernos el alma cual piraña,
¿acaso no ves cuanto esto nos daña?,
para escapar me voy a tomar caña.

Con enojo casi te arranqué el moño,
lo más triste fue ante nuestro retoño.

Que nuestro mundo se vuelva a teñir
del gran amor que nació en la cabaña
aquella mágica tarde de otoño.



Mi compañera


(Jotabé)


Mi dulce amiga, esposa, compañera,
un presente que la vida me diera.

Tú vas conmigo escalando peldaños,
atravesando por valles y caños,
viviendo nuestro gran amor sin daños
y sin las interferencias de extraños.

Y cómo no estar de ti enamorado,
si tus ricos besos no me han faltado.

No sé todo lo que aún nos espera,
solo sé que quiero pasar mis años,
cada minuto y segundo a tu lado.

 
     
 
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