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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
JAIME BONILLA MEDINA
 
Poemas Página 02
 
Jaime Bonilla Medina

Jaime
Bonilla Medina

Cúcuta (Colombia)

El triunfador

(5 Jotabés dodecasílabos con versos franceses)


¿Juventud tan bella, porque ya te has ido,
y me dejas triste como árbol caído?

Yo tuve las alas de las mariposas,
y bebí las mieles de nardos y rosas,
soñando con cielos y lunas hermosas,
y estrellas doradas en horas gloriosas.

Ahora ya encuentro mis flores marchitas,
mustias azucenas y las margaritas.

Con todos los años, los que ya he vivido,
he olvidado agravios y horas dolorosas,
y he dejado atrás, lamentos y cuitas.


Mis canas de viejo, las toco y suspiro,
y ante un espejo de nuevo las miro.

Como pasa el tiempo, no puedo creer,
ya se acaba el día, se va a oscurecer,
y que ya es un hombre el chico de ayer,
y la dulce niña se ha vuelto mujer.

Va corriendo el tiempo como un manantial,
nos volvemos viejos, es lo natural.

Doy gracias al cielo que vivo y respiro,
que he sentido el sol del amanecer,
siendo siempre un hombre de carta cabal.


He visto las noches y aclarar el día,
con recuerdos bellos, risas y alegría.

He sentido el miedo recorrer mis venas,
he luchado a diario rompiendo cadenas,
he tratado siempre de vencer las penas,
buscando un oasis entre sol y arenas.

De muchas caídas ya me he levantado,
y he llegado a viejo, como lo he soñado.

Recuerdos de ayer, me hacen compañía,
triunfos y derrotas y dichas ajenas,
son muchas historias, las que yo he contado.


Porque sé que el sol, siempre va brillar,
habrán nuevos días, que me harán soñar.

Que mi días pasen, mas no mis amores,
con el dulce aroma que tienen las flores,
que mi alma se pinte de bellos colores,
y que el Dios del cielo calme mis dolores.

Que en cualquier momento se rompan amarras,
y que vuele al cielo como las cigarras.

Prefiero el aroma como el azahar,
las aves que trinan como ruiseñores,
y la nota alegre que dan las guitarras.


Conozco el camino, ya hice el recorrido,
seguiré luchando, yo no estoy vencido.

Senderos pintados de plata y carmín,
sembrados de rosas y olor a jazmín,
los he recorrido como un paladín,
hacen de mi vida, muralla y fortín.

He sido en la vida siempre un luchador,
paciencia es mi escudo, mi fuerza el amor.

Seguiré adelante, mas, que ya es sabido,
que todo principio tiene siempre un fin,
y la edad no importa, para un triunfador.


(Ganador del Cuarto Accésit del XIII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Brindo por la vida


(5 Jotabé dodecasílabos con versos franceses)


Como canta un ave, como llora un niño,
ambos tienen madre que les da cariño.

Este sol que nace, gracia recibida,
con la rosa blanca, pura y bendecida,
y la luna llena que yace escondida,
aunque son distintos todos tienen vida.

¿Qué milagro es éste que a todos fascina?
¡Qué poder tan grande, qué obra tan divina!

Bendita la vida que nos hizo un guiño,
yo le doy las gracias y la bienvenida,
y a esa semillita, que un día germina.


Corazones del ayer enamorado,
son claveles rojos de aroma encantado.

Son los años de la rosa y su fragancia
los del beso y las caricias sin distancia
los del porte, la cultura y la elegancia,
y la llama del amor en abundancia.

Pasa el tiempo y al pasar día tras día,
ya son menos los motivos de alegría.

Años viejos con recuerdos del pasado,
cuando todo lo que hicimos es ganancia,
con nostalgia de una bella melodía.


Esta flor hermosa, de la vida humana,
tenue luz de estrella se ve en la ventana.

Bella flor del campo por la amanecida,
en la tarde triste que al dolor convida,
con pétalos mustios como consumida,
en ceniza y polvo después convertida.

Al final se ha ido, la que fue primera,
esa flor hermosa de la primavera.

Ya se va en silencio de noche o mañana,
sin adiós, ni besos, ni una despedida,
cuando no hay afanes, ni tiempos de espera.


Se murió la flor, se fue marchitando,
tristezas y el tiempo la fueron mermando.

Esa flor de sueños y de fantasía,
que se va de prisa cuando hay alegría,
pero pasa lenta con la noche fría,
se esfuma en silencio, de repente un día.

Se va al infinito buscando un lucero,
cuando ya no importa, linaje y dinero.

Sin mirar atrás lo que está dejando,
ni escribir los versos que nos dejaría,
no lleva equipaje, ni es un pasajero.


Es que así es la vida, delicada y bella,
hay unos sin suerte y otros con estrella.

Nos volvemos viejos, ni cuenta nos damos,
si es que estamos vivos o es que lo soñamos,
hasta lo que somos, también lo olvidamos,
y al final de cuentas sin nada nos vamos.

¡Oh qué privilegio del haber nacido,
aunque pobre o rico, siempre agradecido.

Brindo por la vida, más que corta es ella,
y por el pasado que siempre añoramos,
por aquellos tiempos, que feliz he sido.


(Jotabé ganador del Primer Accésit del XII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Árbol viejo


(2 Jotabés dodecasílabos)


Empieza la vida con una semilla,
y será un gigante. ¡Dios qué maravilla!

Tendrá un verde hermoso con otros colores,
con dulces fragancias y nidos y flores,
van a acariciarlo pájaros cantores,
y bajo sus sombras habrá mil amores.

Muchas primaveras, llegaron, se han ido,
ya se oye un lamento, parece está herido.

La hoja que era verde ya se ve amarilla,
hasta el trino es triste, de los ruiseñores,
en un árbol viejo ya se ha convertido.


A este árbol tan viejo, sin flores hermosas,
ya no lo visitan, ni las mariposas.

Sus hojas ya secas se han muerto de frío,
ni la lluvia siente, ni bebe el rocío,
ya sin esperanzas y el tronco vacío,
tal vez algún día se lo lleve el río.

Pero a mi alma vieja que siempre ha luchado,
con fe y esperanza, ni el sol la ha secado.

Con Dios en mi vida. ¿Para qué más cosas?
No habrá tempestades, ni día sombrío,
que doblegue el árbol, que Dios me ha sembrado.


(Jotabé Finalista del XI Certamen Poético Internaional Rima Jotabé)



Dios existe


(Jotabé hexadecasílabo)


Una noche con estrellas, soñé que Dios existía.
¡Qué sueño tan bello aquel, bendita suerte la mía!

Escrito estaba en el cielo, claramente este mensaje,
con letras de molde blanco, sin importar el celaje,
ni la luna, ni la estrella, ni el universo en su viaje,
como una rosa al abrir, en un celestial paisaje.

Regalo que no merezco, de su bondad infinita,
mensaje maravilloso, que a su presencia me invita.

¡Qué bello saber que tengo, que siento su compañía,
que puedo regocijarme, con tan bello personaje,
que vivo es porque da vida, toda su gracia bendita!



Cosas bellas


(Jotabé hexadecasílabo)


Tengo vida, tengo sangre, palpita mi corazón,
palabras para escribirlas, Dios me da la inspiración.

Linda las cosas que veo, que están a mi alrededor,
me complazco en lo pequeño, como es de bella una flor,
como tañe una campana, como se escucha un tambor,
y admiro el trabajo duro, del campo y el labrador.

Me gustan las rosas rojas, el lirio y la enredadera,
el aroma de los montes y el verde de la pradera.

Tengo un deseo del alma, que es mi mayor ilusión,
abrir las puertas del cielo, con unos versos de amor,
y alcanzar la vida eterna, que Dios me la concediera.



Divina aventura


(Jotabé hexadecasílabo)


El día que yo me muera, de nuevo abriré los ojos,
y me encontraré con Dios, ya libre de mis despojos.

¡Momento feliz aquél, qué ser tan maravilloso,
qué divina majestad, qué momento más hermoso!
Me dará la bienvenida, con un gesto generoso,
y me acogerá en sus brazos, como hace un padre
[ amoroso.

Su imagen que resplandece, de incomparable hermosura,
más bella que lirio blanco, más bella que perla pura.

Por eso cuando me muera, que me den claveles rojos,
que se alegre todo el mundo, que yo voy a estar dichoso,
pues ha llegado el momento, de esta divina aventura.



¡Ay corazón!


(Jotabea)


¡Ay Corazón tan triste!, parece ya estar loco,
¡ay corazón que sufre!, se muere poco a poco.

¿Sí està sufriendo ahora, llorando en un rincón,
y no oye ni un consejo, ni hay fe, ni una oración,
que cure el mal de amor, ni encuentra una razón,
para seguir viviendo, soñando una ilusión?

¡Pero ay! que hay un remedio, que no falla en la vida,
por triste que parezca, por dura y por sufrida.

Sin ser un gran poeta, ni mago ser tampoco,
le doy esta receta, que cura el corazón,
deje pasar el tiempo, para cerrar la herida.



El milagro de la vida


(6 Jotabea)


Feliz está la madre, que siente un gran placer,
feliz está por su hijo, que acaba de nacer.

El hijo allá en la cuna, recién está parido,
la madre con cariño, le dice bienvenido,
despierta abre los ojos, que el mundo ha amanecido.
¡Qué gran felicidad, que para mí has traído!

El niño delicado, belleza de una flor,
perfume de una rosa, trino de un ruiseñor.

Sus manos lo acarician, ¡qué santa y gran mujer!,
y da gracias al cielo, por su hijo que ha nacido,
feliz así es la vida, si hay verdadero amor.


El niño aún no entiende, de casa o de vergel,
aunque haya florecido, la rosa y el clavel.

Y no le importa el mundo, ni el verso ya olvidado,
que a él le basta y sobra, que siempre esté abrazado.
¡Ah! ¡Qué feliz se siente, parece enamorado!,
de su bello tesoro, que Dios le ha regalado.

Para una madre buena, sus hijos son ganancia,
para ella nunca hay muros, ni tiempo, ni distancia.

¡Qué besos tan sabrosos, tienen sabor a miel!
Piensa la madre y quiere, tener a su hijo al lado,
con todos sus recuerdos y toda su fragancia.


El niño está creciendo, quiere elevar cometa,
ser clavel de los rojos, o ser nardo o violeta.

Andar montes y valles, igual que una gacela,
o ser ciervo sediento, que el agua busca anhela,
allá en el firmamento, dejar huella y estela,
y aromas seductores, de clavos y canela.

Quiere ser arquitecto, de sueño y fantasía,
ver cuando sale el sol y saludar el día.

Poder cantarle al mundo, como lo hace un poeta,
pintar como Picasso, de óleo y acuarela,
y ser un hombre sabio, de ciencia y teoría.


El tiempo corre y pasa, la juventud se ha ido,
ya no es el niño aquél, ya canas le han salido.

Hubo hijos un hogar, escudos y banderas,
canicas de cristal, rosas y enredaderas.
Ahora muestra al mundo, que hay vida en las postreras,
horas para vivirlas, felices primaveras.

Algunos ya lo saben, que el tiempo es un espejo,
y pronto en nuestras vidas, queda sólo el reflejo.

De aquello que vivimos. No hay que estar sorprendido,
así es lo natural, quieras o no lo quieras,
marchito ya el rosal y el vino puesto añejo.


El sueño de la vida, termina en hora incierta,
aunque con cerradura, trancada esté la puerta.

Veloz pasa la vida, que a veces no se advierte,
que el que ayer era joven, ya en viejo se convierte,
y no entendemos nunca, si es buena o mala suerte,
que desde que nacemos, vamos hacia la muerte.

Pero a pesar de todo, de lo hecho y lo vivido,
es el mayor milagro, tan sólo haber nacido.

Hay que seguir luchando, tener la mente abierta,
contra viento y marea, contra palabra inerte,
que el hombre que es valiente, no se da por vencido.


Aunque diga la gente, que le toca perder,
aunque sienta la vida, que se va sin volver.

Que no hay soles, ni estrellas, que para sí acabaron,
ni de cerca, ni lejos, porque ya se apagaron,
que si las golondrinas, para invierno volaron,
que si las mariposas, sin sus alas quedaron.

Que la rosa que es rosa, sólo ayer fue pasión,
que tan bella como era, se murió en su ilusión.

Que la vida es así, ¿qué le vamos hacer?
Pero viva el momento, como los que triunfaron,
que una historia escribieron, con alma y corazón.


(Poema Finalista del X Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Mi gran amigo


(2 Jotabea)


Señor mí gran amigo, vengo hoy a ti rendido,
mas sé que al lado tuyo, jamás seré vencido.

Ya no hay ninguna duda, que eres mi adoración,
que eres mi gran amigo, mí fe, mi bendición,
y gritaré muy fuerte, mi verso y mi canción,
que yo te amo mi amigo, con todo el corazón.

Porque eres mi esperanza, soporte y mi consuelo,
porque si estás conmigo, me elevaré hasta el cielo.

Recíbame estos versos, humilde yo te pido,
que seas tú mi aliento, mi sueño y mi ilusión,
y no quiero más nada, ni sol, ni mar, ni suelo.


Este amigo del alma, que es aurora y ocasos,
me acompaña en los triunfos, porque nunca hay fracasos.

Esta joya preciosa, que deseo y anhelo,
alegría en mis dichas y en mis penas consuelo,
que me pinta de blancos y de azules el cielo,
es quien me abre sus brazos, sin afán, sin recelo.

Sé muy bien que es mí vida, mi alimento esencial,
que es más bello y hermoso, que la flor de un rosal.

Este amigo del alma, que ilumina mis pasos,
que es el padre perfecto, que es el hijo modelo,
es Jesús mi Señor, sin que exista otro igual.



No sé olvidarte


(2 Jotabea)


Yo sueño y pienso en ti, tal como lo hice ayer,
tus manos tan piadosas, mi santa y más mujer.

El sol sigue saliendo, por siempre, por oriente,
la lluvia cae y moja, se va con la corriente,
el mundo sigue igual, el pueblo indiferente,
y yo que estoy tan solo, con todo y tanta gente.

No necesito a nadie, ni al pájaro cantor,
ni luna, ni una estrella, ni el beso en una flor.

Para soñar contigo, que es todo un gran placer,
que estás aquí y ahora, que el corazón presiente,
que nada es imposible, si hay verdadero amor.


Te veo más que linda, tu casa y el vergel,
la fuente se ha secado, la rosa y el clavel.

Y que me importa el mundo, si estás aquí a mí lado,
si el beso y la caricia, jamás se me han borrado,
y esos ojos tan bellos, nunca los he olvidado.
Para este gran amor, el tiempo no ha pasado.

Tenerte junto a mí, fue más que una ganancia,
tantos recuerdos tuyos, perfumes y fragancia.

No sé olvidar tu boca, ni el roce de tu piel,
ni el verso que escribí, total enamorado,
que para ti no hay muros, no hay tiempo, ni distancia.



Para una vida sana


(Jotabé hexadecasílabo)


De flores la rosa blanca, con el clavel amarillo,
el geranio y el jacinto, los nardos y el granadillo.

Me gusta el olor del campo, de yerbabuena y romero,
del roble como del cedro, lo fresco del limonero,
aromas de mangos dulces, en jugo yo los prefiero,
y si es que hablamos de especies, la pimienta es lo
[ primero.

De las frutas la naranja, también está la banana,
el tamarindo y la pera, las fresas y la manzana.

Para adobar el laurel, la salvia con el tomillo,
sandía para la sed y el agua del cocotero,
combine de todo un poco, si quiere una vida sana.



La mano de Dios


(Jotabé hexadecasílabo)


Una noche, cualquier noche, soñé que Dios existía,
que sueño tan bello aquél, bendita suerte la mía.

Que Dios existe y es vida, no es una vaga ilusión,
su belleza es infinita, no tiene comparación,
y yo lo siento conmigo, sin ninguna condición,
me acompaña a todas partes, lo llevo en el corazón.

Qué inmensidad, qué grandioso, tanto mundo, tanta
[ estrella,
la humanidad tan pequeña, la más bendecida y bella.

La vida es todo un milagro, toda la noche y el día,
desde el minúsculo átomo, como una constelación,
ahí está su santa mano, con toda su estela y su huella.



Así es la vida


(2 Jotabé hexadecasílabos)


Amor de mi juventud, como gota de rocío,
que llenó mi corazón, como un caudaloso río.

Un día como una piedra, cayó y empezó a rodar,
y no hubo ya más rocío, ni labios para besar,
aunque la seguí soñando, por los azules del mar,
por el cielo y las estrellas, ya no la pude alcanzar.

De todo tiene la vida, tiene miel y sinsabores,
tiene despecho y olvido, pero también tiene amores.

Y tanto fuego de ayer, ahora es rescoldo frío,
con el tiempo todo pasa, seguro se va a olvidar,
igual que caen las hojas, o se marchitan las flores.


Juventud bello tesoro, que con el tiempo se queda,
la nostalgia de esos años, en la memoria se enreda.

En mi mente aún existe, tanta historia que he vivido,
ver día, tras otro día, como los años se han ido,
cada tarde el sol se oculta, pero al rato ha amanecido,
nunca la araña del tiempo, va a terminar su tejido.

Creyendo ser siempre joven, sin la prudencia debida,
se me quedaron los días, en la senda recorrida.

Y ya ni amores habrá, ni habrá pañuelos de seda,
la flor se marchitará, los años la habrán vencido,
así es la naturaleza, lo más normal de la vida.



Mejor, disfruto la vida


(Jotabé hexadecasílabo)


La vida parece un sueño, de juncos y enredaderas,
y el sueño termina siempre, con huesos y calaveras.

Y me pregunto yo entonces. ¿Tendré ya la vida buena?
Porque es que unas son de cal y las otras son de arena,
y ya perdí el paraíso, por desobediencia ajena.
¿Será que alguien se complace, con mi dolor y mi pena?

Que yo nací pecador, lo proclama alguna gente,
sólo soy un hombre más, en nada soy diferente.

No soy un predicador, ni soy de miel, ni de ceras,
y creo que nadie nace, sentenciado a una condena,
porque tenemos en Dios, un padre que es indulgente.


Que Dios disfruta mis penas, absurdo, error de raíz,
o creer que mis tristezas, lo pueden hacer feliz..

Mejor disfruto la vida, con lo que tengo a mi lado,
un cielo lleno de estrellas, un bosque bien perfumado,
una mirada de amor, los labios que me han besado,
el sol, el viento y el agua, regalos que Dios me ha dado.

Creo que he nacido libre, tengo limpio el corazón,
aunque otras cosas me digan, el santo y la tradición.

Tengo el clavel y la rosa, de trigales un tapiz,
con tantas cosas hermosas, no voy a estar amargado,
además tengo la vida, que es mi mayor bendición.



Querer es mi suerte


(Jotabea)


Sé bien que yo te quiero, vivo para quererte,
y te amaré por siempre, más allá de la muerte.

La veo linda y bella, como se ve una flor,
inspiración y vida, de mis versos de amor,
mi sueño en ella espero, razón de mi sudor,
razón de mi deleite, su voz de ruiseñor.

Le doy noche y mañana, mi dulce confesión,
cada día que pasa, le entrego el corazón.

La quiero, más la quiero, quererla ya es mi suerte,
mi sol de la mañana, mi luz, mi resplandor,
mi ángel, mi compañía, mi santo y devoción.



Para morir no hay fecha


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Que la muerte me acompaña. ¿Desgracia o suerte la mía?
La llevo encima de mí, un día tras otro día.

Se muere el pobre y el rico, el enfermo, el alentado,
aquel que pagó la renta, también el que no ha pagado,
el necio se muere pronto, con otro que es avezado,
el limpio de sentimientos, se muere el que ya ha pecado.

Que tengo muchos achaques, se me sube la tensión,
que ya deje ese el mal genio que me daña el corazón.

La muerte de pronto llega, no es sueño, ni fantasía,
puede ser que hoy esté sano, mañana ya se ha
[ enfermado,
para morirse no hay fecha, ni importa la condición.



La vida es como una estrella


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Desde el día que nací, una estrella Dios me ha dado,
viviendo mi propia historia, siempre me ha acompañado.

Mi siento feliz con ella, por alumbrar mi camino,
me ha llevado de la mano, alegre hacia mi destino,
por eso es que brindo ahora, con una copa de vino,
y le doy gracias al cielo, que Dios así lo convino.

Han pasado ya los años, con noches y atardeceres,
auroras me han complacido, con lindos amaneceres.

La vida es como una estrella, que Dios nos ha regalado,
Cuidarla como un tesoro, es un mandato divino,
no importa las circunstancias, ni el sitio donde estuvieres.



Creí tener un amor


(Jotabé hexadecasílabo)


Érase un bello jardín, su amor que quise tener,
tal vez fue su indiferencia, que le impidió florecer.

A mí me dolió en el alma, pensé era una sin razón,
yo creí tener un sueño, mas fue una desilusión,
hoy tan sólo son recuerdos, como una vieja canción,
que nunca aprendí su letra, ni se me dió la ocasión.

Y me quedé sin su aroma, sin su perfume floral,
y que importa ya la flor, si fue clavel o rosal.

Cosas que tiene la vida, que es mejor no suponer,
pensé tener un amor, creyendo en el corazón,
y quise comer la miel, mas nunca tuve el panal.



Años felices aquellos


(Jotabé hexadecasílabo)


Años felices aquéllos, de arreboles en mi mente,
de flores de adolescencia, de luna y sol en mi frente.

De los geranios colgando, de sonrisas y rubores,
de la rosa que se abría, del jazmín y sus olores,
de aquella casa tan bella, de patios y corredores,
del parral de enredadera, de la ixora y sus colores.

Y Dios que me hizo el milagro, dándome una madre
[ buena,
me regaló una familia, del blanco de una azucena.

Y fuí feliz como un ciervo, que bebe agua transparente,
aún no se han marchitado, tantos recuerdos y amores,
el sabor de aquella miel, lo dulce de esa colmena.



El día que yo me muera


(2 Jotabé hexadecasílabos con versos franceses)


1- Los temores de la vida

Que no me asalten los miedos, adivinando condenas,
que se me vaya a secar, hoy la sangre de mis venas.

Para morirse no hay fecha, no hay calendario, ni hay día,
tampoco hay rango social, distinción, ni cortesía,
se puede morir muy triste, como también de alegría,
unos mueren en sus sueños y otros en su fantasía.

Cada quien con sus fantasmas y su esperanza perdida,
alacranes y serpientes, deseando su mordida.

Líbrame Señor ahora, de pensar en tantas penas,
yo quiero vivir gozando, disfrutar de mi estadía,
¡porque ay rápido se va! Todo el sueño de la vida.


2- Cuando me llegue la hora

Algún día he de morir y quiero un lucero al lado,
con noche de luna llena, que tenga un cielo estrellado.

O un día con brisa y viento, que acaricie los trigales,
y que llueva agua bendita, de la que cura los males,
de la que llena los ríos, quebradas y manantiales,
que le da vida a los montes y a verdes cañaduzales.

No quiero un velorio triste, no quiero llanto, ni flores,
tan sólo que me acompañe, el amor de mis amores.

Quiero morirme contento, haber la vida gozado,
y volar como una nube, hacia espacios siderales,
y no saber ya de penas, de engaños ni sinsabores.



El encanto de tu amor


(2 Jotabé hexadecasílabos)


1- Para una persona bella

Para una persona bella, para una dama especial,
para una rosa que se abre, delicada y natural.

Si yo te digo te quiero, lo digo de corazón,
te lo digo en cada sueño, con cada plan o ilusión,
en cada letra que escribo, con mi sentir y emoción,
eres el pan de mi boca, la nota de mi canción.

No te separes de mí, dame tu aliento y calor,
contigo lo tengo todo, tengo el perfume y la flor.

Tú serás mi única estrella, mi lucero celestial,
que felicidad tan grande, saber de tu bendición,
del gozo de tus caricias y el encanto de tu amor.


2- Bendita suerte la mía

Bendita suerte la mía, por tener siempre tu abrazo,
y dormirme cada noche, con calor de tu regazo.

Que si te busco te encuentro, siempre soñando a mi lado,
con un suspiro en la boca, con un beso regalado,
de los que saben a miel, de colmenar encantado,
y yo me siento en el cielo, porque un ángel me ha besado.

Este es el amanecer, yo me levanto contento,
por este amor de los dos, él que en el alma lo siento.

Unido estaré contigo, sin que haya, fecha, ni plazo,
y no hacen falta palabras, ni lucero iluminado,
para saber que te quiero, que estás en mi pensamiento.



Refranes


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


No hay mal que por bien no venga, dice el refrán popular,
y yo pidiéndole a Dios, que no me vaya alcanzar.

Hierba mala nunca muere, ni daña la gota fría,
al caído hay que caerle, no importa su valentía,
cada loco con su tema, dejadlo en su fantasía,
que el pez muere por su boca y el buen cristiano en su día.

El tiempo todo lo cura, el dolor y el desengaño,
la pena de un desamor, que se vivió en el antaño.

¡Ay pena, penita, pena! no me deja respirar,
que no me dure cien años, ni yo la resistiría.
Ya se acabó ese dolor, !pero ay que como lo extraño!



No te lamentes


(Jotabé hexadecasílabo)


Ya deja de lamentarte, que lo que hiciste, hecho está,
y de lamento en lamento, la vida es la que se va.

Y se pierde la sonrisa, con tristeza la mirada,
el corazón agobiado, con el alma condenada,
pero es que llorar no importa, porque no arreglamos nada,
no se va a recuperar, la oveja que está extraviada.

Perdona ya tu pecado, camina siempre adelante,
verás que la vida es bella, como bello es un diamante.

Disfruta esta corta vida, que pronto se acabará,
no más reproche, ni escusa, ni lágrima derramada,
y coronarás tu meta, feliz, dichoso y triunfante.



El limonero de Carlotica


(Jotabé hexadecasílabo con estrambote)


Limonero, limonero, con sus flores de azahar,
y pájaros en sus ramas, lo más lindo del solar.

De hojas frescas y amarillas, y el verde, verde limón,
orgullo de Carlotica, mujer de gran devoción,
¡pero ay que desgracia aquella! tremenda contradicción,
le echaron agua caliente, matando su corazón.

Qué bello el limón aquél, que muchos años vivió,
la mano de un imprudente, sin puñal lo asesinó.

Y el patio quedó vacío, los pájaros sin hogar,
ni flores, ni rezos hubo, ni la última bendición,
para el verde limonero, que todo en vida entregó.

Tal como sucedió,
Se mueren los limoneros, como se mueren los robles,
sin querer también se mueren, los plebeyos y los nobles.



Una pena


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Un día me preguntaste y yo te dije mi vida,
¿qué te pasa, qué dolor, qué pena tiene escondida?

Me miras, pero te callas y yo sabiendo de enojos,
que montón de sanguijuelas, que de cizaña y abrojos,
no te acicalas el pelo, ni pintas tus labios rojos,
pareces la mariposa, perdida entre los rastrojos.

Recién se acaba la noche, hay un nuevo amanecer,
déjate ya de nostalgias, que lo mío es tu querer.

Mejor vivir el presente, que el pasado ya se olvida,
que yo me siento feliz, viendo la luz de tus ojos,
te quiero y he de quererte, si muero y vuelvo a nacer.



Busco unos labios


(Jotabé hexadecasílabo)


Estoy buscando unos labios, de plata y oro pintados,
con un color de rubí, con esmeralda a los lados.

Unos labios encantados, que me inviten a soñar,
en una tierra sin odio, que sepan tan sólo amar,
que hablando de corazones, de amor los sepan llenar,
que florezca una simiente, lo que me hará suspirar.

Unos labios de esperanza, de un universo mejor,
que esparzan un dulce aliento, como jazmines en flor.

Me gustan unos que sean, ardientes y enamorados,
que rían, si hay que reír, que canten para olvidar,
que me brinden sus caricias y sólo me hablen de amor.



Y qué me importa la edad


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Que yo te llevo treinta años, que parezco con dos vidas,
que yo me pinto las canas y que las llevo escondidas.

Qué santos los que critican, los que echan pestes al
[ viento,
a mí no me importa nada, yo estoy feliz y contento,
aunque murmure la gente, a mis espaldas no siento,
que angeles hay en el cielo y sol en el firmamento.

A quien le puede importar, que falte o sobre un lucero,
lo mismo pasa conmigo, si de mañana me muero.

Así tuviera cien años y sangrando mis heridas,
que no es pecado el querer, ni el amor, ni el sentimiento,
aunque hable y diga la gente, tan sólo sé que te quiero.



Quisiera ser como un niño


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Quisiera ser como un niño, sentirme tigre o gacela,
que aunque me pinchen el alma, el corazón no me duela.

Andar por lomas y llanos, elevando una cometa,
poder tocar con mis manos, el azul de este planeta,
ser un clavel de los rojos, o ser un nardo o violeta,
y para ser millonario, que alguien me dé la receta.

Quisiera ser constructor, de sueños y fantasías,
de amor que nace del alma, de cantos y poesías.

!Qué bello escribir mil versos!, de miel, de clavo y canela,
y que Dios me concediera, la inspiración de un poeta,
para invocarle a los cielos y darle los buenos días.



El enamorado


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Tú sabes que yo te quiero, sin importar la distancia,
el aire trae caricias, con tu aroma y tu fragancia.

Estás siempre al lado mío, te llevo en el pensamiento,
como la noche al rocío, como las hojas al viento,
en cada cosa que toco, en todo aquello que siento,
en mis noches solitarias y en todo mi sufrimiento.

Si vivo es sólo por ti y estoy soñando contigo,
y tu simiente dorada, se ha de germinar conmigo.

Y llegarás a mis brazos, con tu amor en abundancia,
y aunque terminen los días, no pasará este momento,
con azahares en flor y espigas llenas de trigo.



Quisiera ser como el viento


(Jotabé hexadecasílabo)


No quisiera ser un árbol, mejor un bosque completo,
de colibrí y mariposas, que de amor viva repleto.

Ser brisa, gota de lluvia, rocío de la mañana,
una rosa natural, que es bella y nada le ufana,
una orquídea, un clavel, un durazno, una manzana,
o ser un rayo de luz, que traspasa una ventana.

No quiero ser roble o cedro, que me tale un leñador,
que haga conmigo unas sillas o un cofre decorador.

Yo quiero una vida nueva, comprar al cielo un boleto,
un piano con mil canciones, de cristal una campana,
y quiero ser como el viento, que me acaricie una flor.



Auyama y berenjena


(Jotabé hexadecasílabo)


Me gusta cuando camina, su cuerpo y su cinturita,
su paso tan elegante, que la hace ver más bonita.

!Qué garbo que le acompaña!, tiene cuerpo de sirena,
sus manos tan agradables, con suavidad de azucena,
!ay su aroma de tomillo!, !su boca de yerbabuena!,
pero saber que no es mía, duele más que una condena.

Yo me deleito con ella, que la tengo, !qué placer!,
que me acompañen los sueños, sus besos y su querer.

Me gustan sus labios rojos, ?cómo sabrá su boquita?,
me servirán de alimento, como auyama y berenjena,
que no hay nada más sabroso, que el beso de una mujer.



Amor al dinero


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Que le estafaron su plata, fue su gran desilusión,
como una bala en el pecho, le atrevesó el corazón.

Ya se ha muerto y era el quinto, el último que quedaba,
eso es lo más natural, todo en la vida se acaba,
ser un hombre millonario, tanto como lo soñaba,
pero cuando lo enterraron, ni una moneda llevaba.

Ya se murió de un infarto, en la casa de la palma,
la muerte se lo ha llevado, sin atenuantes ni calma.

Cómo se acaba la vida, sin una buena razón,
tanto quería su plata, pero tanto que la amaba,
mas alguien se la robó, siendo su amigo del alma.



Tengo miedo


(Jotabé hexadecasílabo)


Tengo miedo, verte libre, como la espiga y el trigo,
buscarte entre mi almohada, la tuya y no estés conmigo.

Deseo saber de ti, de tu aroma y de tu piel,
que no te olvides de mi, que soy guardian y lebrel,
que me alimenten tus besos, que soy tu mascota fiel,
que eres sol en mi jardín, mi nardo, rosa y clavel.

Tengo temor de perderte, de saber que ya te has ido,
que busques otro destino, que lo nuestro esté concluido.

Tengo miedo de extraviarme, sin hallar calor y abrigo,
ser un barco a la deriva, sin ancla, ni timonel,
y tanta historia de amor, se quede sólo en olvido.



Nuestro hijo


(Jotabé)


Tú eres flor y fragancia, espiga y trigo,
Y yo soy más que sombra, soy tu abrigo.

Una hermosa semilla está en tu huerto,
es rosa de tu vientre al descubierto,
con aroma y color en un concierto,
trae la lluvia, amor, a mi desierto.

Será durazno y miel, será ternura,
será tu boca y cuerpo y tú cintura.

Tu simiente abrirá y será conmigo,
tu hijo desde el cielo llegará, es cierto,
derramando en dos vidas su dulzura.



Una luz en la oscuridad


(5 Jotabea con versos franceses)


1- Mi amargura

Hoy vivo mi amargura, pero llorar no quiero,
mi estrella se me apaga, mi sol y mi lucero.

Quisiera yo luchar, mas no encuentro valor,
la juventud marchita, vacía y sin amor,
y miro el campo verde, sin encontrar la flor,
ni el agua transparente, ni el pájaro cantor.

Seré yo el inconsciente, que vague por el mundo,
y he de llorar mi pena, como hace un vagabundo.

El mundo gira y gira, mientras que nada espero,
talvez me reconforte, calmando mi dolor,
la santa extremaunción, que dan a un moribundo.


2- Mi tristeza

Con mi dolor a cuestas, iré calladamente,
Que me señale el dedo, tal vez de alguna gente.

No habrá claveles rojos, ni aceite, ni habrá olivo,
ni buscaré alegría, pues no tengo un motivo,
hay muros del pasado, que ya yo no derribo,
no sé sí ya estoy muerto, si sueño o estoy vivo.

Con la mirada abajo, con pena y con tristeza,
sé que la noche acaba y un nuevo día empieza.

Más para mí no aflora, la luz de otra simiente,
No hay coplas, ni hay poemas y ya ni un verso escribo,
tan solo hay pesimismo, que ronda en mi cabeza.


3- El campanario

Se acaban ya las hojas, el mes del calendario,
sólo se oye el lamento, tañer de un campanario.

Que no amanezca el día, no quiero despertar,
¿total ya para qué?, mi río no va al mar,
y ya calla el jilguero, su canto y su trinar,
y se termina el tiempo, con ganas de llorar.

Mi clavel ya marchito, mis rosas deshojadas,
todas mis esperanzas, están ya sepultadas.

Listo el último adiós, cajón, cedro y sudario,
una rosa, un clavel, me van acompañar,
y todas mis historias, serán pronto olvidadas.


4- Que ya descanse en paz

Mis noches ya sin luna, mis días en penumbra,
La dicha me es esquiva, la busco y no columbra.

Intento levantarme, pero no soy capaz,
y se me va la vida, como estrella fugaz,
y siento ya las garras, de algún ave rapaz,
y el cura dice entonces, que ya descanse en paz.

Y pienso en mis amigos, si alguna vez los tuve,
y el sol se va ocultando, su luz como una nube.

Oscuro está el sendero, mi estrella no me alumbra,
no encuentro ya la oveja, sólo el lobo voraz,
la rosa, ni el clavel, que en esta vida obtuve.


5- Una luz

Pero agradezco a Dios, porque me dio la vida,
el alma que me grita, por siempre agradecida.

Todo es sólo ilusión, la luz, la oscuridad,
la gloria, las estrellas, belleza y vanidad,
querer un pedestal, ¡qué inútil necedad!,
y ya nos olvidamos, de dar por caridad.

Luché con mi destino, cargué siempre una cruz,
no he sido mal amigo, ni he ido en contraluz.

Sólo le pido al cielo y a Dios la bienvenida,
al mismo Ser eterno, le imploro su bondad,
y ya al final del túnel, hallarme con su luz.



Arrepentida


(Jotabé hexadecasílabo)


Que yo te quise es muy cierto, todo es un sueño de ayer,
!ay como dura el recuerdo!, pero qué poco el querer.

Tu fragancia se ha esfumado, tu aroma ya está extinguido,
las golondrinas volaron y solo ha quedado el nido,
se fueron hacia otras tierras, como mi amor ya se ha ido,
con todas mis ilusiones y tu cariño perdido.

Ni con palo de romero, ni con eneldo o limón,
me vuelves a conquistar, !dame una buena razón!

Me dices que te arrepientes, que ya quisieras volver,
mas donde dejaste flores, sólo hay cizaña y olvido,
¿cómo volver a entregarte, las llaves del corazón?



Un sueño contigo


(2 Jotabé hexadecasílabos con versos franceses)


1- Entre caricias y besos

Vivir quisiera en un sueño, de los de dulce sabor,
con aroma de trigales y las espigas en flor.

Que tenga benditas manos, blancas color del armiño,
unos labios de claveles, salpicados de cariño,
sin ápice de rencores, tristezas o desaliño,
con corazón de quince años y la ternura de un niño.

Yo quiero un amor de ensueño, pintado siempre de rosas,
de ruiseñores trinando y de azules mariposas.

Que la vida sólo es vida, cuando se tiene un amor,
que sabe lo que es ternura, de la pasión como aliño,
entre caricias y besos y palabras afectuosas.


2- Sin muros y sin distancia

¿Será posible este sueño?, ¿o imposible de alcanzar?
¿Ser aquel río que corre y tú que seas el mar?

Que seas el puerto aquel, del suspiro y el amor,
donde se siembran espinas y va naciendo una flor,
un lucero y una luna, un rayo y un resplandor,
un halcón con alas grises, y sin garras un azor.

Y que seas el aroma, el perfume y la fragancia,
la boca que me acaricia y el amor en abundancia.

Bendita el agua que corre, el aire y el suspirar,
y la luz que hay en tus ojos, tu Cristo con tu fervor,
sueño, si sueño contigo, sin muros y sin distancia.



Infancia


(Jotabé hexadecasílabo con versos franceses)


Andando del timbo al tambo, en mi infancia no hubo
[ nanas,
ni muñequitos de nieve, ni se pintaron bananas.

Soñando, siempre soñando, llevaba en el sentimiento,
un soldadito de plomo, ovejas y nacimiento,
poder hacer el pesebre, con Niño Dios y contento,
de que mi mente volara, libre, libre, como el viento.

Tantos recuerdos me quedan, tantas remembranzas
[ bellas,
aquellas de mi niñez, que me dejaron sus huellas.

De nuevo vuelvo a sentir, el repique de campanas,
y viaja hacia el infinito, mi mente en un pensamiento,
y entre cometa y cordel, me consienten las estrellas.

 
     
   
     
 
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