¿Quién soy?

(Jotabé)


Soy hombre de acero, de ternura lleno,
de espíritu diáfano y de odio ajeno.

Vine al mundo con honrada misión
de amar al prójimo sin condición,
a vivir la vida con devoción,
para no caer en la perdición.

Soy hombre de paz, orgulloso de serlo,
es innato en mí, no temo perderlo.

Dios me dotó de carácter ameno,
me regaló el don de la reflexión
y mi alma se robustece al hacerlo.



Al árbol

(Jotabé)


Árbol nuestro del cielo bendición,
amigo y hermano dador de ilusión;

la tierra nutres de sombra y frescor,
tu verde manto mitiga el calor,
cual pródiga madre nos das tu amor,
pero insensatos te asestan dolor.

Perdona del hombre su acción voraz,
quien te tala por doquier muy tenaz,

cual si no tuviera en su corazón
la gracia del amor y su esplendor,
te flagela cual brutal capataz.



Los Niños

(Jotabé eneasílabo)


Jardín de ensueños son los niños,
que fácil aprenden con guiños.

Modelándoles las virtudes
las asimilan, no lo dudes;
son manantial de pulcritudes
los niños en las juventudes.

Los niños en el bien formados,
cuando adultos serán honrados;

padres gozarán sus cariños,
sin temor a sus actitudes,
pues de virtud son connotados.



A una Diva de América

(Jotabé dodecasílabo)


El azaroso camino de Alfonsina
avivó su pluma y sangre de heroína.

Talló versos de amor y melancolía,
reflejos de su entorno su poesía,
que procreó con talento y maestría,
hasta llegar el día en que moriría.

El Mar del Plata fue su abrigo fatal,
mas no de su legado monumental.

«Voy a Dormir», poema que su pluma afina,
presagio de una vida que acabaría,
por una decisión errada y letal.



Los Libros

(Jotabé tridecasílabo)


Los libros son naves que trascienden fronteras;
exploran culturas y revelan quimeras.

Son fuentes que abonan bondades al saber,
fortalecen la memoria al poder leer,
oasis que nutren la inventiva al beber,
hábito enquistado que se debe tener.

Son estímulo eficaz al cerebro activo,
medios que liberan del estrés al cautivo.

Nos vuelven hábiles en críticas certeras,
el vocabulario nos hacen florecer,
también con ellos trascendemos lo intuitivo.



En mi Camiopeta

(Jotabé Jitanjáfora)


Muy feliz voy en mi camiopeta
junto a mi adorada Enriqueta.

Mi termano Oscar es feliz,
junto a su amada Emperatriz,
al saber que no soy aprendiz,
ni conductor tan infeliz.

En la tochera bien la guardo,
de lluvia y sol la salvaguardo.

Es tan buena, pero coqueta,
con su rimbombante matiz
que comprármela quiere Eduardo.



A un Amado

(Jotabé pentadecasílabo)


Amado Nervo tu nombre, amigo de fina pluma,
cómo el dilema de la vida y la muerte te abruma.

Viviste carencias en tu niñez y juventud,
pero no menguaron tu vocación ni tu aptitud,
para ser un clásico lírico con pulcritud,
fino arte que fronteras trascendió con amplitud.

Cual diamante fuiste en la belleza artística pura,
con Darío viajaste al Modernismo y su hermosura,

que embelleció tu verso con amor que no se esfuma,
honor póstumo a "La amada inmóvil" y gratitud,
por el inmenso amar, ajeno de pasión impura.



La unión hace la fuerza

(Jotabé tetradecasílabo)


Unamos las manos por una vida mejor,
viviendo como islas nos abrazará el dolor.

Dolor que no se trata se roba la alegría,
llenando nuestra vida de nefasta elegía;
las manos que se juntan viven en armonía,
no saben del flagelo de la melancolía.

Solamente la unidad puede fortalecer
la lucha que se libre desde el amanecer.

Si la unión hace la fuerza no vale el color,
pues Dios así nos hizo y con ello bastaría
para hacer que las virtudes puedan florecer.



San Alejo

(Jotabé dodecasìlabo)


He llegado ansioso a mi ciudad natal,
queda distante de la urbe capital.

San Alejo es su bello nombre de pila,
entre cerros y valles yace tranquila,
en su gente las virtudes hacen fila,
su patrono dìa y noche la vigila.

Cuna de hombres de espìritu libertario,
como Justo Zaldìvar, muy solidario.

El Pacìfico la baña tan cabal,
su patrimonio no lo vende, ni alquila;
su pasado hoy da vida a su relicario.



Aleja de mí Señor

(Jotabé tetradecasílabo)


Aleja de mí Señor, el inminente mal;
hazlo desvanecer en su caverna infernal.

Su miasma no llegue a mi aposento, te lo imploro
y pueda vivir feliz mi vida con decoro,
igual sea mi hogar atrayente como el oro,
que no deja de brillar por ser fino tesoro.

Aleja de mí Señor la vida sin mesura
y que todo defecto halle en mí la sepultura.

Sea de mi destino el arquitecto cabal;
escudo de mi alma ante el agravio, cuita y lloro,
para preservar de mi vida toda hermosura.



Por la senda

(Jotabé)


Van desfilando alegres los zorzalitos
por la senda de lirios y maizalitos.

Desde la senda hoy musican mis rimitas
versos de cuna que duermen mis niñitas,
y vuelan retozonas las palomitas
al compás de acordes de mis guitarritas.

En mágico corcel va el corazoncillo,
sin ropaje de agravio ni rumorcillo.

Por la senda van alegres muchachitos
invitando a danzar a las jovencitas,
y juntos dan vida y ritmo al jueguecillo.