Inmaculada
Rubio
Cuenca (Esñapa)
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Anorexia
(Jotabé)
Su carita rosada, flor de pitiminí,
palidecer de golpe, tristemente yo vi.
La alegría en sus ojos, la luz de su mirada,
y esos labios carnosos de su boca rosada,
sus piernas, cual columnas, donde estaba apoyada,
y el talle tan airoso del que no queda nada.
Con rabia contenida viví su decadencia
Pedí que por mi vida cambiase su demencia.
El dolor y la pena de impotencia sentí,
consumida en ayuno, su juventud truncada,
¡maldigo la anorexia! de la que no hay conciencia.
Ausencia
(Jotabé)
Ese “no estar” que mueve las montañas,
arrastra hacia el abismo las entrañas.
Te retuerce las manos y envilece,
es como un elefante, que parece
bailar en una pata y se estremece,
destrozando la tierra que decrece.
Es muda, “no presencia” retorcida,
poblada de fantasmas, compungida.
Un corazón hecho de telarañas,
si está lleno de huecos no florece,
se desangra despacio por la herida.
Cuenca
(Jotabé)
Es del suelo sinuosa dentellada
Su tierra con el alma en la hondonada.
Elevados y agrestes farallones,
de libertarios grises torreones,
engalanada en dorados crespones,
verde su río, verdes sus balcones.
Cuenca, velada, ligera, sencilla.
Cuenca, del río Júcar maravilla.
Del azul sutil de su faz callada
surgen, cual fuentes, tristes lagrimones,
cuando algún agravio su paz mancilla. |
