Aeda

(3 Jotabé)


I

Los pasos enterrados en arena,
un mercenario que busca faena.

su huella donde pocos anduvieron.
Bajo su espada muchos ya murieron,
quisieron tomar su alma y no pudieron,
como tigres, sus aceros, rugieron.

Mas separaron de este miserable
algo, mucho más que el oro, admirable.

Su amada efigie, de hermosa melena.
Placido idilio entre ellos abolieron.
la llaga, el dolor, la herida... incurable.


II

Luna platinada en el cielo alumbra,
mientras sus ojos miran la penumbra.

«Oh, corazón, apaga este gran fuego».
pero su alma ensordece ante este ruego.
Ella quiere corresponderlo, luego,
su padre quiere terminar el juego.

Vio al mancebo en las ruinas de Aragón,
juró rescatarla en un apagón.

Independiente, cual bella, deslumbra.
Entre vikingos, tesoro noruego.
Es la princesa, la hija del dragón.


III

¿De cuantas historias soy yo el villano?
¿Habré acabado, quizás, a otro humano?

A mi torre anhelan escabullirse,
los advertí, mas no quisieron irse.
Mi preciosa robar, de mi reírse,
Bajo mis garras debieron pudrirse.

Cada noche es una eterna vigilia,
¿acaso alguno mi espíritu auxilia?

Defendí mi clan, me llaman Tirano,
en su sangre los hice zambullirse.
¿Qué harías tú cuidando a tu familia?