Inicio Juan Benito
 
 

Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
AMPARO MARTÍNEZ ESCORIHUELA
 
Poemas
 
Amparo Martínez Escorihuela

Amparo
Matínez Escorihuela

Alcácer, Valencia (España)
Recuerdos

(Jotabé)


Cierras los ojos, y en unos instantes,
se proyecta ante ti, tu vida de “antes”

que tan atrás quedó, se abre un concierto
de violines lejanos y desierto
de músicos, de oyentes , y despierto,
sigo mis huellas por el campo abierto.

Fuera hay brisa y albor, nubes, rumores,
dentro besos marchitos y temblores

Traicionáronme expertos navegantes,
vacío llega el bergantín al puerto
y en el mar se perdieron mis amores.



Contigo en el río

(Jotabé)


Pasaba el agua en el río, indolente
lenta, tranquila en la fresca corriente.

Yo te miraba desde la ribera
flotando en el aire suave y ligera
tu abundante y áurea cabellera
cual hermosa flor en la primavera

Y tú reías bajo el sol de estío
resplandeciente de oro y de rocío,

y mi amor por ti era tan ferviente
que nunca yo pensé que sucediera
tú eres la causa de mi desvarío.



¿Te acuerdas?

(Jotabé)


Inmensa en hondo mar de confusiones
el día oscureció entre mis visiones.

Andaba entre el tumulto de mi vida,
el sol agonizaba, y confundida
mis brazos te estrechaban conmovida
temiendo que llegara tu partida.

El sol cobró de nuevo su energía,
se fue alejando mi melancolía

Fue entonces cuando nuestros corazones
latieron a un compás y fui vencida
al son de una agradable melodía.



Mi alma

(Jotabé)


Cuando salgas de mí ¿dónde irás, alma?
Me pregunto meditando con calma.

Quizás vayas al seno de una rosa
o seas una nube vaporosa
y estés flotando entre la nebulosa
con alas de una bella mariposa.

Puede que estés en campo de amapolas
dejando tu perfume en sus corolas,

flotando por el éter con tu palma
esparciendo perfumes, silenciosa
¿O mecida en el mar, entre las olas?



Paisaje invernal

(Jotabé)


Silencio en los árboles y el camino,
ni siquiera transita el campesino.

En el campo, la vida se ha dormido,
el paisaje otoñal se ha despedido
los cisnes y los ánades se han ido
a otro lugar a construir su nido.

Helado, triste y solitario el río,
los días son muy cortos y hace frío;

muda queda la noria y el molino,
pues hasta el cielo está descolorido
sobre la fría escarcha y el rocío.



En la muerte de un niño

(Jotabé)


¿A dónde fue, mi niño tu hermosura
que inundaba mi ser tu luz tan pura?

Al dejar este mundo en tu partida
dejaste en nuestro ser profunda herida.
Eran tus ojos faros de mi vida.
¡Qué dolorosa fue tu despedida!

¿Por qué has llenado mi alma de quebranto
tú, que fuiste motivo de mi encanto?

De aquel tiempo de dicha y de ventura
sólo queda nuestra alma dolorida
y unos ojos resecos por el llanto.



En la montaña

(Jotabé)


Qué gran placer gozar en la montaña
un fresco vientecillo me acompaña,

oyendo como cantan los jilgueros
siguiendo mis sentidos placenteros.
Derraman su perfume los romeros
y en el bello paraje, en los oteros

se mecen en los aires mariposas
con sus líneas suaves y armoniosas.

El trabajo sutil que hace la araña
con sus tramas de hilos muy ligeros
fabricando obras de arte muy hermosas.



Plegaria a la Maredeueta

(Jotabém)


En este solemne día
gran Señora y Madre mía,

yo te vengo aquí a ensalzar,
dedicarte mi cantar
y al mismo tiempo rogar
no nos dejes de amparar.

Y en mis dolores prolijos
siempre en Ti, mis ojos fijos

te pido, Virgen María
de hinojos ante tu altar
que protejas a mis hijos


Tu capilla valenciana
es como una gran ventana

para asomarnos al Cielo.
Desde este mísero suelo
vengo a buscar tu consuelo
con esperanza y anhelo.

Te quiero de tal manera
que hasta la vida te diera

Virgen Pura y Soberana.
Y en mis noches de desvelo
eres Tú mi compañera.



A un amor no correspondido

(Jotabé)


Llegas a mí cual poderoso viento,
conoces demasiado lo que siento.

Un mar de confusión es mi cabeza
no quiero decaer en mi firmeza
ni quieras arrasar mi fortaleza
y siento rechazarte con crudeza.

A pesar de ponerle resistencia
te lanzas a acosarme sin clemencia.

No puedes alterar mi sentimiento.
Acepta de una vez, con entereza
que por ti sólo siento indiferencia.



Mujer oprimida

(Jotabé)


Mujer sencilla, humilde, laboriosa,
rosario de virtudes, valerosa,

mujer honesta, dulce, recatada
que en una jaula estás aprisionada
y vives tristemente esclavizada
soñando ser un día liberada.

Te ahoga tu vivir sin libertad
y amarga vives en tu soledad.

Rompe tus cadenas, serás dichosa
con tu fuerza y tesón serás librada
y al fin lograrás la felicidad.



Corrupción

(Jotabé)


Estoy cansado, triste, desolado,
por este mundo tan desconcertado;

en medio de este mar de confusión
por todas partes hallo corrupción;
triste y afligido está mi corazón,
me apena presenciar tanto follón.

Desvelad los manejos custodiados
que no queden impunes y ocultados,

que todo infiel acabe derrotado
que acabe de una vez el culebrón,
pues sean perseguidos y humillados.



A una rosa

(Jotabé)


Rosa gentil, encantadora y fina
hermosa, perfecta, cuasi divina

nadie, nada te gana en hermosura;
no desdeñes tu dicha y tu ventura.
¿Acaso puedes añorar dulzura,
tú, reina del jardín excelsa y pura?

Me llena y me emociona tu presencia
aspirando con fruición tu esencia;

tu intenso color rojo me fascina,
tu altivez, tu elegancia y tu frescura,
colma mi espíritu de complacencia.



Atardecer en primavera

(Jotabé)


Hermosa y bella tarde ya vencida,
bajaba la montaña revestida

de flora, fauna y claridad postrera
en pleno resurgir de primavera
¡Qué dulce y suave brisa pasajera
sobre la verde y plácida pradera!

En ese adiós, al despedir la tarde
de abril y sus perfumes, en mi arde,

en tu ocaso me siento seducida.
Preludio de una mañana hechicera;
hermoso atardecer, que Dios te guarde.



Pinceladas

(Jotabé)


Mi corazón oye una voz no extraña
de todo lo creado en la montaña,

y puedo presentir su cercanía
gozando de escuchar la sinfonía
que suena como dulce melodía
y su dulce belleza me extasía.

Los pájaros, las flores y la aurora.
La tormenta en la noche seductora

en la inmensa belleza que ello entraña
la luna, el sol que alumbra cada día
y el poder de su fuerza creadora.


El río, en su murmullo de corriente,
corre, canta y se aleja fugazmente.

Voy buscando una sombra por su orilla,
allí quiero plantar una semilla,
que de ella brote una flor sencilla
tan bonita como una buganvilla.

Siento en mi rostro el roce de la brisa
que el viento deposita a toda prisa

y me llena de dicha permanente
el sonoro cantar de una abubilla
a la par que tu encanto y tu sonrisa.



Tu voz

(Jotabé)


Tu voz es la caricia de una rosa,
tan cálida, tan dulce, tan hermosa.

El murmullo del mar, brisa ligera,
que transforma en verdad una quimera.
Canción sutil que la razón altera,
que perdurara en el Edén quisiera.

Música angelical de una romanza
que suena como un salmo de alabanza.

¡Ay¡ Tu voz, transparente y armoniosa
alegre cual hermosa primavera,
tan sólo halla en las flores semejanza.



Viernes Santo

(Jotabé)


Estás en una Cruz abandonado
con una herida abierta en tu costado

en una Cruz, clavado sin piedad
herido de desprecio e impiedad.
Quisiera acompañar tu soledad
mostrándote mi amor y lealtad

Coronado de espinas en tu frente
se mofaba de Ti toda la gente.

Al mirarte, Señor, en ese estado
vergüenza siento de mi veleidad
ante tu gran dolor, siendo inocente.



Tus ojos

(Jotabém)


Ojos castaños y bellos
una vez me miré en ellos.

De mirada seductora
fuiste mi reina y señora
de la noche hasta la aurora
día a día, hora tras hora.

Los pájaros enmudecen
y las flores se estremecen

A la luz de los destellos
ante tus ojos de mora
los colores palidecen.



Soñé que el viento me hablaba

(Jotabé)


En la cima del monte el suave viento
llenaba mi vida, me daba aliento.

Sentía el suave soplo que me hablaba,
y yo con gran silencio le escuchaba.
El arrullo del viento me hechizaba
y una dicha interior que me embargaba

Me traía noticias de otros lares,
me contaba leyendas de los mares.

Bajo las estrellas del firmamento,
sentía que un hechizo me embriagaba
entre claros de luna en los pinares.


Al terminar la noche silenciosa
renació una mañana esplendorosa

conviviendo con genios, ninfas, hadas
y genios que construyen sus moradas
con gentiles princesas encantadas
y jardines con flores delicadas.

Y crecían las setas vigorosas
con sutiles y lindas mariposas.

!Oh, qué belleza! Al despertar dichosa
colmada de alegrías desbordadas
de haber soñado cosas tan hermosas.



Soledad

(Jotabé)


Busco una luz que alumbre mi negrura,
pisando voy el ala más oscura.

Pasan los años en tropel creciente,
quiero encontrar un mundo diferente
en este laberinto de mi mente;
sueño en un amor limpio y transparente.

La comprensión que busco no consigo
sin hallar entre todos, un amigo.

De esta vida que pasa con premura
aprendo una lección, sencillamente,
de aprender a vivir sólo conmigo.



Separación

(Jotabé)


Aquellas promesas de nuestra historia
quedaron simplemente en la memoria.

Los tiempos que se fueron al pasado
llevándose aquel sueño programado;
aquel amor ardiente se ha apagado
Y algo dentro de mí se ha desgarrado.

De pronto aquel amor no fue tan fuerte
o fue sencillamente que la suerte

no fue propicia ni satisfactoria;
aquel sueño de amor, fue fulminado
llevándolo al abismo y a la muerte.



Se fue en silencio

(Jotabém)


La esperaba en las mañanas;
Fueron pasando semanas

y aumentó mi agitación.
Una inmensa decepción
desvaneció mi ilusión,
y con ferviente oración

yo pedía que llegara
¡Oh, Dios, que no me dejara!

Y su risa de campanas
disipara mi aflicción,
que como antes me amara.


Sentía gran desaliento
¡Qué triste mi sentimiento!

Y en el albor luminoso
sin descanso ni reposo
en busca de ella iba ansioso,
mas todo fue infructuoso.

Si su vida ya es ajena
¿Por qué siento esta gran pena?

Y siempre en mi pensamiento
está el tiempo venturoso
que sin tregua me condena.



Perdón

(Jotabé)


Cuando llega la noche es evidente
que a solas en mi cuarto y a mi mente

Me llegan los fantasmas que a mi lado
en silencio revisan mi pasado
como señala el juez a un acusado.
Yo callo, vergonzoso, acobardado.

Hoy te pido perdón por mis errores
pues sé que te causé mil sinsabores

En actitud pasiva, humildemente
clemencia te pido por mi pecado,
nunca jamás te causaré dolores.



Pensamientos

(Jotabé)


El pensar que esta casa en la que hoy
y con todo el calor que yo le doy

tan llena está de vida y armonía
que mis niñas llenaron de alegría
cerrará sus estancias algún día
me causa profunda melancolía.

Los pájaros sus trinos cesarán
y mi casa ya nunca alegrarán.

En mis negros presagios sola estoy,
los ecos de una dulce melodía
y al paso de los años morirán.


Y mis hijos se fueron, ya mayores
pues tienen otro hogar, otros amores.

Aterrador silencio, tristes ecos
entre viejas cortinas, mustios flecos
y rotos los juguetes y muñecos;
por el llanto mis ojos están secos.

Es causa de dolor y gran quebranto
dejar todo aquello que quise tanto.

Pero debo alejar tantos temores
olvidar los pasados recovecos
que me producen tanto desencanto.



Los pobres del mundo

(Jotabém)


Van caminando en la vida
en empinada subida,

Mirando siempre el deber
buscando para comer.
Su pecado fue nacer
en un mundo en que el poder

sin principios ni moral,
por su ambición material

a los que sufren olvida.
Solo su afán de tener
les convierte en ser brutal.



Feliz cumpleaños

(Jotabé)


En esta tarde, cuando el sol declina,
movida por un ansia repentina

he querido encerrarme en mi aposento
para escribir con gran gozo y contento,
y así expresarte todo lo que siento
y cuán grande es por ti mi sentimiento.

Pues quiero recordarte en este día
que me hace muy feliz tu compañía,

Y en este cumpleaños que termina
deseo, no lo dudes ni un momento
que cumplas muchos años, vida mía.



Canto a la Primavera

(Jotabé)


Quiero gozar de eterna primavera,
disfrutar desde esta inmensa pradera,

este jardín salvaje, de locura,
embriagarme del néctar que supura,
y poder contemplar tanta hermosura,
su esplendor, su belleza y su ternura,

el aroma de la florida palma
esa pureza que me embarga el alma.

Y después de esa gloria pasajera,
arriba, en la montaña, en su espesura
llenar mi espíritu de inmensa calma.


Y el pájaro que anida en la arboleda,
con él cambia de aspecto la alameda,

escuchando un jilguero peregrino
cantando me acompaña con su trino,
me alegra con su son casi divino
haciendo más ligero mi camino.

Al pasar junto a una marchita rosa,
junto a ella se para, y allí posa,

y aquella triste flor, mustia se queda,
aceptando sumisa su destino
al final de su vida tan hermosa.


Más no muere la rosa a la esperanza,
por la gracia de Dios y sin tardanza,

volverá otra vez la primavera,
y aquél bello paisaje en la ribera,
desde la llanura hasta la ladera
de flor se llenará imperecedera.

De púrpura se viste el horizonte,
se alegran las ciudades y hasta el monte,

y allá a lo lejos, en la lontananza
el hermoso paisaje persevera
mientras las aves se alzan en remonte.



Inmigrantes

(Jotabé)


Un barco he descubierto a la deriva
huyendo de una fuerza represiva,

de aquellos que dejaron sus hogares,
su pueblo, su familia y sus cantares
con lamentos de angustias y pesares,
en busca de su pan en otros lares.

Ojalá hallen sustento y nueva vida
después de tan amarga despedida,

buscando van otra patria adoptiva.
Luchando bravamente por los mares,
dignos son de la paz apetecida.



Recuerdos junto al río

(Jotabé)


Contemplo este lugar cada mañana,
bello paisaje desde mi ventana.

volviendo a revivir mi vieja historia
que guardo en el desván de mi memoria,
cuando ya esperaba alcanzar la gloria,
pero nunca logré ni una victoria.

Recuerdos vuelven hoy mientras paseo,
las cosas que he perdido y no poseo,

y aquella juventud, hoy tan lejana
sólo fue una larga trayectoria
sin cumplir ningún sueño ni deseo.


¡Cuántas cosas ayer se llevó el río!
Un corazón latía junto al mío.

Aquél azul de ayer, todo esperanza,
hermoso fue aquél tiempo de bonanza.
Todo al fin se convierte en añoranza
en este ocaso de desesperanza.

Desde este mirador me he construido
un perfecto escenario sin rüido.

¡Qué calma y paz en este caserío!
Sólo oigo un rumor en lontananza
en medio de un silencio ensordecido.


¡Cuántas cosas ayer se llevó el río
bajo la bruma gris de un cielo frío!

Me encuentro por un triste derrotero
y nada me resulta placentero.
¡Qué sola voy perdida en mi sendero!
¡Oh, como ansío un amor verdadero!

Sí, sueño cada día con mi estrella
y corro infatigable tras su huella.

A veces me rebelo y desvarío,
pues puse mi ilusión y gran esmero,
y aunque no lo logré, ¡la vida es bella!
 
     
   
     
 
    Amigos conectados     Arriba