Volar

(Jotabem pentasílabo)


Soy mariposa
que en ti no posa,

porque te fuiste
y no viviste
lo que creíste,
ni mereciste.

Mi ser te ama,
mi amor te llama,

libarte osa
y allí supiste
que aún soy llama.



Se ríe y aprende con un payaso

(Jotabem pentasílabo)


Al circo vamos,
allí entramos.

Dijo un payaso:
yo, pan amaso,
yo, cebolla aso,
y duermo al raso.

¡Y qué pequeños
que sois, mis sueños!

No tengais amos,
hacedme caso,
no tengais dueños.



Eres para mí

(Jotabé de pie quebrado)


Mi gozo está herido con tu tardanza
y no tengo esperanza.

Eres tú, cielo una tea encendida,
un sol radiante, una Pascua Florida,
una luna que bien riela en tu vida.
Lo dulce en ti anida.

Mi amor te anhela, no quiero perderte,
siempre voy a quererte.

Reina mía ya no tengo añoranza,
ni existe en nosotros dicha fallida.
¡Qué sublime es tenerte!



No dudes de mi amor

(Jotabé de pie quebrado)


Fuime presto en pos de ti, te buscaba
¡Y moza! no te hallaba.

¿Por qué serrana dudas? yo te amo.
Mucho es mi querer y en sueños te llamo.
Niña seré tu siervo, no un reclamo,
ni triste, ni soflamo.

Y mi afán de volar por otros lares,
no existen, son azares.

Con Morfeo, yo tu boca besaba,
y al soñar contigo, despierto exclamo:
¡Otra alma no buscares!



¿Lo encontraré?

(Jotabé de pie quebrado)


Busco un poema que nada le falte
nada le sobresalte.

Sea ameno, intimista y cadencioso
libre como las aves, muy hermoso
ensamble «qué» y «cómo» muy garboso,
con un toque jocoso.

Henchido de elegancia y de ternura
y rezume finura.

Que la sencilla palabra resalte
muy nítido y cercano, no pomposo,
todo gozo y mesura.



Mimar a nuestra tierra

(2 Jotabé)


Aleja tu pena, tierra respira,
que uno a cantarte viene, te ama y mira

tu sequía y tus aguas torrenciales
bravas ¡qué se acaben! ¡y atrás tus males!
Pensando en ti, te ayudará a raudales,
clamando ¡fuera ya gestos banales!

Temple irradia y bastantes se convencen,
por ti lucharán, seguro que vencen.

A tu lado, gozosos y sin ira,
para ti el bien desean, no caudales.
¡Venturas! Que todos los hombres trencen.


Muy valientes van a librar batalla,
mares limpios, que den todos la talla.

Y quienes malgasten las aguas ¡fuera!
Aire puro, nadie a la tierra hiera
armonía en el prado, así se viera,
si afán y tesón en todos cupiera.

Al cuidarte y sentirnos responsables,
vivimos más felices, más amables,

y nuestra alma henchida de amor estalla,
cuidándote mucho, madre hechicera
sueño cumplido, paz y gozo estables.



Hablando con Jesús

(Jotabea con doble rima)


Jesús te voy siguiendo, avanzando contigo,
voy tras de ti sabiendo, con esfuerzo me obligo.

Lléname de paciencia, ilusión y alegría,
Tu amor la mejor ciencia, más luz así habría.
Dame mucha prudencia, con vos ya la tendría,
Aclara mi conciencia, quererte más podría.

Mi fe, desea amarte, también en los festejos,
no quiero defraudarte, con malsanos manejos.

Tu corazón latiendo, paciente como amigo
todo paz y creencia, sagrado verso haría.
Deseo ¡sí! amarte, con fuerza y sin complejos.



Rosalina

(Jotabem)


Rosalina la llamaban,
su gente de allá la amaban.

Agarena no, cristiana.
Celosía, la ventana
presa de una ley arcana
que un emir, la usara vana.

Rosalina, Rosalina,
susurraba con voz fina...

...sus cuitas en Soria estaban
cantando a su alma galana,
a su conde, luz divina.



A Gabriel

(Jotabea)



El chasquido de un beso, melodía de vida,
preludia la ventura, que en mi alma pura anida.

Me rinden tus requiebros, tus palabras de miel
sonrisa que me embruja, adorado Gabriel.
Seremos un suspiro, mi piel sobre tu piel,
mi amor quiéreme mucho, tú seme siempre fiel.

Ardiente tu mirada, tus brazos, un descanso,
posesivo en tu anhelo, después, dulce remanso.

Y caigo en tu bravura, ¡a volar enseguida!
vivirá en ti una ninfa, como la bella Ariel,
gozo vivo y certero, nada de frío y manso.