Vicente
Gómez Quiles
Castellón (España) |
El sueño de una boca
(2 Jotabé)
Qué fraudulenta fue esta vida mía;
pues todo cuánto quise, lo perdía…
Frías orillas de mi alma surcaba
vital vuelo con recuerdo que acaba.
Su agua zozobrada me amamantaba
soledad nunca escrita (cual cantaba),
con voz hiriente de otra sal maldita;
ola que no muere sino medita
bajo una playa de melancolía.
Hágase gaviota —boca si amaba—,
en lugar de tanta voz erudita.
Y no es senda, ni cómo se camina
ala del tiempo que el viento elimina.
Por eso, quiso ser ave su boca;
mucho antes, de anclarse labios la roca
o sombras amantes su luna loca,
y el aire, ¿otro universo nos derroca?
El sueño de una boca es ser ligera,
huirse del diente y de la carne fiera.
Verso, mi boca porque me encamina
la palabra muerte que se revoca;
no ser cierta la vida cuánto era…
Mi invisible mitad
(Jotabé)
Yo que viví con un desconocido,
eventual huésped de mi ser he sido;
mientras me escarbo, menos lo cacheo
al espíritu cierto que no veo.
En espejos ya lo busqué tal reo
y por hallar consuelo, aún sondeo.
Venerable sainete guardas: duda,
dando prioridad a tanta alma muda.
Dentro saltan si me doy por vencido,
voces calladas donde curioseo.
¡Cedan luz a la boca inerte y cruda!
¡Ay, peculiar objeto lisonjero,
morador de mi sentir verdadero!
¿A dónde vas cuando te sueño dentro?
Del amor, corazón se yergue centro.
Por ti, mi sed de mar vibra agua adentro.
¡Contigo, sé morir si no te encuentro!
Eres rumor de mi eco silencioso,
tan etéreo, tan diáfano y hermoso…
Feliz me siento del perecedero
lapso, donde sin verte, me reencuentro
la sinergia de un halo misterioso.
(Poema ganador del Décimo Accésit del,
V Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé) |