Leonilda Lilian
Gómez
Resistencia (Argentina)
|
La amisted verdadera
(Jotabé tridecasílabo)
Sentir la mano amiga es obsequio de vida,
afecto gozoso, placer que se convida.
Es caminar disfrutando de la empatía
con transmisión ponderable de la energía
que vigoriza rutinas de cada día
y busca el calor de agradable compañía.
La amistad verdadera traduce en misión
el digno motivo de apagar desazón;
tonifica la autoestima percibida
bajo soles de divertida melodía
que dificultan transitar su perdición.
Un influyente poeta valenciano
(Jotabé tetradecasílabo)
De juglares aprendió el poético cantar
y lo transformó en peculiar y culto versar.
Ausias March prescindió de la rica fantasía
para internarse en la realidad que vivía
el ser humano en la ruta de su travesía
con los defectos y virtudes que poseía.
De su Valencia natal surgió en gran literato
con poemas de influyente y trascendental trato.
¡Gran exponente del Siglo de Oro! Cultivar
el decir humanista fue la chispa que haría
emerger el Renacimiento y su correlato.
Tragedia
(Jotabé pentadecasílabo)
No busco motivos aunque, por lectura, imagino
que en Valencia devino un trágico flujo dañino,
acantonado en temerarias lluvias torrenciales
que haciendo piruetas en los barrios residenciales
destruyó coches, vidas, ilusiones... ¡Cuántos males!
llevándose consigo hasta sorpresas inusuales.
Triste espectáculo difunden las fotografías
con gran desorden de dantescas coreografías.
La vida sigue soportando el duelo mortecino.
Desde mi tierra, consustanciada con vendavales,
¡ruego al Altísimo que renueve las energías!
Embustero
(Jotabé Verevés)
Amorío de hombre vil, embustero,
hechizo cruel de cuervo traicionero.
¿Dónde ha quedado tu hombría de bien?
¿Deseaste sumarme a mi también
a la larga lista de tu desdén?
¡Ja! Te descubrí en un santiamén.
Traicionero cuervo de cruel hechizo,
saldarás tus males al gris plomizo
de un playero y tórrido mes de enero
cuando intentes galantear a quien,
con astucia, te acepté cual panizo*.
* Panizo: En Chile, persona de la que se piensa obtener provecho.
Una excelsa poeta
(Jotabé hexadecasílabo)
Desde una bella hacienda del México poscolonial
Sor Juana Inés de la Cruz marcó su impronta colosal.
Nutriéndose, poco a poco, con abundante lectura
desplegó su tinta refleja de brillante mixtura
y con hábiles estrategias de juvenil moldura
logró sortear límites de bordada tesitura.
Su ingreso, como profesa, en el ámbito religioso
le posibilitó sublimar su espectro deseoso
con poesía temática de rasgo natural,
con textos emblemáticos que alzaron la catadura...
¡Gran exponente hispana es del Siglo de Oro culturoso!
Mi bandera argentina
(Jotabe tridecasílabo)
Mi amada bandera es el techo de mi vida,
blanca y celeste, con el cielo compartida.
Es el sol que, desde el centro, nos ilumina
tibieza y brazos que la empatía domina;
aun siendo migrante, su propia voz latina
acerca al suelo donde su amor peregrina.
Sabe de lides trágicas, endemoniadas
y de libertades, con sudor, consagradas.
De patriotas sueños y esperanzas nacida,
glorioso símbolo de mi tierra ¡Argentina,
serás por siempre el reflejo de mis miradas!
Día mundial del poeta virtual
La voz del poeta virtual
(Jotabe tetradecasílabo)
El final de octubre celebra fecha especial;
convoca al Día Mundial del Poeta Virtual.
Reunidos por la poesía, juntos decantan
temas variados con letrillas que se agigantan.
Son voces expresivas de emociones que cantan
al dolor y al amor en paisajes que diamantan.
Son mensajes de natural solidaridad;
son pedidos de verdadera tranquilidad.
Hallaron, los libros, el complemento ideal.
Al progreso tecnológico ahora se imantan
buenas perspectivas: ¡el arte y la utilidad!
Semblanza de un Gran Poeta Nacional
(2 Jotabés dodecasílabos)
Entre los amores y melancolías
fluyó el poeta sus afanosos días.
Julio Flórez halló, desde su niñez,
la atracción literaria con sencillez.
Esparció su empatía sin ser soez
acuñando, del pueblo, la solidez.
Entonó la desesperanza prohibida
en los azares de su bohemia vida.
Versaba con honor y sin pleitesías
en cada rincón de aquella lucidez
que le servía de auspiciosa guarida.
Asimiló a la muerte con hidalguía,
transformándola en singular poesía,
por las guerras existentes, influenciada.
La política lo obligó a la escapada
imprevisto exilio sin mayor mirada
que, quizás, aceptó sin ser deseada.
Digna imagen de persistente memoria
es su precoz y notable trayectoria.
Vivió su tiempo con esa valentía
que supone el nacer como una llamada
al acervo de la colombiana historia.
Tiempo y vida
(Jotabé tridecasílabo)
Oía el tic tac batiente a ritmo creciente,
crecía la lucha afanosa de su mente...
Imaginaba cómo hacerlo revivir,
investigaba cada fragmento al asir,
rondaba el ansia tirano de subsistir;
rechazaba la sola idea de morir.
Pensó mucho en el valor de la eternidad;
creyó ser ventajoso en la posteridad.
Olía a ser anhelo fugaz que se siente;
reflejaba lo humano al no querer partir.
Entendió el vencimiento de cualquier edad.
El hombre y el medio ambiente
(Jotabé Anre)
Jotabé Anverso
Disfrutamos siempre del bienestar servido,
reprochamos luego el ocasional olvido.
Queremos aparcar en la felicidad;
debemos reconocer la oportunidad;
podemos superarle a la contrariedad.
¿Seremos dignos confesos de nimiedad?
Vivimos como creaturas naturales.
Seguimos comunes preámbulos sociales.
Estamos serpenteando hacia lo sabido.
Paremos. Dejando de lado necedad,
¿preferimos parecernos a los chacales?
Jotabé Reverso
Servido tomamos de lo que disfrutamos,
olvido engañoso es el que mal reprochamos.
Felicidad es hallarnos donde queremos;
oportunidad, cuidarla como debemos.
Contrariedad provocar al medio podemos;
Nimiedad, por probada desidia seremos.
Naturales son circunstancias que vivimos.
Sociales, dentro del rebaño que seguimos.
Sabido es que con el daño ambiental estamos.
Necedad se observa en las acciones. Paremos.
Chacales... es la conversión que preferimos.
Duelo a plumas
(Jotabé tridecasílabo)
Célebre es el duelo a pluma de los poetas
con versos repletos de ironías concretas,
cuando el Siglo de Oro elevó a literatura
los insultos ardientes, con total soltura,
obligando al herido a actuar con premura
para defenderse de fea catadura.
Y pasó la burla a ser un arte enraizado
en aquellos plantíos que lo han abonado.
Quevedo logró escalar las buscadas vetas
incitando a Góngora que, con tal holgura,
al culteranismo lo imprimió laureado.
Al creador del culteranismo
(Jotabé decasílabo)
La poesía brilla en Castilla
desde el día que halló la cerilla
inserta en el ápice candente
del distinguido vate ascendente
que se transformó en el referente
del culteranismo trascendente.
Guió sus metáforas con soltura,
emblema de bella partitura,
nutriendo escritos de maravilla,
gentil y burlesco halo dicente
ornado de exquisita mixtura.
Renacer
(Jotabé)
En el renacer de cada mañana
tus aires me llevan a la temprana
fragancia de dioses enamorados,
en bellos decires engalanados,
con sensuales besos estimulados
por esclavos abrazos encumbrados.
Eres mi mundo, color de mi sueño;
deseo de ver un fuerte diseño...
renazco, por fin, al toque de diana
cerrando los velos antes creados
por brunas lumbres de dúctil empeño.
¡Vamos Argentina!
(Jotabem)
Hoy se enfrentan dos hermanos
siendo ambos americanos
en un reto no casual.
Late el corazón real
por un artero penal
que evalúen de legal.
Se abre paso el argentino
con respeto de latino.
Hoy la Copa busca manos,
sin llegar a ser mundial,
y Argentina es buen destino.
La amistad
(Jotabem acróstico Sérmico)
La amistad es sentimiento,
vida ágil en movimiento.
Es la mano que se extiende
muy solícita, por ende;
bonita actitud propende
si el recibidor entiende.
Tú, amigo ideal eres;
estás pendiente de seres
siempre dándoles aliento
cerca de aquel que pretende
amor digno de placeres.
¡Al gran pueblo argentino!
(Jotabem)
Promesa se oye a lo lejos
de Argentina, y sus reflejos
que enarbola su bandera,
cual Belgrano en la ribera
adonde jurarla hiciera
al patriota que quisiera.
Sus colores, con amor,
desde el cielo dan calor
a los hijos que en festejos,
en una tierra cualquiera,
la abrazan con gran ardor.
Experiencias
(Jotabé)
Un flujo de experiencias y licencias
aparentan visibles disidencias.
En la tercera, dicen, que es vencida
cuando en las lides no tiene cabida
una lección expuesta y aprendida,
con inviable connotación herida.
Mas, reluce la remota emoción
si se presenta casual ocasión
de sentarse cómodo sin sentencias
en la cima de una loma querida
tras un juicio de acertada opinión.
El poeta «maldito»
(Jotabé dodecasílabo)
Allá, en el mil ochocientos nació en Francia
un hombre ilustre de poca tolerancia,
quien con ensayos, críticas y poemas,
admirando a Gautier, Poe...como emblemas,
sumados a de Maistre, le dieron temas
para escribir sus simbólicos fonemas.
Su impronta de bohemia indisciplinada
abordó lo bello y la muerte anunciada.
Poeta del modernismo e itinerancia,
Charles Baudelaire halló entre los lexemas
la trascendencia de obra predestinada.
Entre amigos
(Jotabé dodecasílabo)
En retos literarios nada es igual
y con rima jotabé es lo más cordial.
Pone Jotabeando acento vivaz
que toda creación convierte en veraz
aunando espíritus de corte sagaz
en un mundo que es cada vez más audaz.
Por eso, este grupo sigo sin fallar
con la esperanza que aquí he de plasmar:
en mentes afines al juego cordial,
dotando del recurso alegre y fugaz
siento que entre amigos, disfruto mi estar.
El desafío de la musa
(2 Jotabés Trirrima dodecasílabos)
Este reto se proclama desafiante
y lo respeto cual trama delirante.
Interpreto que lo agobiante me llama
si la musa andante al completo reclama
y como decreto de dominante ama
mi alucinante secreto se derrama.
Entre soflama de fragrante profeto
se diagrama acorde un vibrante terceto
que declama hábil el coqueto farsante
con el objeto de altisonante flama:
¡bella es la dama y relajante, el libreto!
Pero, no hay llama flagrante en el aceto
que apague el drama suplicante del dueto.
Si el tenor distante del cuarteto aclama
llevar a quinteto la restante rama
abierto a un sexteto errante que clama
viandante oxígeno de boceto es gama.
¡Vaya lío que brama inquieto talante
para fama de minueto avasallante!
Si es retama de habitante recoleto
o amuleto cantante que se amalgama,
será epigrama de sujeto mandante.
El camino
(Jotabé)
«Caminante, son tus huellas»
verdaderas guías bellas,
que pretendo yo seguir
en los días por venir
dibujando el subsistir
con pinceles de esculpir.
«Al andar se hace camino»
y, a veces, se pierde el tino,
mas, prefiero ir yo por ellas
sin voltear al partir
procurando ser genuino.
Intertextualidad con el poema
«Caminante no hay camino»
El gran deseo
(Jotabé Trirrima endecasílabo)
En el azul cielo de tu mirada
veo el tul, velo de la enamorada.
Mi sueño de lucir el gran vestido
es dueño de unir, de ambos, el latido
y cual leño presumir lo encendido
sin desdeño de pulir lo querido.
¡Qué bello es palpitar lo deseado
y poner sello de habitar el hado!
Con el chaúl, desvelo de *alborada,
me empeño en no decidir lo atrevido
sin que ello ose transformar lo anhelado.
* Chaúl: tela de seda de China.
Desvelo
(Jotabem 33 pentasílabo)
Ante ese anhelo
con mil recelo,
yo voy mirando,
yo voy hilando,
te voy soñando,
te voy pensando,
¿cómo decirte...
y sin herirte?
¡Oh, gran desvelo!
me vas matando...
y sin medirte.
Buenos augurios
(Jotabé Abecedario eneasílabo)
Augúrote buena certeza;
difícil es fundar grandeza.
Haz inicio jaloneando
kilómetros laboreando;
mas, no ñoñees operando
penas que retas solfeando.
Total... unificas valor,
waflero xiloprotector.
Ya zarandeas altiveza.
Bailarás capitalizando
destellos en flanqueador.
En nombre del amor
(Jotabé)
«Nada turba mi ser, pero estoy triste»
desde el mismo momento en que partiste.
«Algo lento de sombra me golpea»,
fatiga recuerdos de panacea,
fractura el pensamiento como sea
trocando mi dolor en una tea.
«Debe ser» [...] «la tristeza» [...] del «poeta»
«de cantar y cantar» como saeta.
¡Valoro tanto, amor, lo que me diste
que si el tiempo, sin razón, me apedrea
volaré a tu encuentro en una cometa!
Compuesto con la técnica de la Intertextualidad con el poema «Canción amarga».
Oda a mis manos
(Jotabé tetradecasílabo)
¡Oh, manos benditas que acompañan mi existir
no me dejen nunca; antes prefiero yo morir!
Son mis armas de trabajo, dignas de cuidado,
son armas de caricias a todo ser amado;
manos que se multiplican en pincel labrado,
manos que reconfortan hasta al más desdichado.
Son ustedes las que me otorgan independencia
en bonanzas y adversidades de mi existencia.
¡Oh, manos mías, afrontemos el porvenir,
unidas, entrelazadas ante cualquier hado
que se torne en desafortunada interferencia!
Tú y yo
(2 Jotabés eneasílabos)
—¡Entre rosas y cardales,
eres cura de mis males!
Con delirios de princesa,
en altares de sorpresa
que desatan la promesa,
me conquistas... ¡tan traviesa!
De tu aroma haces alarde
tras mi sesgo de cobarde.
¡Ah, cuánto gozo a raudales
con tu piel de seda fresa
cuando entre mis manos, arde!
—¡Cómo fulge tu mirada!,
cual bella luna encantada,
que acaricia persistente
mi corazón estridente
con la cadencia demente
del deseo floreciente.
En mi pecho el alborozo
asiste pleno a tu gozo,
y entre sábanas pillada
con tu dominio candente...
¡en las alturas retozo!
Mano solidaria
(2 Jotabés)
No quiero la mano que empuñe un arma,
tampoco aquella que ostente la alarma.
Busco esa mano que se brinde entera;
que acude presta de cualquier manera
a aliviar el dolor que desespera
si la asistencia no es pura quimera;
que se apoye en mi hombro en son de consuelo
y propicie, en mí, motivos de vuelo.
Quiero esa mano que pronto desarma
toda inquietud de salud verdadera
echando por tierra ingrato desvelo.
Mas, hay manos que se observan ausentes
aunque la mente las tenga presentes;
manos hábiles que, contra natura,
se brindan con admirable soltura
y capacidad de buena cultura,
atravesando la moldeadura.
Se diferencian de manos normales
porque comparten los pies por iguales.
Son manos de personas resistentes
a vivir con dependencia segura
morigerando el poder de sus males.
El árbol torcido
(Jotabé tridecasílabo)
Un grito silencioso ahoga su garganta
con un dolor misterioso que se agiganta.
Su sombra acogedora, mil brazos derrama;
incólume ególatra ante sí se proclama;
dispuesto a no ceder ni el brote de una rama
su lomo curvilíneo al sol se encarama.
La elegancia cede paso a la tolerancia
con una voltereta de su tierna infancia.
Atrapa mi visión la imagen que decanta;
hechizo de luna su ploteado inflama
torcido, incómodo pero con arrogancia.
El árbol del amor
(Jotabé tridecasílabo)
La sombra acogedora de un árbol placero
fue «Celestina» de un romántico versero.
¡¿Cómo olvidar su tronco liso, enorme, grueso,
cuya espalda me refugió del primer beso?!
Tenía ramas...; ¡hum! No recuerdo más que eso.
Con la flor que me obsequió casi me embeleso.
El atardecer se apuntó complicidad
con devoción evidente de habilidad.
Evoco con nostalgia aquel mes de febrero;
un corazón con iniciales fue el suceso
que dibujó el destino hacia la eternidad.
El gran poeta Octavio Paz
(Jotabé tridecasílabo)
En diplomacia y ensayo dio su presente
mas, de la poesía, es un gran referente.
A su querida tierra azteca hizo brillar,
en el obsesivo y prolífero cantar,
con moderno y surrealista desfilar
de topoemas que signaron su versar.
Temas existenciales drenaron el fluir
de la lírica que diseñó su escribir.
El gran Octavio Paz yace en el subconsciente
de las letras consustanciadas a la par
de circunstancias que le tocaron vivir.
Pequeños mañeros
(Jotabe pentadecasílabo)
Siendo pequeñitos escogen los niños sus mañas;
¡atención!, ¡cuidadito! cómo y cuándo los regañas.
De siesta, una vueltita y van juntándose en rebaño;
poco a poco, despacito, arremeten el peldaño.
Cuando uno se descuida, ¡zas!, recala el desengaño
con la muestra amoratada de memorable daño,
que provoca en un retoño, la empeñada arañuela
tejedora mañanera de aquella añeja tela.
Volverán otro día a escoger otras artimañas
saltando cercas o columpiándose en travesaño;
o, quizás, añadiendo mañanitas de la abuela.
Mis respetos don Lope
(Jotabé eneasílabo)
Si de algo pudo alardear
fue de escribir y enamorar,
Lope de Vega, el as voraz
de gran poética locuaz;
en dramaturgia fue capaz
de variar la escena veraz.
Y dicen las lenguas filosas
que también escribió otras cosas...,
pero de eso no voy a hablar;
si la persona es pertinaz,
los grilletes no serán rosas.
El asado
(Jotabem)
Con su permiso, señores;
acá estoy de mil amores
acercando al peregrino
que, como plato argentino,
disfruta de su destino
y se riega con buen vino.
¡Se paladea con gana
el olorcito que emana
de ese asado, con sabores!,
de la carne que nos vino
a despertar la semana.
Una quinceañera especial
(Jotabé pentadecasílabo)
Una fiesta memorable en el mundo jotabero
en el cumple de los quince, que, por ser el primero,
la Rima, cual niña, en sus florecidas primaveras
emociona hasta las lágrimas, de pie y verdaderas,
a su padre, el Gran Maestre, que no deja en quimeras
los sueños que reflejan sus largas noches señeras.
Atesora amistades con las plumas coloquiales
entramando hábilmente poetas y marginales
en tonos luminosos de lírico romancero;
y atravesando sendas de sutiles hechiceras
revela las nacientes de profusos manantiales.
Mi abuela Mariana
(Jotabé eneasílabo)
«¡Bienvenida sea la risa,
[...] deja alegría [...] donde pisa!»
«Que venga mi abuela Mariana»
que me lea el cuento de rana,
«me enseñe canciones» de nana
y me traiga dulces mañana.
«Me ducha, me peina y jugamos»;
con ella ¡qué bien la pasamos!
Que venga mi abuela de prisa
con nuevo «sombrero de pana»
y, «al campo» enseguida, nos vamos.
Todas las expresiones ente comillas, pertenecen a los poemas «La Risa» y «Mi abuela es un hada» de la poeta española Gloria Fuertes.
El poeta de pluma y lanza
(Jotabé tetradecasílabo)
Rindo hoy mi homenaje a Natalicio Talavera,
poeta paraguayo de alma y pluma guerrera,
que cantó para su patria con sentir paisano
ensayos, periódicos y poemas en mano,
la tradición, lengua y filiación del pueblo hermano,
temas esenciales más allá de lo mundano.
Talentoso intelectual un himno dio en crear
tratando de, a la independencia, identificar.
De los pagos de Guairá corta fue su carrera,
mereciéndose el honor de elevar, desde el llano,
el aprecio guaraní que logró conquistar.
Platero, un buen compañero
(Jotabem)
¡Cómo olvidar esta historia
que guarda fiel mi memoria!
De inigualable ternura,
con su imperante tersura,
marca mi inicio en lectura
desde la cándida albura.
Juan Ramón grabó valores
de invalorables tenores.
Con moderna trayectoria
y poética dulzura
destacó bien sus amores.
Amor amante
(2 Jotabes)
El amor es [...] como un ramo de rosas;
Eros trae [...] las flores olorosas.
Amando, se albergan las primaveras
de todas las umbrías y [...] praderas.
En mi pecho, harto de vanas esperas,
fluye con energías verdaderas.
Perfumes de retamas [...] y glicinas
... ungen mi piel de [...] esencias campesinas.
Lleno de sensaciones primorosas,
Amor, llegas [...] cruzando largas eras
atravesando ríos y colinas.
Tómame ahora que aún es temprano
y [...] llevo [...] mi calidez en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
[...] la taciturna cabellera mía;
y [...] que tengo la carne en sintonía
con ojos y la piel en armonía.
Ahora, con mis labios en sonrisa
cual campana sacudida de prisa.
Después…, ¡ay!, no seré un nardo lozano,
mi cuerpo caerá en triste agonía
solo asistido por piadosa brisa.
Intertextualidad con poemas «Amor» y «La hora» marcado con [...]
El poeta
(2 Jotabés eneasílabos)
«El poeta es un fingidor»
que resguarda su gran dolor,
tras escritura dolorosa
que se transfigura en piadosa
en quien la ha leído gustosa,
adoptándola, en verso o prosa.
«Ese tren sin real destino»
encuentra su propio camino,
con el seductivo motor
de imaginación vigorosa
que induce al lector a su sino.
«Lo que sueño y lo que me pasa,»
ficción o realidad rasa,
interpreta mi condición
de la poeta en tal acción
sin hacer especial mención
que obstaculice la ilusión.
«Libre ya desde mi atadura»
escribo con total soltura,
no siempre de lo que traspasa
ni perjudica al corazón,
y «sienta quien lee» ... mesura.
El desafío
(Jotabé eneasílabo)
Es este reto un desafío
más laberíntico que un río,
con atípicos avatares,
fértiles allende los mares,
desérticos en otros lares,
descreído de los versares.
Mas, el ímpetu se refleja
como tácita moraleja
enhebrando el libre albedrío
entre melódicos cantares,
clásicos rizos de guedeja.
Volver
(Jotabé)
«Volverán del amor en tus oídos»
palabras que sonaron en latidos,
quizás te volvieran a despertar
para hacernos nuevamente vibrar, [...]
nuestros pechos volverán a gritar
felices de podernos regresar.
Tus ojos reanimados sabrán
que emocionados te cobijarán,
los sentimientos creídos perdidos
que nosotros sabremos alojar
donde alas celestes anidarán.
Solución
(Jotabem)
Si las cosas se entorpecen
y no hay quién las enderecen,
mejor será recrear
el rumbo por descifrar
que podría ir a parar
a un impensado lugar.
Recalcular es razón
para un giro de timón.
Evitar las que enfurecen;
no van a solucionar
con una ingrata obsesión.
Sesenteando
Jotabem heptasílabo
El número sesenta
nada en sí, representa,
para entrar a rimar.
No me voy achicar,
el reto he de aceptar
con razón que he de dar.
A este reto uniré
y el fin yo le daré.
Ahora sí acrecienta
fe de jotabear
aunque ya terminé.
Salve Argentina
(Jotabem)
Como buena jotabera
hoy saludo a mi bandera,
que ondea cerca del cielo
como fuera aquel anhelo
que convirtiera en desvelo
liberar el patrio suelo,
proclamando soberana
a Argentina, americana,
convertida en verdadera
identidad, sin el velo
de colonia cotidiana.
Rosalía de Castro
Emblema del Rexurdimento
(2 Jotabés)
Gran poeta y escritora gallega,
oriunda de España, de cuna lega,
hizo saltar el campo restringido
que a las damas tenía permitido
escribir solo temas en sentido
de no afectar lo moral admitido.
En el feminismo marcó presencia
con gran osadía y sin penitencia,
iniciando el rumbo que no doblega,
con otras mujeres que habían sido
relegadas de intelectual sapiencia,
acrecentando nueva intervención
del vivir, en obras de su invención.
De destacada apetencia prosista
su versar se reveló costumbrista,
adhiriendo también al intimista;
evidenció el reto emigracionista
amalgamando aquellos amoríos
de los circunstanciales albedríos.
En sus «Cantares ...», brilla tradición;
con «Folla ...», emerge ser pluralista,
y «En las orillas ...», tristes desafíos.
Pesadilla
(2 Jotabems)
Colorido y fantasmal
mas, no menos colosal,
es un sitio que encontré
donde absorta me quedé
sin saber bien el porqué
ni cómo hasta ahí llegué.
La neblina me ocultó
siluetas cual dominó,
retornándose espectral
el camino que tomé
y mi temor despertó,
de tal modo que advertí
lo inmóvil que me sentí
impedida de mi andar,
obligándome a gritar
por el susto al encontrar
a una bestia batallar,
tratando de pretender
con sus manos imponer
que no huyera más de ahí
y casi pudo lograr.
¡Despertar fue renacer!
Jotabeando
(Jotabem)
cántico popular
Y ya lo ve, ya lo ve
es la rima Jotabé.
Sin dejarse de rimar,
las voces van a entonar
y echarán a su volar
palomitas al azar.
Qué placer es el crecer
con las ganas del querer.
Vamos otra vez, ¡alé!
el ritmo se hará notar
con la rima del saber.
A orillas del mar
(Jotabemom)
Vamos a jugar
a orillas del mar,
si quieres venir
ya puedes subir.
Deja de fingir,
vuelve a sonreír,
no lo dudes más
queda todo atrás.
Ven a pasear,
nos va a divertir,
ven que ya verás.
La rueda del Jagüel
(Jotabem)
En la Rueda del Jagüel
todo pinta de vergel,
unos cantan por allá,
otros juegan por acá,
ellos nadan acullá
y nueva ronda liará.
Una vueltita otra vez
robará la timidez.
Vamos todos el plantel
que en el juego se verá
quien corre con rapidez.
Maldita adicción
(Jotabemo Espejo eneasílabo)
Gran aventura es el vivir;
hay caminos para elegir.
Lo débil llama la atención
asiendo el arma de abstracción;
con ella, la drogadicción
se apodera de la razón.
Pronto el efecto volará
y el intelecto alejará.
Ha comenzado a sucumbir
la difícil indecisión
que su consumo aumentará.
El cruel momento llegará
arrebatado por la acción
de delinquir para seguir.
La familia se quebrará,
la sociedad se apartará.
Si has entrado en ebullición
mala junta será ocasión,
contagiando la persuasión
que dañará hasta el corazón.
Pide ayuda para salir
y volverás a sonreír.
Versos tristes
(Jotabé eneasílabo)
No quiero escribir verso triste
mas, me duele que ya te fuiste.
¿Por qué tanta prisa en un día
que soleado amanecía?
¿Por qué si algo tanto dolía
no confiaste en mi compañía?
Estoy yo hurgando sentimientos,
quizás, pesares de momentos.
Nada me consuela. Partiste.
Me dejaste con la agonía
de tu nombre asido a los vientos.
La paz
(Jotabem Monosilábico heptasílabo)
En el sur de tu faz
vas a ver la gran paz.
El buen sol te ha de guiar
con el don de gran zar;
si vas a ir a la par
ve con la luz del mar.
Es la miel con el té
lo que a ti el chef te dé.
Pon en el bol fiel haz
y la mies, fe va a dar.
Dios es paz y el por qué.
Traición
(Jotabé)
Extraño tus necios caprichos, hoy,
pícaro fantasma mundano soy.
Quisiera reflotar siempre por ti,
y que flamees diabluras por mí;
que aquella imprevista traición, en sí,
fuese película que nunca vi.
Dolida mi burlada pena va
con la desconocida vida ya.
Caminando en soledad, triste voy
por el derrochado amor que te di;
inútil fue para mí... que más da.
El adiós
(Jotabé tetradecasílabo)
Torrentes caudalosos arrastran lastimeros
esos tristes adioses que fueron los primeros.
Rozando los efluvios de amenas alboradas
en que, prisioneras, dos almas enamoradas
sembraron artificios de mágicas veladas
profusas despedidas, de brisa, acaudaladas.
Quebróse para siempre la loca fantasía
grabando los delirios de ingente poesía.
Volaron diligentes los besos marineros
buceando afanosos las naves desveladas
dibujando en el aire una nueva sintonía.
El rey Dino
(Jotabé eneasílabo)
Desde la remota prehistoria
vamos sumando la memoria.
El Pangea se separó,
cambio climático llegó,
otra biología se dio
y el dinosaurio apareció.
El jurásico marca el hito
de grandes vertebrados sito.
Evolución más que notoria
en el planeta propició
el reinado dinosaurito.
El consejo
(Jotabé Monosilábico)
Ten el sol que yo te di;
es la luz que ve por ti.
Sé, con él, el más buen zar,
haz la miel que tú has de dar;
sal del rol de buey del mar
y pon, bien, tu fe a la par.
Si es que el chef no ve mal pez
te ha de liar cruz por la nuez.
¡Ay! Cien es lo que yo vi,
mas, mi sien no es un gran lar
del plan que ya se dio el juez.
Jorge Luis Borges, el ilustre argentino
(2 Jotabem)
De culta cuna latina
Ginebra lo disciplina.
Abrazando con holgura
la mundial literatura,
atraviesa la estatura
de popes de gran cultura.
Prolífico desde inicio,
abordó todo resquicio.
¡Ilustre voz Argentina!
literaria investidura
del más promisorio auspicio,
que dejó obras matizadas
en variadas pinceladas,
con cuentos y poesías,
críticas policromías,
relatos de fantasías,
ensayos en sintonías.
El arte lo descubrió
en los guiones que escribió,
creando polemizadas
letras en dicotomías
que nuevo estilo marcó.
El funebrero ávaro
(Jotabemo Espejo)
Veíase mísero, solo y parco;
rumoreaban que ocultaba un barco.
Sus ropas sencillas, nada ostentosas,
descartaban las miradas curiosas;
surcaba de a pie las calles barrosas
resignado a sentirlas resbalosas.
En sitios sociales no lo veían;
sus labores a todos atraían.
La funeraria era lujoso marco
de sus consolaciones fervorosas
a los deudos de los que fallecían.
Eso, siempre, mucho le agradecían;
con actitudes muy ceremoniosas
él les ayudaba a cruzar el charco.
Las vacaciones nunca le cabían
en esos andares que estremecían.
Escuálido, de ojeras lastimosas;
cubría la sala con bellas rosas,
con delicadezas de primorosas
mezquinando, según lenguas filosas.
Llególe la triste hora del embarco
llevándose el tesoro, al desembarco.
Garcilaso de la Vega
(Jotabé pentadecasílabo)
De noble cuna toledana, evoco a Garcilaso,
militar y poeta, que en la historia dio gran paso.
Logró educación temprana propia de realeza
complementando saberes con artes de destreza.
La lírica lo captó con particular firmeza
en métrica y estética de inevitable belleza.
Con un estilo natural dio impronta a la elegancia
fomentando poesía española con prestancia.
Garcilaso, Hurtado y Boscán formaron el parnaso,
que plasmó poética castellana con riqueza
de las metáforas y los recursos de alternancia.
La ira
(Jotabé pentadecasílabo)
Es la ira el arrebato que volcaniza momentos
allende las sensaciones de buenos sentimientos.
Acalorados debates dignos de antología
elevan los tonos en insólita asimetría,
nublando decisiones de lógica simetría,
presagios malagüeros de resistente osadía.
Calla, contente, reflexiona, que ya habrá ocasión
de solucionar, con filosofía, la cuestión.
No arruines bellos instantes por esos descontentos;
controlando emociones erráticas cada día
cuidarás tu vida, amistades y tu corazón.
Las abejas
(Jotabé)
Con sutil y virtuosa cortesía
es la miel, de nutrida, garantía.
La cera, miel y jalea real
se cosechan del cuidado panal.
Con su polinización natural
siembran, las abejas, el vegetal.
De hábitos solidarios son reflejas
esas continuas labores añejas.
Por su producción y supremacía
en la complementación esencial...
¡Protección vital para las abejas!
El cielo y la luna
(Jotabemom Espejo)
Dulcemente la observaba,
tierna, mansa... enamoraba.
Cada noche, una alegría,
un sueño que enloquecía;
con hilos de fantasía
le tejió una poesía.
¡Lindos versos entonó
el Cielo, que la endiosó!
El galante cortejaba
a la Luna, en lejanía
con besos que respondió.
Sonrojada suspiró
sintiendo la pleitesía
que el cortejo ameritaba.
¡Bien pronto le concedió
cita al Cielo, que pidió!
Una brisa enardecía
la reunión que poseía
caricias de idolatría
en tonos de profecía.
La estrella inicial llegaba
al mundo que la esperaba.
Celebrando el progreso
(Jotabem)
Celebremos este día
con paz y sabiduría.
Cultivando en el erial
con interés especial,
en un espacio adverbial,
la sintonía social.
Siguiendo motivaciones
que dan las observaciones.
Con sutil supremacía...
¡Buen Día Internacional
Telecomunicaciones!
Vivamos en paz
(Jotabem)
Ante conflictos, lloramos;
en calmas aguas, oramos.
Las alegrías sostienen
las lágrimas que retienen,
los pensares que detienen,
los decires que contienen.
¡Qué delicia hallar solaz
cuando el consenso es audaz!
Con tolerancia vivamos;
y aunque las tormentas, suenen
siempre conviene la paz.
El invierno
(Jotabem)
Se vislumbra silencioso
el invierno jactancioso.
Con esas lunas sombrías
que reclaman tibios días
y las grises fantasías
sucumben en poesías.
Inundará el frío hiriente
que lastimará al sufriente.
Sellará el caminar brioso
de variadas sintonías
en pos de un sorbo caliente.
Maestro
(Jotabé)
Maestro, homenaje te he de rendir
en este gran Día, por tu existir.
Enalteces con esa vocación
los beneficios de la educación,
permitiendo razonable elección
al decidir por la mejor acción.
Es tu vuelo activa fecundidad
iluminando la alta oscuridad.
Agradezco tu loable decir
que «te colma de buena sensación
trabajar para tu comunidad». |