El último aullido

(Jotabejo tetradecasílabo)


Ya no ensaya aullidos, ni por las montañas trepa,
alejándose va el viejo lobo, por la estepa.

Donde antaño portaba un gran pelaje lustroso,
hoy deslucen cuatro pelos, de aspecto mugroso,
la voz que surgía con acento vigoroso,
ahora es solo rastro, de un aliento mohoso.

Bien sabe ahora el lobo, lo que la vejez pesa,
marcha lenta, un último aullido, vida que cesa.

Alejándose va el viejo lobo, por la estepa,
ahora es solo rastro de un aliento mohoso,
marcha lenta, un último aullido, vida que cesa.


(Jotabé Finalista del XIV Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Mi alambre

(Jotabé eneasílabo)


Una gran masa de uniforme
me persigue con fuerza enorme.

¡Dejadme tranquilo en mi alambre!,
Pues no es propio de mi raigambre
ser súbdito como un miñambre,
ni ser uno más del enjambre.

No me pidáis que me desdoble,
pues no temo vuestro mandoble.

Que la guerra no me deforme,
ni convertir vidas en fiambre,
es una meta más que noble.



¡No culpes!

(Jotabem)


Para paliar sus pesares,
no escuchamos a sus mares.

¡No culpes!, a tierra madre
porque el sol ya no te cuadre,
responsable del desmadre,
ya no hay perro que te ladre.

Se acabaron nuestros cuentos,
tarde es ya, para lamentos.

Quien quede por estos lares,
deberá ser mejor padre,
para alzar nuevos cimientos.


(Jotabem Finalista del XII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)