Fidel Jesús
González Galicia
«Felipe Ortega»
Cuetzalan del Progreso, Puebla, (México)
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Jesucristo
(Jotabé hexadecasílabo lipograma sin la vocal «a»)
Me movió su cuerpo herido, por fieros golpes desecho,
su cruz, su sed, su sendero… ¡Todo sucumbió en mi
[
pecho!
Cristo murió por nosotros, por este mundo demente,
mundo sin fe, sin futuro, mundo loco… irreverente
que se olvidó en un segundo de quien entregó ferviente
su espíritu generoso, luz y existir resiliente.
Nuestro señor Jesucristo se inmoló por protegernos
resurgiendo como el fénix de los rescoldos eternos.
Mudemos, es el momento. Reflexionemos en lo hecho:
«Quien corrige rumbo incierto por un rumbo pertinente,
es dueño de su futuro, no dudemos en volvernos».
Hiel y dolor
(Jotabé)
…Y el barco del adiós ya dibujaba
una estela sin fin, mientras, callaba
el gemir de mi voz, que sucumbía,
ante el fragor del mar y su ironía.
Roca sin vida y gris, fue el alma mía,
que como el sol poniente… se moría.
Negras sombras serán tus blancas manos,
tus caricias, recuerdos que, profanos
embestirán con furia lo que amaba.
Mis porqués de vivir, ¡quién lo diría!
Hiel y dolor hoy son… ¡Son sueños vanos!
La creación de Adán
(Jotabé)
(Écfrasis del cuadro La creación de Adán, de Miguel Ángel)
Quiso el Señor, con un toque divino
darte la vida Adán y, tu destino
sellar al fin, con una vida eterna.
Miraste frente a frente, en forma tierna
la grandeza de Dios, su sempiterna
magnánima figura que, paterna.
deja su entorno de querubes lleno,
alegres, angelillos que en su seno
gozando están de un cielo diamantino
blanco más que esa túnica que alterna
con la barba de rostro tan sereno.
La marimba canta
(Jotabé)
Voz de maderas de nostalgia plenas,
dulce expresión de Chiapas, que en sus venas
deja correr, con aire plañidero,
el son de un ritmo suave, lisonjero,
lo mismo por la costa o el estero
que al borde del cañón del sumidero.
“Gog” es marimba de alma de hormiguillos,
mezcla febril de “pumpos” y “bolillos”
en manos mariposas, azucenas,
que regalan con su arte al mundo entero
coros celestes de ocres cimbalillos.
El "don"
(Jotabem)
Cuando Dios me trajo al mundo,
con sentimiento profundo
dio a las fibras de mi pecho
un "don", que me dio el derecho,
de escribir y, satisfecho,
Juré sacarle provecho
solo a sentimientos puros,
los más nobles y seguros.
Y hoy, cuando escribo fecundo,
las gracias desde mi lecho...
Doy a Dios...estén seguros. |