Jhonn Robert
Flores Vera
Nobol, Guayaquil (Ecuador) |
Hombres valientes
(4 Jotabem)
Vosotros hombres valientes
tenéis calzados fervientes
para caminar con fuerza
sobre la verde mastuerza
para que el fervor dé fuerza
a esa valía y no tuerza
la viña para la izquierda
ni lo deleitoso pierda
sus alabanzas crecientes
y con candidez ejerza
la ungida sapiencia cuerda.
También poseéis el cuelmo
que alumbra vuestro cogüelmo
como lámpara bendita
para deshacer la cuita
que la perspectiva quita,
pero ahora el fervor cita
para mañana domingo
en el valle del llamingo
que llevéis puesto ese yelmo
de la armadura suscrita
a la fe que da respingo.
Ajustad el cinturón
de cuero color marrón
a vuestra recia cintura
y forméis sobre la altura
columnas de confitura
pues, aquí no habrá ruptura
ni saña que raje calma,
únicamente cada alma
doblegará sobre Sión
vuestra primogenitura
en espera de la calma.
Animaos en exceso
que ya viene el gran suceso,
está muy cerca de ser
y el Señor aparecer
con sus señas de placer
para que podáis creer
en ganar el beneficio
de no pasar por el juicio
sino de tener acceso
al santo resplandecer
en el tiempo vitalicio.
Enfermo de pena
(3 Jotabem)
Estoy enfermo de pena,
mi vida no tiene lena;
quiero morirme veloz
para no sentir lo atroz
de los golpes de la voz
que despedazan como hoz
cuando dañan al amor
y lo dejan con pavor,
allí como peste ajena,
atado en saco de arroz,
izado en crudo dolor.
Estoy enfermo de pena,
y por ello mi condena
fue recorrer contra el viento
por el largo sufrimiento,
teniendo solo un asiento
para recostar mi aliento
por quien nadie da un denario
ni espacio en el escenario
porque solamente llena
la vid del abatimiento
goza ya en el Centenario.
Estoy enfermo de pena,
pero hoy tendré una gran cena
con velas, formol y cantos
disfrutaré como tantos
para llegar a los santos
y sentir esos encantos
de la bienhadada muerte
quien me recibirá inerte
con una bendición llena
de solo espléndidos mantos
y rezos de buena suerte.
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