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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
DELIA ESTHER FERNÁNDEZ CABO
 
Poemas
 
Delia Esther Fernández Cabo

Delia Esther
Fernández Cabo

Montevideo
Reside en Santa Lucía, Canelones
(República Oriental del
Uruguay)

El hombre

(2 Jotabé)


Hace mucho creí que era posible
que el Hombre se volviera más sensible,

más pacífico, empático y cordial.
Que emergiera del fétido albañal
que lo atrae, ese impulso irracional,
a un sino de egoísmo insustancial.

Ilusa imaginé que la clemencia
un día vencería a la violencia.

Pero fue la verdad irremisible
que echó por tierra aquel mundo ideal
sumiendo en la maraña a mi conciencia.


Mi conciencia que terca me reclama
mirando alrededor el viejo drama

del niño sin afecto y sin abrigo,
de la ruin impiedad el fiel testigo,
junto al anciano solo y al mendigo,
al desvalido en busca de un amigo,

a la madre que no consigue el pan
que su hijo le demanda con afán.

Entonces la razón es quien proclama
que el Hombre ha sido siempre su enemigo,
víctima de su propio Leviatán.



Tropero


(2 Jotabém)


Tras el velo de una humada
se acerca a la madrugada

enhebrando estrella a estrella.
Cada una la más bella,
la que radiante destella
con el recuerdo de Ella.

Siempre sueña regresar
y siempre vuelve a soñar

al final de la jornada
que retorna por su huella.
Pero se vuelve a engañar.


Cabalga en silbos de ausencia
transido por la inclemencia

de un sino de infinidad.
Cielo, campo, eternidad,
noches largas, ansiedad.
Añoranza y soledad

se agigantan en la nada.
El caballo, el camarada.

El fogón, la confidencia.
Las volutas de orfandad
se elevan tras de la humada.



Las llamadas


(Jotabém)

Bailan al son del tambor
el negrito Nicanor,

María, la morenita.
Él de elegante levita;
ella radiante y bonita
falda roja que crepita.

Cimbra, cimbra la cintura
de cada bruna criatura.

El incansable fervor
del candombe el barrio agita
y la tradición perdura.

Nota: Las Llamadas, son expresiones populares del folclore afro americano, que se iniciaran en la Época Colonial y que perduran hasta el presente.



Sin sentido


(Jotabém)


En un barco de papel
sin vela ni timonel,

fue de paseo Enriqueta
navegando en la pileta.
Agitaba una peineta
sentada en la pandereta.

Se encontró con Misia Juana
nadando en la palangana.

Allí estaba don Miguel,
su bote era una chancleta
y su remo una banana.



El sol


(Jotabém)


El sol se asoma radiante
como rubio vigilante.

Mira a uno y otro lado,
a un costado a otro costado,
en puntillas y callado
como loco enamorado.

Le contaron que la luna
se ha casado en la laguna

con un príncipe elegante
y al sol dejó abandonado.
¡Pobre, que mala fortuna!



Adivinanza


(Jotabém)


Gira girando y girando
y al sol lo va acompañando.

Es grandote y muy sencillo,
su centro es color ladrillo.
Enamorado el muy pillo,
se deslumbra con el brillo

que en el cielo irradia el sol.
¿Es sombrilla o parasol?

¿Ya lo estás adivinando?
Alto, bien alto, amarillo
es el bello girasol.


(Poema Finalista del VII Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Baila el huerto


(Jotabém)


Esta noche gran concierto
reza un cartel en el huerto.

Clarinete y un trombón,
dos saxos, acordeón
un violín y un xilofón
amenizan la reunión.

Baila la oruga Esthercita
con la laucha Margarita.

Gran festejo a cielo abierto,
vuelan pompas de jabón
y el cantante grita y grita.



El caracol


(Jotabém)


Muy orondo el caracol
descansa bajo la col.

De pronto ve que una hormiga
lleva en su espalda una espiga
y hasta una hojita de ortiga.
¡Cómo trabaja mi amiga!,

piensa el cómodo holgazán
mientras que vienen y van

las hormiguitas al sol.
Al verlas él se fatiga
y duerme como un patán.



Luna cómplice


(Jotabéa con estrambote)


Yo sé bien que la luna conoce mi secreto,
que adivina el candor de un puro amor discreto.

Oculta tras las nubes observa cautelosa
que aspiro con fruición la esencia de la rosa
esa que me entregaras la noche generosa
que nos dio su cobijo, cómplice y misteriosa.

La que en nanas azules nos meció con primor,
con tules de platina disimuló el temblor

que recorrió mi cuerpo y el tuyo tornó inquieto.
Fingió no saber nada. ¡Qué luna mentirosa!
Y veló con sigilo nuestro profundo amor.

Cuando llegue el albor
partirá entre arreboles. Con sutil picardía
rogará discreción al bullicioso día.


(Poema ganador del Primer Premio delI Concurso Poético Tierra de poetas en Rima Jotabé)



El abuelo


(Jotabé)


El sol de la mañana con su velo
acaricia la testa del abuelo.

A la estancia ha entrado sin aviso:
es un mosaico de oro el techo, el piso,
tornasol el espejo. De improviso
todo es magia y color: el Paraíso.

El anciano sonríe. Tierno y manso
se abandona en los brazos del descanso.

¿Rememora sus lances de mozuelo?
¿Goza aún aquel beso sin permiso?
Su mente es un bajel en el remanso.



¡Paremos esta afrenta!

(Jotabéa con estrambote)


La violencia cual sórdida Medusa seductora
extiende su melena serpeante, engañadora

y campea los tiempos, domina la conciencia.
Dioses con pies de barro anidan en su esencia.
La Muerte es su blasón y la ruina su urgencia.
Solo conoce el odio. No sabe de clemencia.

Por la tierra se expande groseramente cruenta
y al individuo necio con perfidia le tienta.

La humana egolatría, el dogma que enamora,
la ceguera de espíritu y la concupiscencia
que horada la moral y al mal con fuerza alienta.

¡Paremos esta afrenta
que al Hombre lo denigra! Que se eleve triunfante
por sobre el odio ciego. Ave Fénix radiante.



Invitación

(Jotabé)


Yo te ofrezco mi mano, buen amigo,
encontrarás en ella paz y abrigo

para aliviar la pena que te abraza.
Quítate con mi ayuda la coraza
y acalla tu dolor. Fiera mordaza
que te oprime con fuerza de tenaza.

Acepta que ya todo está finito,
que el amor del ayer está marchito.

Y si al fin tú decides ir conmigo,
a bordo de la última barcaza,
nos cruzará Caronte al infinito.



Final anunciado

(Jotabém)


Dolores, linda zagala
un tierno suspiro exhala

por un apuesto chaval,
que en galanteo ancestral,
le hiere con el puñal
de su mirada sensual.

A la niña le complace
el sentimiento que nace.

Su pañuelo se resbala
en forma "ingenua y casual".
Os concedo el desenlace.



Hija

(Jotabé)


Cada noche acaricio como antaño
en mi delirio tu pelo castaño.

Te recuerdo pequeña, la fragancia
tan inocente y pura de tu infancia.
La niñez de preguntas sin substancia;
la adolescencia plena de arrogancia.

Luego la Muerte, pérfida hechicera,
sin avisar segó tu primavera.

Late en mi pecho el sentimiento extraño
de anhelar que se acorte la distancia
y que pronto no exista más frontera.



Estampa campesina

(Jotabém)



El rancho duerme al abrigo
del ombú, su fiel amigo.

No bien el sol se levanta
se refleja en la garganta
del arroyo que decanta
frescor de piedra y de planta.

Pasa un gaucho solitario
abismado en su calvario,

la inmensidad por testigo.
Mientras la calandria canta
en bucólico escenario.



Tuvo que ser amor

(Jotabé con estrambote)


Te encendiste al calor de mi mirada
y nació la pasión en llamarada.

El silencio cubrió de paz tu sueño
y esa noche, que al fin fuiste mi dueño,
te dormiste en los brazos del ensueño
crepitando en el fuego de aquel leño.

Iluminó mi vida tu fulgor,
derroté los umbrales del candor,

para ser la feliz enamorada
que a través de los años con empeño
mantuvo de las brasas el calor.

Tuvo que ser amor.
Fue primavera azul de brotes tiernos,
ocre otoñal y gris de los inviernos.

(Poema ganador del Quinto Accésit del,
VI Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)




Un niño quiere crecer

(Jotabém)


A la orilla del sendero
un pequeño pordiosero

mira la vida pasar.
¡Es tan grande su pesar!
Y se vuelve a preguntar
por qué el mezquino azar

le quitó padres y hermanos.
Los recuerda ya lejanos

y un lamento lastimero
que no puede mitigar
gotea llanto en sus manos.


Los horrores de la guerra
campean sobre la Tierra.

Sangre y míseros rastrojos,
grises - negros, grises - rojos.
El chiquillo ya de hinojos
olvida penas y enojos

pues desea comprender
para olvidar el ayer.

En un mundo que se aferra
a mantener sus despojos,
un niño quiere creer.

(Poema ganador del Primer Accésit del,
V Certamen Poético Internacional, Rima Jotabé)




Soñé...

(Jotabé)


Soñé que la mentira no existía
y soñé que era cierta la utopía

de un mundo sin distingos ni pobreza.
Soñé que cada niño la tibieza
gozaba de un hogar. Que la belleza
moraba en la virtud y la nobleza

de un compasivo ser capaz de amar.
Tantas cosas soñé y al despertar

me encontré con la cruel apostasía
del poder inmoral de la riqueza
y al Hombre sin valor para soñar.

(Poema ganador del Cuarto Accésit del,
III Certamen Poético, Rima Jotabé)




Estío

(Jotabé)


Calor sin pausa, hermético de estío.
Un cruel e impiadoso desafío.

¿Por qué estallan en gemas los frutales
y cantan en sus ramas los zorzales,
si el sol seca violento los breñales
y el fuego gana en luchas desiguales?

Y yo estoy aquí, muerta de sed,
envuelta en la maraña de una red

de enojo, de impotencia y de hastío.
Las horas se deslizan y sensuales
arañan lujuriosas la pared.


(Poema ganador del Tercer Accésit del,
I Certamen Poético, Rima Jotabé)




Final

(Jotabé)


Recorro ya los últimos peldaños
sin odios, sin dolor, ni desengaños.

La vida me ha ganado la carrera
y no le opongo lastre ni barrera.
Apenas si solloza una quimera
resiliente de antigua primavera

envuelta en el vacío de un no – más,
o un áspero, mezquino y cruel jamás.

¡Oh savia desgastada por los años!
¡Fatídica y brutal senda agorera!
Camino ya sin huellas ni quizás.


(Poema ganador del Quinto Accésit del,
I Certamen Poético, Rima Jotabé)

 
     
   
     
 
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