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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
PATRICIA BEATRIZ DOWHYJ
 
Poemas
 
Patricia Beatriz Dowhyj

Patricia Beatriz
Dowhyj

Rosario (Argentina)
Reside en Granadero Baigorria,
Santa Fe (Argentina)

Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos

(Jotabé dodecasílabo)


Caballero hidalgo de noble linaje,
de afilada pluma, de insigne lenguaje.

En prosas, sonetos, sus letras brillaron,
sus letras espléndidas que entrelazaron
la vida y la muerte, que al fin conectaron
el tiempo y lo eterno donde perduraron.

Poeta barroco de la Edad de Oro
la sátira aguda labró, sin decoro.

La osada ironía plasmó con coraje,
pero en sus poemas de amor se grabaron
figuras retóricas de arte sonoro.



Toda la vida


(Jotabé pentadecasílabo)


Germinó en mi útero toda la vida, toda,
suspendiéndome en la órbita de una real oda

donde mi corazón gestó, con lunas nacaradas,
las mágicas e intrépidas auroras azuladas
de un paraíso espléndido con campanas aladas
que repican aún, con brío, en tiernas madrugadas.

Y así fue que mis príncipes su reina me nombraron.
Y en un jardín de pétalos añiles coronaron

mi júbilo, mi éxtasis, que vuela, se acomoda,
entre sueños fantásticos de raíces sagradas,
en el cándido océano del vientre que habitaron.



Concierto al atardecer


(Jotabea)


Con su cri cri los grillos despiden a la tarde
que se pierde en las sombras sin dispendio ni alarde.

La tarde, que en la noche deposita su herida,
rasgando sus entrañas para ser redimida
en la cima solemne de la estrella escogida
donde retumba el wah wah de una guitarra ungida

con acordes bluseros, que a cielo descubierto,
recibe su nostalgia sobre un remanso abierto.

Su silencio reclama que algo la salvaguarde
y entre guitarra y grillos va quedando dormida
bajo un croac de ranas que se unen al concierto.



Francesca y Paolo


(Jotabé)


Hundió Giovanni la exicial espada
sobre Paolo y su Francesca amada.

Aquel libro, «Lanzarote del Lago»,
guarda el dulce temblor del beso aciago,
el beso fatal que incitó al estrago.
El ardiente beso, hechizo de mago.

La sed y el dolor de un amor prohibido
transitando el infierno tan temido.

Los condenó la muerte despiadada
eclipsando su pasión, sin rezago,
a un sempiterno viento indefinido.



Valiente mujer


(Jotabemo Espejo)


Te enaltezco mujer por cada verso
que escribiera el dolor en tu universo

con las letras de una pena erigida
desde el cruento sistema genocida.
Por el eco de tu voz, clara y fluida,
de millones clamando por la vida

en un tiempo en que fuiste fustigada
por el régimen gris y condenada.

Porque aún, en la cima de lo adverso
con el llanto en tu alma y dolorida
largos meses de horror, ¡ay!, devastada


visitaste esa cárcel atestada
de espanto y brutal muerte desmedida
donde deambuló tu hijo, disperso,

por el frío y la hambruna despiadada.
Y así fue que tu esencia disgregada

plasmó en «Réquiem» con pavura aterida,
bajo el manto de una siniestra herida,
el amor de una madre amortecida
que ante el ojo adversario, no vencida,

se mantuvo de pie frente al perverso
que en las huellas de sangre estaba inmerso.



Lejos de su tierra


(Jotabeíno con rima leonina)


Dormido en París se quedó el poeta.
Al que en su país lo alcanzó la saeta

de la acusación, resistida a distancia
en la expatriación del Perú de su infancia.
Con la seducción de los cielos de Francia,
y fascinación por su airosa elegancia,

su capacidad sentimientos ha unido
en la habilidad de su andar aguerrido.

Con letras rubís escribió ¡tan inquieta!
predestinación de su muerte en la instancia
que la enfermedad lo encontró desvalido.



Chernóbil


(Jotabé)


Una aciaga pena estoica, impasible,
ronda en la noche de lo inadmisible.

Noche en que el espanto amputó la vida
de inocentes pueblos dejando herida
su tierra que clama, en sombras, dolida,
que en la luz del tiempo sea eximida.

Se tornó rojizo el bosque de pinos
y se anularon todos los caminos.

Pero el yermo manto se hace invisible
ante el sopórtico de fe que anida
un amanecer de nuevos destinos.



Hechizo


(Jotabemoa Espejo)


Mi cielo iluminaron tus ojos de diamante
esa noche serena, fantástica, radiante,

dejando al descubierto mis barcas de babel.
Altivos traspasaron mi lánguido broquel
y sin querer mi Venus perdió su andarivel
en los mares del sueño, los mares de papel.

Tu mirada de embrujo, tus seductores Eros
invadieron mis naves, mis frágiles veleros

llevando al infinito, con brillo penetrante,
secretos que sin pausa brotaron de mi piel.
Con sonidos de estrellas volaron mis senderos


hacia el blanco camino de cielos hechiceros
donde todos los astros bebieron de la miel
que el amor ofrecía con soplo desbordante.

Con tu luz y mis barcos quedamos prisioneros.
de la alquimia perenne que tienen los luceros.

Inmersos en burbujas de nuestro gran vergel
hoy juntos navegamos: piloto y timonel.
Mis manos van tallando las horas con pincel
sobre el hilo del tiempo que vaga por el riel

de tu pecho, sin prisa, con temblor fascinante
sobre un edén sonoro de magia subyugante.



Despierta Federico


(Jotabem)


Federico ¿estás durmiendo?
La luna ya está viniendo

por el camino estrellado
para quedarse a tu lado.
Trae los chopos del prado
y el rocío que ha quedado

cuando te fuiste aquel día
que quebraron tu armonía.

¡Despierta! Sigue escribiendo
tras el cristal empañado
del cual brota poesía.



A Pedro Salinas


(Jotabequea)


El exilio impensado de su España querida
modificó su vida.

Sin embargo las alas de su pluma surgieron
honrando las palabras que sus voces vertieron
en excelsos poemas y el tiempo trascendieron.
Poemas que nacieron

del alma enamorada, del alma que interpreta
la esencia del poeta

que dejara en sus cartas una historia encendida,
un platónico amor en que ambos se perdieron.
Una historia secreta.



La luna y los gitanos


(2 Jotabems)


I

Bajó la luna indiscreta
hasta el umbral del planeta.

Con temblores de una hoja
al pie de un mar se deshoja
para que el agua recoja
su desazón, su congoja.

LLegó sujeta al carruaje
de Selene, con un traje

que perfila su silueta
sobre una ola que moja
su valor y su coraje.


II

Se escapó de los gitanos
que quisieron con sus manos

hacerse blancos collares,
armar con sus ojos pares
de aretes muy singulares.
Por eso vino a los mares

buscando abrigo y refugio,
examinando un efugio

con sus dones extrahumanos
que con aire de azahares
desplegara su artilugio.



Mi reino de amor


(Jotabea)


A veces, sólo a veces regreso de la luna
donde tengo mi reino de amor y mi fortuna:

tu impulsiva mirada que galante y curiosa
desnudando mi piel me convierte en tu diosa;
mi nombre entre tus labios que en la noche amorosa
va derramando el néctar sobre mi orilla ansiosa.

Voy y vengo sin velos por la ruta estrellada.
Me lleva tu Pegaso con su pasión alada.

Aunque somos otoño, no tengo prisa alguna.
Sé que siempre estarás en mi luna armoniosa,
en mi nombre, en mi piel, que a tu piel va aferrada.



Fatal desenlace


(Jotabea)

a Delmira Agustini


Cayeron al abismo tus astros y tu lira,
a un piélago vacío donde el verso suspira.

Los arrastró la bala, la sórdida saeta
que amputó sin piedad tus manos de poeta.
Tus manos que tallaron con precisión escueta
el sensual erotismo de una estirpe indiscreta.

Desde el cosmos del celo partió tal proyectil
cercenando tus sueños, tu esencia juvenil.

Quisiste ser estrella, quizás lirio Delmira.
Hoy sos blanca paloma, palpitante silueta
embriagada de luna sobre un pecho febril.



Pedido de un niño


(Jotabé 5-7-5 utilizando el recurso del anagrama)


El cielo es gris. Un niño deambula rogando amparo*
que lo proteja del atroz bombardeo. Tal vez un faro,

un haz de luz que en el penoso caos su paz anide*.
Ruega clemencia desde el feroz presente* que lo despide
hacia la nada, que en soledad lo arrastra, que lo divide
en mil pedazos. Su llanto es voz gritando: ¡que se invalide

aquella causa*que dictamina guerra sembrando muerte!
A nadie* acusa* desde el infame páramo*, desde su
[ suerte.

Con pena pide que respeten* su vida, su desamparo.
Que se detengan para que el sol asome, solo eso pide.
Pide unos brazos, que en medio*de su miedo*, lo abracen
[ fuerte.


Palabras que son anagramas: amparo - páramo; anide – nadie; presente – respeten; causa – acusa; medio – miedo.



José Julián Martí Pérez


(Jotabé)


Luchaste sin temor por la igualdad,
la justicia social, la libertad.

Libertad de expresión, de pensamiento,
transmitiendo a tu pueblo el sentimiento
que redime el dolor y el sufrimiento
provocado por el sometimiento.

Hombre íntegro y revolucionario
invitaste a tu gente a otro escenario

con tu axioma «Patria es humanidad»
dándoles las razones y el cimiento
a través de tu grito literario.



Sirio


(Jotabea)


Cada vez que tu brillo, tu estampa de diamante
asomaba en el cielo su fulgor palpitante

se preparaba el Nilo para la inundación.
Los antiguos egipcios adoraban tu acción.
En sus extensos campos, como una bendición,
habría limo fértil , cosecha y redención.

Antes que amaneciera tu esplendor y elegancia,
sobre el bello horizonte, desplegaba abundancia.

Eras símbolo Sirio de esperanza imperante
para su agricultura, su vital nutrición.
Un astro venerado reinando en la distancia.



A mi corazón jotabero


(Jotabé)


Navega corazón entre las rimas.
Navega sin temor, no te reprimas.

Sumerge en el mar de los pareados
la esencia de tus versos consagrados
a sembrar con detalles delicados
la semilla de sueños encantados.

Explora el monorrimo en lo profundo
con tu andar de latido vagabundo.

Porque sé que en el terzo tú te animas
a crear universos vinculados
a la espléndida esfera de tu mundo.



Luz de mi estrella


(Jotabé)


Hoy me dormiré sobre la cintura
de la noche gris, de la noche oscura

hasta que Morfeo llegue y recoja
la pena que anida en la cuenca roja
de mi corazón donde se deshoja
la ilusión perdida, en dulce congoja.

No seré en mi mal la eterna durmiente.
No me rendiré, pues soy resiliente.

Pediré con fe, serena, segura,
en la opaca niebla que me acongoja:
¡luz de mi estrella sé lucero ardiente!



Valencia


(Jotabemo)


Tu costa occidental mediterránea
atraviesa una aventura espontánea

con cálidos y extensos arenales
donde el sol se disuelve en los cristales
de las aguas turquesas virginales
que abrazan tus orillas magistrales.

En la playa del faro de Cullera
tu beldad valenciana se libera

surgiendo de la cuenca subterránea,
que envuelta en los misterios irreales,
aprisiona la añil magia en tu esfera.


No es la tuya belleza temporánea
ni el reflejo de una aurora instantánea.

La fusión de culturas medievales
revelada en museos ancestrales
refleja arquitecturas colosales
que exhiben tus espacios naturales.

Tu bella catedral es la heredera
de la torre campanario, la austera

Miguelete, que en unión simultánea
con los astros, a espacios celestiales,
te transporta en una eterna escalera.



Virgen de los Desamparados


(Jotabeque)


El pueblo valenciano te venera
con virtud verdadera.

Eres Virgen de los Desamparados
protección en los días desolados.
Te ruegan los mantengas aferrados
a tus brazos amados.

Te imploran tierna Madre los protejas
en sus horas complejas

de todo lo dañino que vulnera
a tus hijos, los más necesitados,
en los que te reflejas.



José Hierro


(Jotabejo)


Reflejaste el encierro padecido
en escritos inmunes al olvido.

Con sutiles palabras que afianzaste
los derechos humanos reclamaste
y el grito de justicia que elevaste
con poemas, en tu obra evidenciaste.

Es tu voz de poeta denunciando
horrores que la guerra fue creando.

En escritos inmunes al olvido,
con poemas, en tu obra evidenciaste
horrores que la guerra fue creando.



Ruego


(Jotabem hexasílabo)


Pido que en la tierra
ya no haya más guerra.

Le pido a la estrella,
que con sutil huella,
grabe aurora bella
de paz, la que sella

el manto sereno
y expulsa el veneno.

Ese que se aferra
al dolor y mella
el alma, sin freno.



Soy el libro


(Jotabé)


No me dejes durmiendo en un estante,
ni me uses como adorno de estudiante.

Soy el alma incólume de un relato.
Soy los versos del poeta, su estrato.
Soy la historia que aferrada al vibrato
del saber lo transmito de inmediato.

Tómame entre tus manos y viajemos
con prudencia, aunque a veces discrepemos.

Soy el libro, real representante
de quién graba en mí sus letras. Yo trato
que me leas, que juntos avancemos.



Carmen Conde Abellán


(Jotabé)


El legado de tu obra persevera
en poemas nacidos de tu esfera.

En «Brocal» tu yo lírico ha agitado
el lucero, la orilla, un barco anclado.
Y en «Mujer sin edén» has encarnado
la dama de hoy, de siempre, del pasado.

A pesar que en la niebla del olvido
tu memoria cruelmente se ha perdido

has dejado en tus versos la quimera,
la aurora de tu arcángel derribado
y el mar, que de tu cielo ha descendido.



Laberinto


(Jotabé dodecasílabo)


Grabando el misterio, tu mano pelágica,
talló sobre el lienzo pincelada mágica.

Un secreto oculto su espiral trasciende
las curvas oscuras que tu pulso extiende
mezclando las luces, color que se enciende,
sobre el claroscuro que el pincel distiende.

Quizás fuera un sueño que errante quedara
en el laberinto que tu alma guardara.

O tal vez recuerdos de una escena trágica
que a través del tiempo regresa y pretende
sobre tu dibujo ser estrella clara.


Cuadro: From the lake de Georgia O'Keeffe



Eres


(Jotabea)


Eres la madrugada derramando armonía
en el portal del tiempo. Perfecta melodía.

El silencio armonioso latiendo en los umbrales
de sueños esculpidos entre los madrigales
que en mi piel vas tallando con versos celestiales
iluminando el limbo que nos torna irreales.

Eres mi dulce luz, eres todo mi amor.
La música perfecta, sonido abrasador.

En tu lira germina la dulce sinfonía
que vibra en lo divino de mansos manantiales
cuando el alba te entrega mi estrépito temblor.



Símbolo de paz


(2 Jotabejomos)


I

Acepta con valor el desafío
aunque el cielo se declare sombrío.

Impide que lo adverso te adormezca,
que el rescate imposible te parezca.
Aunque todo en tu entorno desfallezca
y el vientre de la tierra se estremezca

con amor verdadero, amor genuino,
sé símbolo de paz en tu camino.

Aunque el cielo se declare sombrío
y el vientre de la tierra se estremezca
sé símbolo de paz en tu camino.


II

Si te invade lo infame con su hastío,
sin temor, busca a Dios en tu extravío.

Cuando briosa la esperanza aparezca
y a tu alma resiliente fortalezca
hará que tu aprensión desaparezca.
Permite que a tu lado permanezca

ceñido a tu sendero, tu destino,
con su emblema de paz, de amor divino.

Sin temor, busca a Dios en tu extravío.
Permite que a tu lado permanezca
con su emblema de paz, de amor divino.



Tu mano de poeta


(Jotabemo Espejo)


Ella busca el seísmo que palpita
en el umbral de la noche infinita,

la armonía sutil con que regulas
los fonemas en rimas que formulas.
Es la esfera sutil donde encapsulas
la barca de palabras que tripulas

por un mar de sonidos muy diversos
donde ecos de tu voz se hallan inmersos.

Tu mano de poeta es la que agita
el vuelo de la pluma que articulas
en el excelso espacio de los versos.


Por los cielos atemporales, tersos,
es la gema del tiempo con que ondulas
bellos poemas de estampa exquisita.

Amalgama con su trazo universos
de anáforas y apócopes dispersos

si errático entre sueños deambulas.
Con la luz de los astros la estimulas
a grabar los mensajes que modulas.
Con brillante destreza la vinculas

al legado de tu obra que dormita
en espléndida estrofa manuscrita.


(Jotabé ganador de la Cuarta Distinción del XIV Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Ceremonia del ocaso


(Jotabé tetradecasílabo)


Al pie del horizonte la tarde se evapora
llevándose, veloz, en la caja de Pandora

el tesoro invaluable que duerme en su interior.
La luna absorta observa su lánguido temblor
que hundiéndose en profundo silencio abrumador
salvaguarda el tesoro que carga en su sopor.

Mientras tanto la noche con mesura y templanza
desde el vientre del cosmos sutil y esbelta avanza.

Deshojando quebrantos con estrella sonora,
sobre una partitura desmayada de amor,
pretende que la tarde libere la esperanza.

 
     
 
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