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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
FRANKLIE JOSÉ CILIBERTO BALL «JSOE BATAZOS»
 
Poemas
 
Jsoe Batazos

Franklie José
Ciliberto Ball

«Jsoe Batazos»

Valencia (Venezuela)

El gris de la torpeza

(Jotabejoa)


Hay noche al mediodía de oriente hasta occidente.
¿Qué le ha pasado al cielo?, su azul es diferente.

El firmamento llora, lo ha herido la torpeza
del hombre que en la vida solo busca riqueza,
quebrándole las alas a la naturaleza.
El gris de la tristeza le mancha su pureza.

En tierra, las rodillas entonan un lamento;
no escampa la llovizna de pena y sufrimiento.

¿Qué le ha pasado al cielo?, su azul es diferente.
El gris de la tristeza le mancha su pureza,
no escampa la llovizna de pena y sufrimiento.



Rumor inmisericorde


(Jotabé octonario lipograma sin la vocal «a»)


Rumor inmisericorde que me roes piel y huesos,
te detienes en mi mente porque me hirieron sus besos.

Sobre el jergón de un hotel, muere el éter ilusorio
que llegó siendo vergel; convirtiéndose en velorio,
se quemó por ser mujer de un remedo de Tenorio
quien perforó lo inocente, pues se burló del jolgorio.

Rumor inmisericorde no penetres mis oídos
porque pienso y no me olvido de esos cuerpos
[ desvestidos.

Oh, mujer, fuiste de otros dentro de tus muslos presos;
no me llegues como el céfiro con un fin persecutorio,
pues los lirios siempre vuelven por donde fueron
[ hundidos.



Crisálida gris


(Jotabé con acentuación melódica)


Las vertientes de luces sobre el monte
acompasan el canto del sinsonte.

Al abrirse la sombra desteñida,
el charol que recubre a la avenida
se abrillanta y de nuevo cobra vida
la crisálida gris, desinhibida.

Pinceladas eólicas bosquejan
las luciérnagas ámbar que se espejan.

Cuando llega la luz del horizonte,
el rumor y su capa colorida
contra el soplo noctámbulo proejan.


(Poema ganador del Tercer Premio del X Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)



Soprano y Ana Estela


(Jotabé Mirsrimo)


Volaron mi Ana Estela y mi Soprano,
volaron hacia un sitio muy lejano.

Por causa de un temblor, despavoridas,
de su nidal volaron confundidas.
Ellas jamás supieron de las bridas,
eran libres, amadas y atrevidas.

Por más que las llamé, jamás volvieron,
temiéndole a los gritos, se perdieron.

Tomaban la comida de mi mano,
eran como mis niñas consentidas.
Así como llegaron, se me fueron.


Soprano tiene el sol en su pechera,
Ana Estela, de roja cabellera.

Quizás ambas se encuentren ya dormidas;
quizás otro las tenga bien queridas.
Quizás buscan mi amor en avenidas,
evitando de gatos sus mordidas.

En mi memoria siempre están presentes,
quitándome las gorras y mis lentes.

Siempre, la mata ´e mango las espera,
me preocupa que estén desprotegidas
en este mundo lleno de serpientes.



La vida devuelve lo que te corresponde


(Jotabé tridecasílabo)


Con rayos y truenos se muestra la tormenta,
arranca las hojas la ráfaga violenta.

Impotente, el hombre la contempla y se esconde,
¡Intentó la huida sin saber hacia dónde!
Porque a la natura ser pobre o ser vizconde
le importa un comino, con furia le responde.

Tentamos la suerte, buscamos el provecho
a expensas del clima, sembramos el desecho.

Al morir la rosa, la sábila y la menta,
la vida devuelve lo que te corresponde,
se cumplirá el dicho, convertido en un hecho.



Como Medusas


(2 Jotabé)


En el paisaje que te esconde el ego:
cascadas de agua dulce, paz, sosiego…,

Con el ocaso aloque, la primicia
de la noche estrellada se reinicia;
y la tenue linterna vitalicia
apacigua a la lámpara ficticia.

Y las almas de luz concatenadas
no utilizan amarras en sus radas.

Hay lugar para todos junto al fuego,
no hay lujos ni prebendas ni avaricia,
y las aves no están encarceladas.


Cada día se escribe con arena
y un poema bucólico se estrena.

Como no existen ricos ni vasallos,
todos comparten bueyes y caballos;
portan anzuelos con los mismos bayos,
mientras que el sol los curte con sus rayos.

¡Y danzan al silbar las cornamusas,
muestran su propia luz, como medusas!

Me desperté anhelando aquella escena,
y, agradeciendo el canto de los gallos,
me dispuse a vivir sin más excusas.

 
     
   
     
 
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