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Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé



Rima Jotabé



Directorio de poetas que escriben en Rima Jotabé en lenguas diferentes al Español

Directorio de Poetas que escriben en rima Jotabé en español
 
 
JOSEPHINE BARRETT
 
Poemas
 
Josephine Barrett

Josephine
Barrett

Tuxpan De Rodríguez Cano, Veracruz-Llave (México)

Mi amigo generoso

(Jotabé)


Al mirarlo pensé que era una fuente
de hermosa luz que acarició mi mente.

Al tocarlo, su pasta firme y dura
me pareció que fuese una armadura
que resguarda, plagada de hermosura,
el tesoro de la literatura.

Al abrirlo sentí algo tan hermoso
cual deleite de algún manjar sabroso.

Que me llenó de dicha y, dulcemente,
le abracé cual si fuera una criatura
¡a mi libro, mi amigo generoso!



Amor olvidado


(Jotabem 33)


Ignominioso destino;
nuestro amor es desatino.

Cansadísimo tenerte,
aburridísimo verte.
¿Sabes? no puedo creerte;
preferiría la muerte.

Amarte, infame costumbre.
Arderemos en la lumbre.

Inconsciente, clandestino
abandonado a la suerte
de olvidada muchedumbre.



La poetisa de la isla


(Jotabé dodecasílabo)


La poetisa de la Isla, borinqueña.
Fuiste amante del amor desde pequeña.

Hija de la libertad, fiel activista,
la causa ajena no perdiste de vista.
Siempre buscando amar, con tu alma de artista
enarbolando bandera feminista.

Yo, casi al alba, para hallarte esta noche,
te buscaré entre el silencio y sin reproche.

Julia de Burgos ya duermes, tu alma sueña.
Serás por siempre la gran protagonista,
la que hizo de la ilusión vida y derroche.



Manos campesnas


(Jotabé)


Con su fuerza sostiene satisfecho
el arado y azadón para el barbecho.

En la tierra abre el surco y con sus manos
retiene la belleza de los granos
que darán alimento a los humanos.
Siembra el hombre en los cerros y en los llanos.

Manos benditas de hombre generoso;
cuida el campo sintiéndose orgulloso.

Son las manos de un hombre de provecho;
honremos su trabajo, como hermanos.
¡Sus manos son un don maravilloso!



Ejemplo de mi infancia


(Jotabé octonario)


En el jardín de mi infancia, cuando la vida era suave
como de flor la fragancia, como las alas de un ave,

a la sombra de un buen árbol descansaba mi inocencia.
Las ramas daban su abrigo con amor y su presencia
llenaba mi alma de niña, generando la conciencia
sabia y serena de ese árbol que me daba su paciencia.

Derriba el viento sus flores, sus hojas el tiempo daña
y alrededor de su tronco va creciendo la cizaña.

Pero el buen árbol resiste, su savia tiene la llave
que guarda el secreto eterno del amor y la prudencia.
¡la sombra de mi buen árbol, para siempre me acompaña!



Antaño


(Jotabem)


Siempre el paso de los años
marca en el rostro los daños.

Los niños ya habrán crecido
y el ceño tienen fruncido.
El pequeño dejó el nido
y en su empeño habrá sufrido.

Y aunque el tiempo todo empaña
y en el campo haya cizaña

y nos pesen los regaños,
el cariño en lo vivido
no se pierde, ni se daña.



Lope de Vega


(Jotabé dodecasílabo)


El Siglo de Oro brilló con su grandeza,
llamado el «Monstruo de la Naturaleza».

Lope de Vega, virtud de hombre elegante;
«La Dorotea» gran obra relevante.
Y si «un soneto te manda hacer Violante»
vendrá Amarilis, tu juvenil amante.

Si no saben quién mato al comendador
«Fuenteovejuna» responde el señor.

Sobre comedia, el engaño o la tristeza
siempre has ido su escritura fascinante.
¡Hoy quisiera recordarle con amor!



Los tamales


(Jotabé tetradecasílabo)


Mi país es la tierra de la gastronomía
que lleva a todo el mundo su sabor y alegría.

Hay platos excelentes, otros fenomenales
que llevan a las mesas sabores regionales.
De todos los platillos los más originales
son sin duda los ricos y sabrosos tamales.

De masa de maíz, su sabor es sin igual;
de chile, con manteca; son de dulce o de sal.

De carne, de verduras, casi es glotonería.
se comen en festejos y eventos especiales
¡Porque nadie se resiste a comerse un tamal!



Niñez de Gloria


(Jotabé decasílabo)


Madrileña de dulce sonrisa
de ojos niños, gentil poetisa.

Tú, la guerra detener quisiste;
verles sufrir te ponía triste.
Por eso tus letras dirigiste
a los niños que a tu lado viste.

¡Si pudiera preguntarte cosas
como hacías a las mariposas!

Siempre riendo, como suave brisa.
Gloria, al leerte otra vez trajiste
mil recuerdos de niñez de rosas.



Porque te amo


(2 Jotabés)


I

Porque te amo, te respiro, te ingiero;
y suspiro cuando dices te quiero.

Penetras el espacio reducido
donde guardo mi amor tan escondido;
donde sabes que tiemblo, al estallido
que despierta mi cuerpo antes dormido.

En mi sueño candente te devoro
temblando cuando me dices ¡te adoro!

En mi lecho impaciente yo te espero;
te quiero como nadie te ha querido,
para ti yo he guardado mi tesoro.


II

Porque te amo, te ingiero, te respiro
Si me dices «te quiero», yo suspiro.

Mi cuerpo, antes dormido, se despierta.
Después de tu estallido, sigue alerta
por tu loca pasión sobre mi puerta,
pues mi alma para ti siempre está abierta.

Te devoro candente entre mi sueño,
te adoro porque sé que eres mi dueño.

Un temblor me recorre si te miro,
mi playa sin tu mar esta desierta,
desata mi pasión tu loco empeño.



Otro año


(Jotabé)


Otro año que se pierde en el intento;
que pasó, cual las páginas de un cuento.

Otra más, incompleta fantasía,
cual las notas de triste melodía.
Fue un año que más bien pareció un día,
con tristeza, también con alegría.

¡Pero qué importa! El lamentarse tanto
no logrará que se interrumpa el canto.

Otro año llegará con nuevo acento,
nos llenará de fe, paz y armonía
y del amor de Dios tan puro y santo.



La estrella de Belén


(Jotabé hexadecasílabo)


Con el peso del pecado, sobre el lomo de un borrico,
con su esposo va la Virgen. A una estrella le suplico:

De Belén, mi dulce estrella, sé su guía por favor,
que en el vientre de María va Jesús el Redentor.
Pronto va a nacer el niño, nuestro amado salvador.
ve y derrama, con cariño, sobre el niño tu esplendor.

Y la estrella pareciera que me escucha y va siguiendo
con su luz a los pastores ¡ya Jesús está naciendo!

Hoy su fe nos ha salvado, tanto al pobre como al rico.
El tesoro más preciado que nos brinda es el Amor,
Navidad de paz y dicha ¡disfrutemos compartiendo!



Eres todo eso


(Jotabé Rimipri)


Expreso a ti mi angustia, mi impaciente
embeleso de amor, te siento ausente.

Preso por el dolor, tanto ha sufrido
obseso el corazón ya no ha latido.
Exceso, por amor, jamás ha sido.
Impreso en mí por manos de cupido.

Regreso por el ansia de tenerte,
beso el suelo que pisas, tengo suerte.

Ileso tu recuerdo está latente;
Confieso que por ti tiene sentido.
¡Eso es saber amarte hasta la muerte!



Nosotros


(Jotabé dodecasílabo)


Como gotas de agua de una dulce fuente
empapas mi vida, refrescas mi mente.

Alejas de mi alma cualquier desvarío,
me tomas la mano y yo a ciegas confío
que siempre seremos como puente y río.
Tú eres marinero y yo soy tu navío.

Porque yo soy nube y tú eres como el viento
que mi amor consume como fuego lento.

Eres mi pasado, futuro y presente
porque yo soy tuya como tú eres mío.
¡Jamás romperemos nuestro juramento!



El instante sombrío


(Jotabea)


No se mueve mi cuerpo, mi mente está en reposo;
el sepulcro está hueco, callado y tenebroso.

No sé si estaré muerta como lo está la vida
de aquellos que dejaron de amar en la medida
que otorgan nuestras fuerzas. La conciencia adquirida
que mueve el pensamiento cuando la mente olvida.

El fugitivo instante que reposar ansío
será cuando termine mi momento sombrío

que llega, vacilante, si se le espera ansioso
o rápido y furioso cerrando la salida
cuando no lo esperamos, como yo espero el mío.



Con cariño a Juan Ramón


(Jotabé tetradecasílabo)


Nunca van a olvidarte, ni América ni España;
porque ni con la muerte tu recuerdo se empaña.

El Diario de un poeta que está recién casado,
o La mente pensativa y En el otro costado;
¡Cuántas obras grandiosas tu ingenio ha regalado!
Escritas con el alma de un hombre apasionado.

Si Platero era suave como el blanco algodón
fue porque tú lo hiciste salir del corazón.

Mi inocencia de niña tus escritos extraña;
tu dulce borriquillo jamás será olvidado
y tampoco tu nombre: Jiménez, Juan Ramón.



Nuestro universo


(Jotabé tetradecasílabo)


Sé que en otro universo, quizá uno paralelo,
tú serás mi poeta, como luna en mi cielo.

Vivirás en el cáliz de una flor de diamantes
y un pañuelo bordado con estrellas errantes
dejaré en tu regazo si tus ojos, brillantes,
se cuajaran de llanto cuando estemos distantes.

Porque en esa galaxia yo seré tu planeta
a quien cubra de plata con su cauda un cometa.

Y en las noches oscuras me darás el consuelo
de que siempre seremos dos eternos amantes
porque en este universo, tú serás mi poeta.



A los ojos de un anciano


(Jotabé)


Aunque todos los ojos son hermosos,
unos guardan recuerdos dolorosos.

Esos ojos sin luz, tristes, cansados
que se ocultan tras parpados pesados,
por el tiempo, de arrugas hoy bordados
por el llanto también medio nublados.

Detrás de esa mirada envejecida
seguramente habrá toda una vida.

Los ojos de un anciano son preciosos.
¡No dejemos jamás que, abandonados
sientan que tienen la ilusión perdida!



Mala suerte


(Jotabem)


Viernes trece, ¡mala suerte!
porque no me dejan verte.

Gatos negros, escaleras;
ya me pesan las ojeras
y rompí, por mis carreras,
un espejo y dos peceras.

Y la sal he derramado
¡vaya que si la he «regado»!

Sin embargo yo soy fuerte
¡Que me suelten veinte fieras
que a mí «me hacen el mandado»!



¿Por qué la guerra?


(Jotabé tridecasílabo)


En Medio Oriente surge «el infierno en la tierra»
En la Franja de Gaza están de nuevo en guerra.

Siempre habrá un dominado y otro que le domina.
La cruel situación de Israel y palestina.
El poder, la inconsciencia es lo que predomina;
en las calles temor y muerte en cada esquina.

¿Por qué el hombre del hombre se vuelve opresor
y se torna insensible y carente de amor?

¿Por qué el hombre se destruye y a su odio se aferra?
¿Por qué la injusticia no para, no termina?
¡Un alto a la guerra, pidamos, por favor!



Frente al altar


(Jotabem)


El cirio se ha derretido
en el altar deslucido.

Frente a una imagen borrosa
de una virgen milagrosa
hallé a una joven hermosa,
con la mirada llorosa.

Sin saber que la vigilo
ha encendido otro pabilo.

Reza por su amor perdido;
de ofrenda deja una rosa
y se marcha con sigilo…



En memoria de Juana


(Jotabé tridecasílabo centón)


Tú, que noble supiste escribirle a «La Higuera»,
porque no solo viste como era por fuera.

Viste la belleza que había en su interior
porque tu mirada descubría el amor.
Ibas «Bajo la lluvia» observando una flor
y de «La enredadera» amabas su verdor.

Uruguay te recuerda cada «Hora morada»
a ti, que siempre fuiste un alma enamorada.

¡«Amémonos»! dijiste, olvidando la espera.
Juana, siempre tuviste el verso inspirador.
Tu lírica será por siempre recordada.

Las palabra y expresiones entre comillas españolas, son obras de Juana de Ibarbourou.



La paz que anhelo


(Jotabem)


Verde césped en la tierra,
sin la sombra de la guerra.

La paloma alzando el vuelo
es la paz que tanto anhelo.
Que florezca nuestro suelo
sin dolor y desconsuelo.

Juntos logremos la meta:
la paz de nuestro planeta.

Donde el odio no se aferra
brillando el sol en el cielo
y en los versos del poeta.



Somos dos


(Jotabé Alfa con estrambote)


Almas gemelas que en todo momento
buscan verdad sin que haya un juramento.

Como un espejo reflejando vida,
dos corazones en un alma unida.
Eso seremos, no habrá despedida;
fiel es el alma cuando es comprendida.

Gusto de amar y no hace falta un voto;
hemos de ser amanecer devoto.

Imaginar que igual que tú, yo siento
juntos brillar como llama encendida,
kilómetros hacia un lugar remoto,

lejos de un puente roto.
Mientras el mundo ruede, sin sentido,
nuestro amor vivirá por siempre unido.



Fernando Pessoa


(Jotabé decasílabo)


Poeta de vanguardia, tan triste.
Lisboa, la cuna en que naciste.

Tú fuiste Álvaro, Ricardo y Alberto;
ensayista de futuro incierto.
No llegó tu vida a feliz puerto
por la depresión y el desconcierto.

Pessoa, el del traje a la medida;
el hombre de complicada vida.

No se olvida el día en que partiste
Pessoa, a pesar de que hayas muerto,
vives en la tierra prometida.



Pájaro carpintero


(Jotabé pentadecasílabo)


Carpintero de oficio, como el hijo de María.
Sobre el tronco viejo picoteas con alegría.

Vas buscando la rama cortada del árbol seco
para ocultar el nido que has hecho en el tronco hueco.
Se refugian tus crías en el hondo recoveco
mientras se llena el bosque con el sonido del eco.

Te distingo a lo lejos por la flama de tu cresta;
tu plumaje resalta del verdor de la floresta.

Carpintero, no huyas, que busco tu compañía,
tus golpes en el tronco de mi corazón reseco
que duda que aun exista en este mundo gente honesta.



Serás mi única víctima


(Jotabé tridecasílabo)


Tácito estaba ayer, este, mi amor callado.
El cáliz de una flor, quizá le habrá ocultado.

Tú nunca entenderás lo que tu risa esconde
Tu mística lírica guardarás, mas ¿dónde
te podrás ocultar de mi calor? ¡responde!
Guárdate de salir cuando mi amor te ronde.

Cálida podré ser, espérame dormido.
Cómplice amanecer verás desde mi nido.

Nunca te dejaré, ni aunque hubieras matado
mi única y gran pasión, que a ti te corresponde.
Crímenes por amor, siempre se han permitido.



Golondrina de verano


(2 Jotabems)


I

Empacaste tu tristeza
y encima de su cabeza

emprendiste el triste vuelo.
Tu destino era otro cielo
pero caíste hasta el suelo
en medio del desconsuelo.

Golondrina de verano,
el invierno es inhumano.

¿Dónde está tu fortaleza,
la esperanza de tu anhelo?
¿Quién te ha atrapado en su mano?


II

Pobre y triste golondrina,
busca un nido en cada esquina.

Ya el sol no es tu compañero.
Tu plumaje lastimero
se va perdiendo y no quiero
que me dejes, nada espero.

Solamente yo te pido
que regreses a mi nido.

Golondrina, que la espina
ya he quitado con esmero
y el verano ha renacido.



El hombre de la lira


(Jotabé tetradecasílabo)


Alumbró Sevilla a su mayor representante
Romántico sin par; su habla es el amor galante.

Gustavo Adolfo tú eres el hombre de la lira
¿Habrá alguien en el mundo que tu versar no admira?
«Igual responde el labio cuando un labio suspira»
Quien diga que no te ama, dice una gran mentira.

Me hiciste amar y comprender lo que es poesía
Solo al leer tus rimas, al fin lo entendería.

Bécquer, sin duda de la poesía un gigante
Tu dulce verso siempre por el amor se inspira
¡Como suspira el alma por tu melancolía!



Como Dios prefiera


(Jotabem)


Cuando las cosas se tuercen
porque gran presión ejercen

las situaciones de afuera,
el sol se vuelve una hoguera;
la paciencia se incinera.
¡Nada va como quisiera!

Pido calma y más conciencia;
solo un poco de paciencia.

Porque, aunque muchos se esfuercen,
se hace como Dios prefiera.
¡Agradezco su indulgencia!



El sauce


(Jotabé dodecasílabo)


Contemplo tus ramas que rozan el río.
Lágrimas de sauce, cansado y sombrío.

Como dedos tristes de un verde callado.
Dime, ¿por qué lloras? ¿quién te ha lastimado?
Mi sauce llorón, viejo, solo y cansado.
Muy triste acaricio tu tronco arrugado.

¡Cuánto te comprendo, mi sauce llorón!
por el tiempo cruel que ahogó la pasión.

Lágrimas de sauce ahogando el hastío.
De verte tan triste, también yo he llorado
lágrimas que brotan desde el corazón.



Siempre juntos


(Jotabé dodecasílabo)


Sesenta minutos, pronto habrá llegado.
Sé que nuestra cita no se le ha olvidado.

Fija su mirada sesenta segundos
y siento que puedo volar entre mundos.
Opuestos sin duda, como vagabundos
los dos entre risas y sueños profundos.

Tal vez sesenta años seguiremos juntos
andando en el tiempo entre distantes puntos.

Y sesenta siglos, presente o pasado
entre carcajadas o meditabundos,
en cuerpo y alma juntos, vivos o difuntos…



Rosalía de Castro


(Jotabé pentadecasílabo)

«A vida termina pronto para aqueles que aman moito»
(«La vida termina pronto para aquellos que aman mucho»)
Rosalía de Castro



Santiago de Compostela en sus villas arropaba
a tan ilustre mujer, Rosalía se llamaba.

Las letras castellanas, en español y gallego
su pluma hizo llorar por amor y desasosiego.
Su corazón era llama; extinguiose pronto el fuego.
¿Quién ahora escribirá de la mujer del labriego?

Hojas nuevas cubrirán su frente por su memoria.
Sus poemas dejaran un legado en nuestra historia.

Las fuentes extrañarán a la loca que soñaba;
las flores en el camino elevan por ella un ruego.
¡Rosalía para ti, va por siempre honor y gloria!



Azul pensamiento


(2 Jotabems)


I

Refugio de mi memoria
donde se inicia la historia.

Sueño en la profundidad
de un silencio de verdad.
Respirar en libertad
la bendita soledad.

¡Cuan profundo el pensamiento!
Azul en todo momento.

Libertad que sabe a gloria
sin angustia ni ansiedad,
donde anida el sentimiento.


II

Luz que me llena despacio,
secreto es mi azul palacio.

Palacio que es solo mío
donde mi tiempo confío;
allá en el fondo del río,
refugio para el vacío.

Azul como el agua mansa,
de verte, nadie se cansa.

Mi particular espacio
donde sueño y desvarío,
donde mi mente descansa…



Carne y rosa


(2 Jotabés)


I

Mirada que traspasa la conciencia;
porfiada del amor, por inocencia.

El pétalo arrancar y luego, nada.
Rosa de carne ahora deshojada.
Promesa y falsedad en la alborada,
la esencia de la flor evaporada.

Su cáliz era el labio tembloroso.
Su aroma, el cruel recuerdo, doloroso.

Llanto desgarrador, ya sin esencia;
el tallo por mitad, la flor truncada.
¿Quién dijo que morir nunca es hermoso?


II

Así la vida, es flor que se marchita.
Es carne y rosa el alma que se agita.

Es cierto que nada es lo que parece
la rosa por el tallo desvanece,
ingrata la razón que no aparece.
Su cuerpo es un rosal que no florece…

Transida de dolor, solo es espina.
Pétalo de traición entre la ruina.

Huyendo de quien más le necesita,
negándose a quien más le pertenece.
¡Así duele el amor cuando termina!



Recuerdo de mi padre


(Jotabé hexadecasílabo)


Hay cosas tan especiales que mueven el sentimiento
Cuando recuerdo tu nombre, solo yo sé lo que siento.

A veces extraño tanto lo sabio de tu consejo,
y me invade la nostalgia contemplándome al espejo.
¡Quisiera Dios que pudiera parecerme a ti, mi viejo!
Aunque tengo tu mirada, la fuerza de tu entrecejo.

Dicen que hay un día del padre, pero eso es solo una
[ fecha
para darle algún presente, decirle una frase ya hecha.

Un gran padre como fuiste, vivirá en el pensamiento.
Siempre quiero recordarte, de pensarte nunca dejo
pues gracias a ti me siento bendecida y satisfecha.



La magia de la Rima Jotabé


(Jotabé)


Rimar o no rimar ¡he ahí el dilema!
No hacerlo no genera algún problema.

Pero hacer de la rima cosa tuya,
buscando que además algo construya
y logrando que el ritmo también fluya
y a los versos la magia se atribuya,

es algo que al rimar siempre busqué,
que de principio al fin yo disfruté.

Celebremos la métrica, el fonema
Es la magia del poeta ¡Aleluya!
¡Celebremos la rima Jotabé!



Virtud contra el pecado


(Jotabé)


Sufrir en el infierno más dantesco;
origen del horror y lo grotesco.

Ira, soberbia, avaricia y pereza
gula y lujuria. Duele mi cabeza
al recordar la envidia, ¡que tristeza!
Pecados que ensombrecen la belleza

del alma humana. Nace transparente
el corazón y lo daña la gente.

Borre el pecado vil y gigantesco
la virtud y nos brinde fortaleza,
y alivie el corazón del penitente.



Proverbios 11:2


(Jotabé dodecasílabo con estrambote)


Reina la soberbia en un alma vacía
falta de humildad y de sabiduría.

El soberbio nunca escuchará un consejo;
vive en su atalaya, le guarda el espejo
donde absorto alaba su propio reflejo.
Su razonamiento es cual vinagre añejo.

La humildad construye, la soberbia daña.
Nunca te alimentes de una cruel patraña.

No seas esclavo de tu idolatría.
El soberbio tiene solo un gran complejo;
ni él solo se entiende y él solo se engaña.

Es de baja calaña
quien de la soberbia se viene jactando.
¡En su propio infierno se estará quemando!



El panal


(Jotabem)


Entre el mirto y el laurel
vuelan gotitas de miel.

Es la abeja laboriosa
la que baila entre la rosa.
Su trabajo ¡que gran cosa!
fabricar la miel preciosa.

Es una amiga leal:
hay que librarla del mal.

Y que de este mundo cruel
en batalla silenciosa
cuidemos siempre al panal.



Luna roja


(Dos Jotabem decasílabos)


I

Luna de sangre, perla escarlata;
como perdida bala de plata.

Como una hoguera. Noche sombría
que se vislumbra si muere el día.
Surge el llamado de la jauría
de mi incipiente licantropía.

Luna de sangre que me provocas
hundir mis garras, mi celo evocas.

Luna, el impulso que me arrebata
como una loba, ¡quién lo diría!
que le devoran mis ansias locas.


II

Luna de fuego, de madrugada.
Selene ardiente y ensangrentada.

La piel hirsuta, negro pelaje,
vestida toda de rojo encaje.
Me siento loba libre y salvaje,
como hechizada por tu brebaje.

Él es la presa, yo soy la fiera;
mas yo sucumbo, ¡quien lo dijera!

Me vuelvo una loba enamorada
sin pretensiones, duda o chantaje
cuando me pierdo en su madriguera.



A la poesía inmortal de Garcilado


(Jotabé)


Rey del endecasílabo; su paso
grabó en el Siglo de Oro, Garcilaso.

Sonetos de belleza inmaculada
derretidos de amor, para su amada.
Su verso quedó sobre la almohada
llorando con la noche, enamorada.

Su legado en Toledo vio la cuna
que ha llegado a nosotros, por fortuna.

Brille siempre su estrella en el Parnaso
¡Obra inmortal por todos recordada
que le eleva a los cuernos de la luna!



Dualidades


(2 Jotabem Kigo)


Nunca Invierno y Verano
van de la mano.

Si el verano no es largo
el invierno es letargo.
Verano es dulce encargo;
Invierno, amargo.

Verano, Invierno mío;
¿lloro o me río?

Así es el ser humano
de gustos, sin embargo,
caliente o frio.


Como las estaciones,
los corazones.

Majestad sin grandeza
no es su naturaleza.
Abundancia y pobreza,
risa y tristeza.

El Invierno es estío;
Verano, frio.

Nadie entiende razones.
¡Me rompe la cabeza
mi desvarío!



Como un niño


(Jotabé hexadecasílabo)


Por favor, nunca me digas que «no haga tonterías».
Me molestas, me fustigas, dices que son «niñerías».

Que la gente «de respeto» se trata con seriedad,
Que yo en todo me entrometo. Pero no entiendo, en verdad
dime ¿qué significa vivir «en la realidad»?
¿dejar de lado la risa, perder la espontaneidad?

¿Por ser adulto no puedo salir a volar cometas?
¿Debo ser un amargado, poner límite a mis metas?

No te juzgo, ni te riño, y aunque no lo entenderías,
te abrazaría con cariño, respeto y amistad,
pues tengo el alma de niño, como tienen los poetas.



Un Quijote


(2 Jotabés)


¡Cabalga Sancho, que la vida es corta!
morir por el deber es lo que importa.

¡Cabalga Sancho!, porque los molinos
de viento son gigantes anodinos.
Cierran el paso de nuestros caminos;
mas nunca marcarán nuestros destinos.

¡Vamos, amigo!, que mi Dulcinea
me espera en casa, junto a Galatea.

¡Cabalga Sancho! el ideal conforta.
Grabadas dejaré en los pergaminos
mis aventuras para quien las lea.


¡Cabalga, Sancho! ve por las orillas;
sigue el Retablo de las Maravillas.

¡Cabalga, Sancho!, que mi Rocinante
sabe que lleva un caballero andante.
Ante las damas, corazón galante.
Voy desfaciendo entuertos, ¡adelante!

El gran legado a la Literatura
cabalga junto a Sancho, en armadura.

Rompa la fragua en un millón de astillas
La lanza del Quijote, es un diamante
el ideal de un hombre y su locura.



Mi libro


(2 Jotabé decasílabos)


I

De pasta dura o a veces suave
eres, mi libro, vuelo de un ave.

Eres mi muro de cal y roca;
tu historia el grato recuerdo evoca.
Mil emociones siempre provoca,
dejando un dulce sabor de boca.

Hueles a tiempo y hueles a historia;
exudas tinta que sabe a gloria.

Del mundo sabio tienes la llave,
para quererte la vida es poca.
Tú me abanderas en la victoria.


II

Tu fiel presencia me ha transportado
hacia un refugio de lo sagrado.

Eres mi escudo contra los males,
en ti se forjan los ideales.
Eres mi puente hacia los portales
donde residen los inmortales.

Vuelas más alto que el pensamiento;
siempre me elevas al firmamento.

Mi bello libro ¡cuánto me has dado!
Conocimiento siempre a raudales,
mi fiel amigo en todo momento.



Un beso


(Jotabé con estrambote)


Quiero robarte un beso vida mía,
un beso que me dure noche y día.

Que me devuelva la feliz conciencia
de mis ayeres rosa, de inocencia.
Bésame, me devora la impaciencia;
tu beso es la devota penitencia

que feliz cumplo por tenerte, amado.
Tu beso es mi refugio deseado.

Tu beso me da fuerza y valentía
para dejar de lado la advertencia
de saber que tu amor me está vedado.

Mas si acaso he pecado,
prefiero el gusto de ese beso loco
que, lejos de tu amor, morir un poco.



Dentro de ti


(Jotabé tridecasílabo)


Él no murió en la cruz; su pena y su calvario
hicieron que su luz nos acompañe a diario.

Él está dentro de ti, es tu hermano, es tu amigo,
el niño que juega por las tardes contigo;
el enfermo, el anciano, el ladrón, el mendigo,
el que no tiene nada, el que busca tu abrigo.

Él no está en un altar ni en un templo de roca,
o en la simple oración que salió de tu boca.

No te pide diezmos, ni rezar el rosario,
solo pide tu amor. Ven repite conmigo:
Es por tu amor, Jesús, que la fe me provoca.



De luz maravillosa


(Jotabé tetra decasílabo)


De Chile para el mundo, tu obra ha sido grandiosa.
Poeta y escritora, profesora estudiosa.

Gabriela, honor y gloria te rinde la escritura;
tu obra será inmortal para la literatura.
Mientras exista un ápice de historia y cultura
en el mundo la magia de tus letras perdura.

«Lecturas para mujeres», «Ternura» y «Lagar»
«Desolación» y «Tala», son obras de admirar.

A las generaciones, tu luz maravillosa
plasmada con tus letras de fuerza y hermosura
y el Nobel galardón que bien supiste ganar.



Mi alimento


(Jotabea)


Y he preguntado al viento, que atento me escuchaba:
«Cuando perdí el aliento, ¿tú sabes dónde estaba?»

Y el viento me responde con su sabiduría:
«No busques en las nubes o por la lejanía;
búscalo entre las notas de alguna melodía,
búscalo en el reflejo del sol al medio día.

Que el aliento que empuja para alcanzar la meta
es el mismo que ayuda para izar la cometa.

Es el aire en el pecho que la vida te daba,
el aliento que encierra la amada poesía
que mueve a cada instante la vida del poeta».



El amor del poeta


(Jotabé acróstico Sérmico tridecasílabo)


El que nació del corazón, fruto maduro;
Amor es quien nos gurda en un lugar seguro.

Es presencia de Dios y en vida persevera
Universal paciencia de quien todo espera.
Y es muy capaz de derribar cualquier barrera.
Es quien logra que la esperanza nunca muera.

Una y otra vez se irán los tiempos del planeta
Bendición siempre amar, al final, nuestra meta.

Para que nunca falte amor en el futuro,
La fuente del amor lo que siempre quisiera:
Humanidad, conserva el amor del poeta.


Acróstico: El amor es universal y es una bendición para la humanidad



Mujer


(Jotabé dodecasílabo)


Dime tú, quién eres, milagro surgido
¿Acaso eres ángel del cielo venido?

Te esculpió la mano de Dios, bondadosa:
tus ojos, luceros; tu esencia de rosa;
delicada y suave, tu es alma piadosa,
con pies en la tierra, fuerte y generosa.

Belleza y conciencia debieron poner
al crisol de ensueños que te vio nacer.

Rompieron el molde tras haber salido
la creación perfecta y maravillosa.
Te pusieron nombre, te llamas: MUJER.



La familia


(Jotabé)


Amor filial, que nos une en presencia
de Dios, donde demuestra su existencia.

Amor de padres, de hijos y de hermanos,
la familia nos vuelve más humanos.
Es célula y nos vuelve ciudadanos;
es lazo que nos vuelve más cercanos.

De sangre o de papel, eso no importa.
Por ella, la distancia se hace corta.

La familia de amor es toda esencia
igual de niños, jóvenes o ancianos,
¡en familia, la pena se soporta!



Natura


(2 Jotabés dodecasílabos)


I

Bulle la vida en los campos, bosques, ríos;
hay nidos nuevos y madres con sus críos.

Vibra toda vida en una gratia plena.
Al nacer el sol inicia la faena:
Zumba la abeja, va en pos de la colmena.
luego se escapa un insecto entre la arena.

Llega la noche, el murciélago bosteza,
y la luciérnaga brilla en la maleza.

En los ambientes, ya cálidos o fríos
ya bajo el brillo del sol o en luna llena
Natura siempre demuestra su grandeza.


II

Se oye el chirriar de aquel grillo entre la roca;
trina el jilguero y buen ánimo provoca.

Duerme ya el búho entre un árbol de la orilla;
es su belleza nocturna maravilla
igual que ver la acrobacia de la ardilla
o el grácil aletear de la polilla.

¡Oh, Natura! por la magia de tu nombre,
¡evitaremos que te corrompa el hombre!

El hombre destruye todo lo que toca.
Y Natura es tan armónica y sencilla
¡Dejemos que ella por siempre nos asombre!



Los gatos


(Jotabem)


Cascabeles juguetones
de caza por los rincones.

De pupilas verticales,
amorosos ideales;
mimosos profesionales
o guías espirituales.

Te regalan buenos ratos
aunque a veces son ingratos.

Pesadilla de ratones,
singulares animales
¡maravilla son los gatos!



Natura


(2 Jotabés)


I

Bulle la vida en campos, bosques, ríos;
hay nidos nuevos, madres con sus críos.

Vibra la vida en una gratia plena.
Naciendo el sol inicia la faena:
zumba la abeja en pos de la colmena.
y se escapa un insecto entre la arena.

Por la noche el murciélago bosteza,
la luciérnaga brilla en la maleza.

En los ambientes cálidos y fríos
bajo el brillante sol o en luna llena
Natura nos demuestra su grandeza.


II

Se oye el chirriar del grillo entre la roca;
trina el jilguero y su ánimo provoca.

Duerme el búho en un árbol de la orilla;
su belleza, nocturna maravilla,
igual que la acrobacia de la ardilla
o el vuelo circular de la polilla.

Natura, por la magia de tu nombre,
¡evitemos que te corrompa el hombre!

Pues el hombre destruye lo que toca.
Natura es tan armónica y sencilla
¡Dejemos que por siempre nos asombre!



Amorfo


(2 Jotabem)


I

Amor de cristales rotos,
de anocheceres remotos.

Amor comprado en rebaja,
que viste velo y mortaja.
Amor relleno de paja
al filo de una navaja.

Amor de luto preciado
sin presente, sin pasado.

Que ha traicionado sus votos,
que ha caído en desventaja.
Amor que fue traicionado.


II

Nube de melancolía
que termina con el día.

Amor que ha vivido preso
en un punto sin regreso.
Desechado por exceso,
que lleva el olvido impreso.

Amor de árido desierto
sin respuesta de lo cierto.

Vestido de cobardía.
Amor que a nadie confieso.
Amor que ignora que ha muerto…



Federico


(Jotabé)


¿Sabes, poeta, que te quiero verde?
Tu amor es un veneno que me muerde.

Porque siento tu amor como ninguna,
en la sangre, gitana, por fortuna,
y en la piel del color de la aceituna
que se enciende en la fragua de la luna.

Que el dolor necio de tu amor gitano
cauteriza la palma de mi mano.

Federico, tu verso no se pierde;
Pues vivirá eternamente en cada una
de las Bodas de Sangre del arcano.



Historia triste


(Jotabé)


La triste historia de ese amor quebrado,
doblado por mitad y abandonado.

Después que fuera caballero andante.
Ayer, como el Quijote en Rocinante;
hoy, en la calle pobre comediante;
cara pintada y paso vacilante.

Recoge humilde una moneda al piso,
cual beso roto que ya nadie quiso.

Beso que ayer fuera de amor sagrado.
¡Qué triste historia! fue ese amor distante
que se burló de un corazón sumiso.



Nocturno de cielo y tierra


(Jotabea)


Ya se asoma Selene de menguante discreto;
un gato la persigue, como amante secreto.

Las pléyades contemplo, más allá, Venus brilla
y un halo de Saturno lleva escarcha en la orilla.
los tejados bostezan, dormita una bombilla
y a la luz de una vela girará una polilla.

¡Qué inmenso el firmamento, la bóveda celeste!
¿Habrá en otros planetas quizá un lugar como este?

Un nocturno más bello, que tú encuentres, te reto,
entre el cielo y la tierra, su esplendor maravilla.
Quiero admirarlos, juntos, ¡no importa lo que cueste!



Cultivo de letras


(Jotabé tetradecasílabo)


Cuando el conocimiento es multidisciplinario
es bueno que tengamos también un diccionario.

Así, cuando hablemos de cinematografía,
de política, historia o bien de geografía,
conozcamos conceptos, siempre estemos al día
sin que nuestra oratoria caiga en monotonía.

Y de paso afrontemos responsabilidades
y también apoyemos nuestras debilidades.

Que aprender es hermoso, fomentémoslo a diario;
empecemos ahora, escribiendo poesía
como siembra preciosa de nuestras heredades.



Mi verso


(Jotabé decasílabo)


Lo más pequeño del universo;
ten por seguro que así es mi verso.

Es como el canto sutil de un ave;
colores frescos, aroma suave.
No vive oculto, ni bajo llave,
va por el mundo en su propia nave.

No es arrogante, no es pretencioso,
no busca lauros, no es ambicioso.

Pero se agranda frente lo adverso
y se suaviza frente a lo grave,
¡pues tú lo vuelves maravilloso!



Mirando al mar


(Jotabé)


Mirando al mar, me llena su grandeza
¡Maravilla de la naturaleza!

Mirando al mar que danza con la arena
con sus olas de plata en luna llena,
inunda mi alma con su paz serena
y diluye en su espuma cada pena.

Mirando al mar, naufragan mis temores;
se disipan, igual que los rumores.

Mirando al mar se olvida mi tristeza
y resucita mi alma de sirena,
quiero ser como el mar, un mar de amores.



Entre el cielo y la tierra


(Jotabea)


Miro un cielo infinito de estrellas y cometas
buscando el pensamiento de los anacoretas.

Las respuestas ocultas tras la noche, en su velo;
corazón y cerebro se enfrentan en un duelo.
Yo quisiera sentirte más allá de mi cielo,
mas la razón se opone, ¡qué triste desconsuelo!

El pensamiento se impone, el corazón se aferra,
sintiendo que desatan emociones en guerra.

¿Será acaso el destino de todos los poetas
pensar con sentimiento, cobijar el anhelo
de vivir eternamente, entre el cielo y la tierra?



Ya no


(Jotabea)


Tú me ves que no lloro, por eso es que presientes
que has ganado la guerra, que no importa si mientes.

Que despierta o dormida solo sueño contigo;
que se escapa mi vida cuando pierdo tu abrigo.
Que no tengo salida, que tan solo te sigo
y que es causa perdida lo que tú haces conmigo.

Que sin ti yo naufrago como nave al garete,
que dominas mi mundo, que tu amor me somete.

Pero todo se acaba, ya tus besos ardientes
se volvieron de hielo, de verdad te lo digo,
ya no vuelvo a tu nido, ¡ya no soy tu juguete!



Ladrón


(Jotabé dodecasílabo)


Ladrón de versos, no me robes la noche.
Mi pluma duerme sin duda y sin reproche.

Está soñando con él y en su desvelo
siente que habitan los dos el mismo cielo.
Le estás buscando, bribón y ladronzuelo,
quieres llenarle de duda y desconsuelo.

Ladrón de besos, no me robes la cuna
donde él arrulla mi piel, como ninguna.

Él es la magia, mi falta o mi derroche;
sin él pierdo en control, él guía mi vuelo,
ladrón de mi alma, mi sol por quien soy luna.



Mar triste


(Jotabé)


Triste lluvia sobre la mar; mojada,
vierte perlas color agua salada.

Llora estrellas, arena y caracolas;
caballitos de mar sobre las olas.
Llora la mar; igual yo lloro a solas
tinta y sangre de raso y de amapolas.

Y en el fondo abisal, la mar murmura
nuestra pena de arenas y locura.

Tristeza azul de playa desolada
que estrella en insensible rompeolas
mis lágrimas de sal y de amargura.



A-Dorado


(Jotabé)


Dorado, como el sol de mis mañanas,
traspasas el cristal de las ventanas.

Dejas tus frescos besos en mi boca,
conoces bien el ansia que provoca
al punto casi que me vuelve loca,
el labio que suspira y no me toca.

Dorado, porque tú eres mi tesoro.
Tu amor tiene el color que más adoro.

Tu aura es brillante, pero no te ufanas.
Tienes el brillo que el recuerdo evoca.
¡Nunca me olvides, corazón, te imploro!



Dolor


(Jotabé)


Viento de soldad, calma que engaña,
que duda entre verdad o cruel patraña.

Dejos de indignación ante lo incierto;
ecos de un corazón oscuro y yerto.
Barca que naufragó lejos del puerto.
Imposible, cual nieve en el desierto.

Y sin embargo, extraño desvarío
que destila un dolor agudo y frío.

Dolor que atrapa, que desnuda y daña;
Dolor que deja mi costado abierto.
Dolor que añora lo que ayer fue mío.



Verona hoy


(Jotabé)


Julieta era metal; Romeo, paja.
Sentimientos comprados en rebaja.

El labio no guardó mas que el veneno;
la daga, el corazón. Calló el sereno,
mudo ante la pasión y el desenfreno
de ese cuerpo que eran dos, propio y ajeno.

Madonna de una esquina, callejera
busca al mancebo que su piel adquiera.

Y aunque esconda el amor velo y mortaja
sin separar lo malo de lo bueno,
¡Siempre se va a negar a quien lo quiera!

 
     
   
     
 
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