Conflicto emocional

(2 Jotabé)


El silencio profundo de la noche
araña sus fronteras de trasnoche.

Se cuela por las sábanas de seda
la frescura del bosque que se hospeda
y un puñado de pétalos que rueda
con aroma floral, de la alameda.

Sin la pasión que alienta su templanza
la puebla el desamor, la desconfianza.

Se trepa entonces con valor al coche
de potros relinchando en la vereda
osando divisar en lontananza


ese amor que la puede la desvela,
nutre su corazón y lo empapela

con rosas que refuerzan autoestima
y un suave ardor que siempre legitima
placeres alejados de la esgrima
o de espada filosa, que lastima.

¡Ese amor de novela no se alcanza
navegando por mares de bonanza!

Son el fuego voraz de una gacela
que adereza sus cuentos y su rima
con vírgenes puntadas de esperanza.



Mis plantas queridas

(Jotabe)


Las nubes poderosas desde el cielo
amenazan tormenta ¡què desvelo!

Recièn llego de viaje y la maleza
irrumpió libremente con vileza
estrujando las plantas con crudeza:
debo limpiarlas - digo con certeza.

Que no trunque la lluvia ni este viento
mi acción de remover tierra y sustento

y que el morado firmamento del velo
de la madre ejemplar Naturaleza
haga brillar el sol en un momento.



Paz

(Jotabé)


¿Qué le pasa a la gente de este mundo
que no capta un alerta muy profundo?

¿Por qué viven veloces y con prisa
exhibiendo ansiedad que motoriza
si la vida en sosiego y con sonrisa
aquieta el alma y hasta la suaviza?

La paz contagia y nutre al desvalido
y sana con fe al corazón herido

regala bienestar en un segundo
si encuentra sueños rotos los alisa
con silencios y besos para el nido.