Querer

(Jotabé)


De querer voy por la vida cansado,
aluvión de un gran amor alocado.

A los cuatro vientos, ávido imploro:
Que me ame con la fuerza que valoro
sin que deje vencido mi decoro;
y de amarle, el dolor yazca indoloro.

Pues verle en otros brazos me violenta,
mas quiero ya morir de forma lenta,

porque este anhelo es por carga, pesado.
¡Alabado señor! Por el tesoro,
que será: si me alivia esta tormenta.



Venganza

(Jotabé)


Las ansias de venganza a que te aferras,
te cercena con dientes de mil cierras.

Vas turbado, buscando el cruel momento
de blandir con las ganas, el tormento,
abrazado al cáustico sentimiento
de ignominias, que es del fuego alimento,

y no vives a la espera de ocasión,
de vengarte con vesánica pasión.

Pero al final verás, son nulas guerras,
con tu alienada mente en detrimento
que, en su logro, no tendrá la sanación.



Odio

(Jotabé)


¿Otra vez? He visto la reprimenda,
que dieron a mi niña como ofrenda.

Su castigo era en fondo necesario,
por necedad de querer vagar diario,
por fiestera; no bastó el cruel glosario
que, además fuera impuesto por Rosario.

¡Oh! Mi niña que, al dolor pone llanto,
y no hay sosiego, si le hablo o le canto.

Me atormento, mas mi anhelo es que aprenda,
pues la vida no es, el imaginario
de cuentos de hadas, con todo su encanto.

(Poema ganador de una Mención de Honor en el II Concurso Internacional de Poesía El Mundo Suena en Jotabé)