Ante un mar en invierno

(Jotabemo Espejo)


Del beso en la frente viene el silencio,
me devuelve al mar el sol que ponencio.

Fría la limadura de la nada,
vuelvo a lloverme luz biseccionada,
me harapienta el apetito en arada
sensación viva y desbarajustada.

Al aire vuelve rancia la oquedad,
de una mía culpa es toda verdad.

Soy de la luz que borro y que potencio,
un alto de la calma devastada,
quemo por donde no vive la edad.


Me sigue organizando la maldad,
la saliva que me ahueca en putada.
Me cavo un vacío que ni sentencio.

Del sol va hacia mí su complicidad,
enmarcando al mar la fatalidad.

Me agria la raspadura en coartada,
la pasión del mar en bandeja dada,
me divido por el odio en cascada,
mi sudor detiene la luz vaciada.

Ociosidad del pozo con que agencio
la nostalgia que me robo y licencio.



De gloria fe en Valencia II

(Jotabemo Espejo)


¡Oh, Valencia, te das a cada paso!
Mi amor borra tu relieve de ocaso.

Ausencia explota en traca a maravillas,
carencia de mecha libre de astillas,
burbuja de horchata estallada a sillas,
Fallas en mil aciertos sin orillas.

Cara de grafiti, sueño de vela,
diezmo sin la complicidad a muela.

De un bocadito menos es el vaso,
en restos de Castillo las orillas,
y no hay cielo que al bostezar no duela.


La parte menos mía es ir sin suela,
los Casales mar adentro en tus villas,
de otro churro me tienta un hipo raso.

Fiesta habita el pecho si en calma hiela,
y la verdad del corazón la anhela.

De magdalenas la Virgen anillas
a razón de toda flor en que brillas,
por bien Valencia en unas Fallas pillas,
como entrega a horizonte de chiquillas.

Si al mismo Turia cervezas rebaso,
dadme Mascletadas de fiel Pegaso.


Ganador del premio «Fulla del Taronger» del II concurso Internacional de poesía «Canto a Valencia»



Aparición del pez Cristo

(2 Jotabés)


Incienso de piedra. Río tamaño.
Señor de luz contra el azar huraño.

Para lograr tu mimo sin despojo
ideas hay en el astro que te arrojo,
gol de colores al disfraz de antojo,
amor atesorando fe entre alojo.

Tu sed reconforta alta mi palabra,
de filo no puede el gel que se labra.

Pez que baila con dualidad de araño,
huelga por la posición de cerrojo,
vida tal la compasión se reabra.


En la piedad entra, sin cielo cierto,
del alentar un flotante ir injerto.

Ni por ruin se acomoda a nuez el susto
cuando el bote recoge el mar injusto
y a corazón besado por degusto
acompaso, al sol, cáliz al más Justo.

A fin de llorar el pus que abandera,
del latido al botín cae la cera.

Clarividencia del primer despierto
a tocar de fe sin salir de embusto,
sensacional la portentosa esfera.



Yo, un hombre recién resfriado

(2 Jotabés)


Luna. Legañas goteando claros.
Zumos picantes a la lengua raros.

En el fuego, la sal cava el aceite,
cuando la oliva, café sin afeite,
calva aterriza a todo ajoaceite,
roja apetita profundo el deleite.

Azul bostezo contra miel sin agua,
gárgara de gloria sin dulce adagua.

Babas ya blandas a razón de daros,
grafiti de mocos con ajiaceite,
a ras de sueño por hacer paragua.


Aterriza la sombra en hora punta.
Estornuda un flan de lloro. Despunta.

Frágiles desaprensiones del frío,
se reparte el flash del jarabe enfrío,
tal que remedio así que uva sofrío,
a la par que paz y agua, pus refrío.

Por mucha fe en la chispa codeada
del espejo florezco en la mirada.

Vino de luces, tesoro que apunta,
lupa que se cree contener frío,
y nuez a tutti pleni desatada.



Los pordioseros

(Jotabé)


El corazón atesora impecables
ruinas de posición recriminables.

Abrazos sin la ausencia al vagabundo,
calambres como manchas del rotundo,
dolor a Pandemia más que a submundo,
gritos de color en polvo errabundo.

Mellados a la vez que escurridizos
los pobres se ofrecen olvidadizos.

Mas a fe los besos impenetrables
gobiernan un rodeo ya iracundo:
felices a pesar de lo plomizos.


(Poema ganador de la Mención de Honor al mejor Jotabero de Valencia del X Certamen Poético Internacional Rima Jotabé)