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Rima Jotabé



Avales de poetas de todo el mundo para la Rima Jotabé



AVALES DE POETAS PARA LA RIMA JOTABÉ



Rosalba Jaramillo

ROSALBA
JARAMILLO
 
 
Rosalba Jaramillo
 

Nace en Segovia, Antioquia, el 23 de septiembre de 1959. Hija de Héctor Agudelo y Libia Jaramillo.

Actualmente es docente. Estudió una licenciatura en básica primaria con énfasis en humanidades, en la Universidad Adventista de Colombia. Realizó tres especializaciones, siendo de gran relevancia la de pedagogía del aprendizaje para el desarrollo autónomo, en la UNAD.

Recibe preparación para ayudar a los niños con el inglés, así como en lecto-escritura, ambas en la Universidad de Antioquia.

Fue proclamada «Mujer de Oro» de Zaragoza en artes y literatura, en 2008, 2012 y 2014. En 2017 fue nominada por el periódico «Actualidad Regional» al premio «Corazón comunitario» en la categoría «Corazón Cultural».

En 2021 la Real Orden Poético-Literaria Juan Benito de España, la nombra «Embajadora de la Rima Jotabé en Antioquia, Colombia».

En 2024 fue ponente en el V Congreso Internacional de la Rima Jotabé, organizado en San Pelayo, Córdoba, Colombia.

 
 
Aval - Todo lo bello en un Jotabé
 

Es frecuente hablar hoy en día de poesía, pero es realmente hermoso hablar de la Rima Jotabé. La Rima Jotabé abraza al poeta, al dramaturgo, al catedrático, al estudiante y al hombre en la extensión de la palabra. Mueve sentimientos, acompaña al ser en sus estados emocionales. Podría decir que es también un ángel que te inspira a seguirlo y se compenetran contigo en un solo espíritu.

Hoy puedo asegurar que la Rima Jotabé está en todos los lugares, en los espacios más remotos, está en el corazón de un sembrador, en el sentimiento del anciano y en las canciones de un joven jornalero. Está en las notas que despide un acordeón, en el corazón del hombre que atraviesa las calles con bastón y hasta en el cortejo fúnebre del amigo que con sus letras entona su canción de duelo. La Rima Jotabé está en ti, en mí, en todo el universo.

Para un buen jotabero no existen edades, razas, estratos sociales ni religiones. Ella por sí sola tiene su propia identidad. La Rima Jotabé ya conoce y recorre el mundo entero, viaja muchas veces en barcos gigantes y otras en pequeñas embarcaciones movidas por el viento; a veces vuela en los aviones de combate, pero otras en naves de aire con lujos y buena comodidad. Y cuántas veces no ha recorrido los campos a pie descalzo recibiendo de la aurora gotas incontables del rocío y otras, por el contrario, le ha dado la despedida al día entre arreboles vislumbrados en la caída del ocaso.

La Rima Jotabé es como las gomas que comen los niños en los recreos de su escuela, es pegajosa, si la conoces te encanta, si la estudias te fascina, si la recitas entonces buscas cada vez un motivo para declamarla, pero al escribirla sientes el goce de la vida misma y vives emociones que pueden arrancar de tus ojos una lágrima o hacerte sonreír a pesar de vivir entre lamentos y nostalgias. Ella hace cambios en tu vida, aviva emociones, arropa a los amigos, a los enfermos, a los que se desplazan solitarios por los caminos, tal vez áridos, de la vida… ella llena tu corazón de sentimientos y te sana cuando sangras.

Quiero tatuar el alma de mis grandes amores con un buen Jotabé, escribirle al tiempo un monorrimo de amor que entre sus letras exprese la grandeza del Jotabeísmo y en las olas del mar dejar impresos los pareados con la consonántica rima del hoy y del ayer; al viento dejarle su alma… el alma de un Jotabé.

Te invito a regalar un Jotabé; dáselo al amigo, al que sufre, al herido, al ausente, al enfermo, al anciano, al maestro, al obrero, al médico, al campesino, a la madre, al que llora, pero al que sonríe, regálale también un Jotabé.

 
     
 
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