La Rima Jotabé es en mi humilde percepción, un eslabón mágico que une indistintamente a nuestras plumas literarias con las musas que fluyen sobre el arnés de la inspiración, deslizándose sobre su novedosa estructura rimada.
Es una llave que nos abre puertas elevando los dinteles y nos hace partícipes de la creación, siendo parte activa del fascinante arte de la poesía al poner en nuestras manos una chispa radiante que transmuta sueños y realidades revestidas de las metáforas precisas para brillar en el inconmensurable universo de las letras.
Es la Rima Jotabé una luz que ilumina el vasto lienzo de infinitas posibilidades que nos ofrece bellas herramientas esenciales para la creación de poemas, nos invita a desarrollar y aumentar nuestras capacidades, nos motiva a cruzar umbrales desconocidos avanzando por nuevos senderos de inspiración en los que vamos ampliando el conocimiento, afinando y puliendo nuestra lírica, usando los recursos y figuras retóricas para encontrar la rima perfecta en cada verso.
La Rima Jotabé cuál estrella resplandece en cada arista al permitirnos construir en su estructura, un cálido hogar para las letras y con su métrica exquisita embellecer el verso, obsequiando así un latido nuevo a nuestra existencia.
Hay Poetas admirables, profesores, dramaturgos, catedráticos literarios de gran conocimiento, que con honor disfrutan del placer que representa fluir en el orden poético del Jotabé.
También habemos personas autodidactas que hemos vivido amando la poesía, alimentando el alma con ella, vibrando y sobreviviendo gracias a ella, transformando en versos el amor, el dolor, el temor, las tristezas y alegrías.
En mi experiencia personal puedo decir que cuando las emociones me rebasan enmudeciendo mis labios, la poesía viene siempre a rescatarme, así fue que comencé a derramar mis letras en prosemas, sobre líneas sin control.
Entonces llegó a mi vida la Rima Jotabé, un hermoso camino en el que fui recibida sin condición alguna, me sentí abrigada con su estructura y variantes que se ofrecían ante mí como ramas de un frondoso árbol de frutos abundantes.
Bajo su enramada se refrescaron mis renglones al dar un respiro a mis letras, un remanso balsámico que me dio la posibilidad de aprender mientras expresaba mis sentimientos, pensamientos y pasiones.
El Jotabeísmo es un espacio, una familia, una hermandad en movimiento, que nos une y nos invita a enfrentar con confianza y emoción cada uno de los retos que nos van sumergiendo en la amplia y novedosa belleza literaria de sus variantes.
Hoy me siento feliz y orgullosa de ser jotabera, agradecida por tener acceso al cofre del conocimiento que a través de la Rima Jotabé ha puesto la poesía neoclásica al alcance de aprendices y poetas.
Siempre orgullosa por representar ante todo el mundo, con gran honor y respeto la Rima Jotabé.
Porque somos poetas Jotaberos, no somos perfectos, somos fieles guardianes, alquimistas de emociones, transformadores de ideas que fluyen rítmicamente al rimar en nuestros versos. |