Al principio de los tiempos, no había días para festejar nada, pues todos los días eran buenos para identificarnos con nosotros mismos y con todo cuanto nos rodeaba, pero poco a poco comenzamos a etiquetar los días según la importancia que le dábamos a lo que esos días significaban para todos a nivel de Clan, y posteriormente se fueron ampliando esos días para que también se sintieran identificados con ellos, una región, un país o el mundo entero.
Así, encontramos fiestas paganas y religiosas que han ido marcando el calendario de actos y eventos que poco a poco hemos ido aprendiendo a conocer, memorizar, celebrar (aunque no sepamos muy bien por qué), y a respetar, por aquello de que “Respeta si quieres ser respetado”.
Pero lo cierto es que cada vez más, esos días vienen marcados por una necesidad de marketing, por una necesidad de estar con alguna moda o tendencia, o con la necesidad de crear nuevas maneras de actuar e interactuar con la sociedad que nos rodea, próxima y lejana.
Por tal motivo podemos encontrarnos con fiestas como San Valentín, donde parece que el amor florece por todos los lugares, sin tener en cuenta de que el amor no es tema de un día, sino de toda una vida de relación persona a persona, pues ciertas cosas en la vida, no son fruto de un día, sino de una manera de ser o una manera de sentir y entender la vida.
Ahora bien, tras realizar este prólogo, quisiera comentar otro día importante para ciertos colectivos, como es el Día del Orgullo Gay para el colectivo GLTB (Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales), pues es el día en que este colectivo quiere reivindicar que están presentes, que tienen su fuerza en la sociedad y que esta conozca su problemática y así poder hacer entender a la sociedad su postura ante su orientación sexual.
Pero la verdad es que este día no debería de existir, pues tener una u otra condición sexual no debería ser digno de orgullo ni de no orgullo, pues cada uno es como es, y así lo deberíamos entender toda la sociedad y admitir a cada persona por lo que pueda aportar al colectivo de su entorno social y mundial, independientemente de con quien pase sus horas más íntimas en su alcoba.
No voy a hacer una lista, (aunque sería muy fácil), de personas del colectivo GLTB que han sido y son famosas y han aportado al mundo todo su buen hacer, pues eso de nuevo sería intentar separar a unas personas de otras por su condición sexual, cuando lo mejor y más acertado sería hacer mil y una listas de personas que despuntan por sus conocimientos y aportaciones a la sociedad y al mundo, sin más.
De esta manera pienso que, si tuviera que haber algún día del orgullo, debería ser del orgullo de ser persona, simple y llanamente, del orgullo de ser persona, tan sólo, ser persona.
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