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ARTÍCULO 504

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BREVES APUNTES HISTÓRICOS SOBRE LA LENGUA VALENCIANA

 

 
 

A modo de introducción

En este breve estudio sobre la lengua valenciana, quiero exponer de manera clara y documentada que, la multi centenaria lengua valenciana, se desarrolló de una manera natural, tal y como lo hacen todas las buenas lenguas del mundo, codificándose la misma con el paso de los cientos de años de su impresionante historia, hasta que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, intereses políticos y económicos la politizaron y desvirtuaron, siendo así como ha llegado la misma al momento actual.

Pero aun a pesar de eso, sigue viva, como apuntaba el gran Constantí Llombart (1848-1893) en su libro «Los fills de la morta viva» publicado en 1879, refiriéndose a la lengua valenciana, que, aunque los citados interesas la quieren matar, sigue estando tan viva como siempre ha estado y estará.

Inicios de las lenguas romances

El latín vulgar, que fue la forma del latín que se extendió en todo el imperio romano, en las diferentes provincias del mismo donde se consolidó como lengua vehicular, fue tomando unos giros propios que se convirtieron en unas importantes diferenciaciones léxico-gráficas-lingüísticas, y de estas diferentes formas de consolidarse el latín vulgar en las provincias del imperio romano, se derivaron las llamadas lenguas romances.

La sociolingüística actual explica este efecto de manera clara en los siguientes términos:

Una misma lengua hablada en varios lugares separados físicamente y sin conexión lingüística entre ellos, llegarán a tener en cada lugar, unos giros, expresiones y vocabulario propio, que hará que, en cada territorio se llegue a hablar de manera diferente a todos los demás, dando lugar a lenguas diferentes y diferenciadas.

De esta manera, con el paso de los años, de los siglos, del latín vulgar derivaron unas nuevas manera de hablar que tomaron consciencia de ser lenguas diferentes y diferenciadas de todas las demás. Así surgieron lenguas como el valenciano, ibicenco, mallorquín, francés, italiano, occitano, portugués, rumano, aragonés, gallego y multitud de lenguas más.

Desde que la lengua valenciana, y las diferentes lenguas romances que derivaron del latín vulgar hicieron su aparición, tomando consciencia de ser lenguas independientes y diferenciadas, cada una de ellas evolució de manera libre y autosuficiente con respecto a todas las demás lenguas, teniendo cada una de ellas sus propios giros, palabras y expresiones; formas de pronunciación y vocalización de los fonemas; particularidades lingüísticas y gramaticales y otros supuestos lexicográficos... y todo ello fue haciendo que cada lengua cobrara vida propia y evolucionara en relación a su territorio, según iban marcando los hablantes de cada lengua, que son realmente quienes construyen su lengua día a día, y no el poder político, el cual jamás debe interferir en el ámbito lingüístico.
Mas, es de pura lógica pensar que, al provenir todas las lenguas romances de la misma lengua madre, el latín vulgar, casi por imperiosa necesidad, deben parecerse en mayor o menor medida al compartir iguales raíces para las palabras e incluso por la fonética de pronunciación de las mismas, llegando incluso al extremo de compartir algunas palabras literalmente o siendo estas muy similares.

Para ejemplificar lo dicho, pondré como ejemplo algunas palabras:

Valenciano – Francés – Italiano

Menjar – Manger – Mangiare
Formage – Fromage – Formaggio
Finestra – Fenetre – Finestra

En el último ejemplo «ventana», podemos comprobar que incluso la grafía es idéntica en valenciano y en italiano.

Nuevas lenguas. Las lenguas romances

Lo dicho dio lugar a que, cada lengua nueva, desarrollada en cada uno de los asentamientos donde se habló el latín vulgar, fueran tomando un gran arraigo entre las personas de los diferentes asentamientos, y esto, con el paso de los años, de los siglos, se consolidó como la base del idioma hablado en cada uno de esos territorios, sintiéndose los habitantes de los mimos completamente identificados con sus diferentes formas de hablar.

De esta manera, la evolución que en cada territorio tomaron las diferentes lenguas romances, con el devenir del tiempo, se denominaron con el nombre del territorio que las había visto nacer y las acogía como lengua propia y vehicular de esos territorios. Así, la lengua que se desarrolló en el Reino de Valencia se denominó valenciano; la lengua que se desarrolló en el Reino de Aragón, se denominó aragonés; la lengua que se desarrolló en la Occitania se denominó occitano y, así con todas las lenguas romances que se desarrollaron en un lugar en concreto.

Es absolutamente imprescindible comentar que, cada lengua romance nueva, contó también con influencias de otras lenguas ya consolidadas, de las cuales tomaron todo tipo de préstamos léxico-gráficos.

En el caso concreto de la lengua valenciana, la misma cuenta con muchos préstamos de lenguas como el árabe, el fenicio, el griego, el bereber y otras muchas.

Como apunte imprescindible, pero breve, comentar que, en la lengua valenciana, la mayoría, por no decir todas las palabras que comienzan por el sufijo «beni-», que significa «clan» o «casa de», son de origen árabe, como así lo demuestran los topónimos:

Benifayó
Benicalap
Beniparrell
Benimarfull

También es necesario apuntar que, hemos de tener presente que, en los territorios fronterizos es frecuente que se produzca un intercambio cultural, en el cual también se incluye la lengua, pudiendo en esos citados territorios utilizarse palabras de las diferentes lenguas a ambos lados de la frontera, con sus giros, modismos y todos los supuestos ya citados, sin que esta situación altere en absoluto, el valor intrínseco y la pureza de cada lengua.

Con respecto a la lengua valenciana, por la importancia que tuvieron en su momento, es imprescindible hablar de las jarchas, constituidas por unos pocos versos compuestos en romance valenciano que se situaban al final de unos poemas más extensos compuestos en árabe o hebrero denominados moaxajas.

Y, por supuesto, multitud de elementos más que fueron conformando lingüísticamente la lengua valenciana con el paso de los siglos, y todo lo dicho se corresponde con la evolución normal de una lengua sea esta la que fuere, en esta caso en concreto la lengua valenciana, desde sus inicios hasta el momento actual.

Pero en ocasiones la evolución normal y natural de una lengua, se ve drásticamente alterada por los intereses de diversas personas, entidades, partidos políticos e instituciones, haciendo que sea la política la que defina el natural desarrollo de una lengua, imponiéndose la política en el natural devenir de esa lengua.

Cuando la política irrumpió en la lengua valenciana

Así, tomando el anterior párrafo como base de estos breves apuntes históricos de la lengua valenciana, voy a centrarme principalmente, casi en exclusiva, en la encarnizada lucha y continuos ataques que, desde antiguo la está sometiendo el poder político que emana de lo que hoy en día es la comunidad autónoma catalana, en su desmedido y enfermizo afán de fagocitar a la dulce lengua valenciana y hacerla desaparecer.

Esto, simplemente es por el motivo de que esta comunidad autónoma de España, nunca ha sobresalido por nada de manera natural y, menos aún en el ámbito literario y cultural, ya que ni siquiera a día de hoy cuenta con más de dos literatos con algún tipo de renombre por poco que este sea; por lo tanto, para que esta región española pueda tener una historia literaria y un pasado cultural, ha tenido que emprender la cruzada política de apoderarse de la impresionante lengua valenciana, la primera lengua del mundo en tener un Siglo de Oro, y además, de todos sus literatos, ya sean poetas, novelistas, dramaturgos, ensayistas, poetas festivos…

Pero, todos los buenos historiadores que saben buscar en las fuentes correctas, y no están a sueldo de la citada región española, conocen de sobra todas las mentiras y artimañas que esta triste región ha utilizado y utiliza para intentar lograr su fin, el de tener una ilustre historia literaria y cultural que, en realidad no es otra que la impresionante e ilustre historia literaria y cultural del Reino de Valencia y de la lengua valenciana.

Vita Christi, escrito por Sor Isabel de Villena

Esplendor de la lengua valenciana

Mas, para meternos de lleno en nuestro recorrido por algunos apuntes históricos de la lengua valenciana, debemos conocer lo que vamos a desarrollar y poner en valor; la lengua valenciana.
Y, para ser rigurosos con la historia, no podemos hablar de lengua valenciana desde el momento en que el cónsul romano Décimo Junio Bruto Galaico (180 a.C.-113 a.C.) fundó en 138 a.C. la ciudad de «Valentia», topónimo que, con el devenir de los siglos, derivaría en el topónimo actual, «Valencia», pues en ese momento se hablaría el latín vulgar, como ya he citado.

Pero sí podemos hablar de que durante toda la Edad Media, que es el periodo situado entre los siglos V y XV, se fue gestando el caldo de cultivo de lo que sería la lengua valenciana tal y como la conocemos hoy en día.

De esta manera, iniciaré nuestro viaje al final de la Edad Media, más concretamente en el final del siglo XIV, todo el siglo XV, y añadiendo también el principio del siglo XVI, pues fueron los siglos en los que la lengua valenciana sorprendió al mundo entero con su inconmensurable y grandioso Siglo de Oro y todos sus brillantes literatos.

En este punto es preceptivo comentar que el valenciano arcaico o medieval, el que dio origen a su Siglo de Oro, encontramos una característica que será muy importante en el devenir de la lengua valenciana y, esto es que la misma no utilizaba ningún tipo de acentuación gráfica, ni siquiera la diacrítica, entendiendo a qué acepción hacía referencia cada palabra por el contexto en el que estaba escrita.

Como ejemplo de ausencia de acentuación gráfica, comparto una página del libro «Vita Christi» máxima obra de Sor Isabel de Villena (1430 - 1490), en la que podemos ver marcada con una flecha en rojo la palabra «concepcio», sin tilde en la «o» del final de la palabra. (imagen 1).

Hoy en día esa palabra, según la normativa oficial de la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), se escribe con tilde en la última «o», «concepció», pues al valenciano moderno, se le ha introducido un sistema de acentuación gráfica, que en su momento fue bastante polémico y abrió una gran brecha entre los valencianos y valencianistas que utilizamos la lengua valenciana, derivando en dos grupos de hablantes, «los que acentuaban», y «los que no acentuaban». Actualmente este tema está totalmente superado aunque no resuelto, y tan sólo conviven en armonía ambas posturas respetándose la una a la otra.

La lengua, un elemento vivo

Ahora bien, la lengua es un elemento vivo y va cambiando y modificándose con el paso de los años, a causa de los modismos y otros supuestos que los hablantes de cada lengua van introduciendo en la misma. Pero, cada lengua, para gestionar correctamente todas las modificaciones y préstamos de todo tipo que se le van introduciendo, necesitan de unas normas, unas directrices para ser utilizada de manera que todos los hablantes de la misma lengua, puedan utilizarla con la tranquilidad de que otro hablante de esa misma lengua le va a entender, y esto se consigue gracias a la gramática de cada lengua, la cual incluye, entre otros supuestos, la ortografía y la flexión verbal.

Para este tipo de menester de normativización léxico-gráfico de la lengua, en la mayoría de las ocasiones se dispone de una entidad que vela por la integridad de la lengua, y en el caso de la lengua valenciana en un principio fue Lo Rat Penat (Sociedad de amadores de la lengua valenciana) entidad creada en 1878. Y, actualmente realiza esta actividad la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), fundada el 20 de enero de 1915 por la Excelentísima Diputación Provincial de Valencia, aunque su nombre inicial fue de Centre de Cultura Valenciana.

Aunque en ocasiones, podríamos convenir que, algunas de las directrices de la gramática no recogen directamente el habla de sus hablantes, sino que, simplemente se deciden y son consensuadas por el grupo de personas de esa entidad de confianza que normativiza la lengua.
Como ejemplo de ello cabe comentar que, en un momento dado, se decidió suprimir las «h», intercaladas en mitad de las palabras, excepto las que conformaban el dígrafo «ch», y estas desaparecieron de todas las palabras que la utilizaban.

Como ejemplo la palabra «raho», que pasó a escribirse actualmente «raó».

También en otro momento dado, se decidió sustituir las conjunciones copulativas «y, e» que se utilizaron en el Medievo, por la «i».

Mas, las entidades encargadas de normativizar la lengua, no deben inventársela ni imponer nada, sino, como decía más arriba, recoger el sentir del pueblo y la forma en cómo este habla su propia lengua, y darle formato académico, cosa que entidades como la catalanista Academia Valenciana de la Lengua (AVL), de la cual hablaré extensamente más adelante, nunca ha llegado a entender o mejor dicho, nunca ha querido entender, pues está siempre atenta de lo que le diga su amo, el Institut d’Estudis Catalans (IEC), y no lo que clama a gritos el pueblo valenciano, como debería ser.

El Caballo de Troya. Las bases de Castellón

El 21 de enero de 1932, en Castellón de la Plana se firmaron unas bases que se denominaron, «Bases per a la unificació de l’ortografia valenciana» , las cuales realmente fueron el Caballo de Troya con el que comenzaron a instaurar de una manera oficial el catalanismo y las normas catalanas en la lengua valenciana, comenzando a florecer el germen de que la lengua valenciana y catalán eran la misma lengua. Cosa que está muy lejos de la realidad, diametralmente opuesto a la realidad.

Como muestra de lo antedicho, quiero apuntar, con las palabras de Manuel Sanchis Guarner (1911-1981), quien fue expulsado de Lo Rat Penat por traición, al posicionarse en favor de la unidad de las lenguas valenciana y catalana, el cual reconoce en la obra «Gran Enciclopedia de la Región Valenciana» que:

En una reunión celebrada en Castellón de la Plana el 21 de diciembre de 1932, los representantes de las entidades y publicaciones valencianistas, animados por un plausible espíritu de concordia, aceptaron unas normas ortográficas que son una adaptación de las del Instituto de Estudios Catalanes.

Estas declaraciones son dignas de tener en cuenta, pues Guarner fue uno de los firmantes de las bases de Castellón en 1932 y, es plenamente consciente de que son una burda copia de las normas catalanas editadas en 1913.

En esas bases se amparaban e incluían, para ser utilizadas vehicularmente:

1.- La ele germinada «l.l».
2.- El grupo consonántico «tz».
3.- La conjunción copulativa «i».
4.- Un sistema de acentuación gráfico.
5.- la palabra «amb», en sustitución de la palabra «en»

Entre otras especificaciones, las cuales harían demasiado extenso este breve estudio, todas ellas, como ya dijo Guarner, tomadas de la norma catalana.

Lo Rat Penat, entidad valenciana y valencianista, en la última hoja de esas indignas bases, se quejó de no haber sido invitada a la redacción de las mismas, pero las admitió debido a su carácter transaccional y con el ánimo de ser corregidas.

Las palabras textuales de esta entidad, escritas al final de las bases fueron:

Lo Rat Penat protesta de la inconsideració que representa el que sent la més antiga societat valencianista, que tant ha fet per la Renaixença valenciana i que ha estat present en tots els moviments del valencianisme estricte, no haja segut consultada ni menys convidada a la elaboració d’aquestes normes ortográfiques; més com la seua missió fon, es i deu de continuar sent de concordia dins de la gran familia valenciana i més encara entre les diverses tendencies culturals i politiques, les accèpta a titol com son de provisionals per a que siguen tot lo més unanimes que’s puga i assolixquen l’èxit que és de deshijar. (sic)

Pero dada la malicia de estas bases, con el ánimo de prostituir la lengua valenciana, no podían convidar a Lo Rat Penat para nada y en ningún sentido, pues, de haberlo hecho, la redacción no hubiera sido la misma, ya que Lo Rat Penat se hubiera opuesto a redactar esas bases en los términos en los que fueron redactadas y hubiera abogado y exigido una redacción valenciana y valencianista con la normativa valenciana que ya existía, y esto, evidentemente, no es lo que los promotores de estas bases requerían de las mismas.

Mas, de todas las personas que firmaron dichas bases, tan sólo una, el R. P. Lluís Fullana i Mira, era filólogo, y además, el único catedrático de lengua valenciana que ha habido en la Universidad de Valencia. Todos los demás firmantes de esas indignas bases, tenían profesiones muy diversas, llegando algunas de ellas a no tener ninguna relación con el ámbito de las artes escritas, como pudieran ser, electricista, médico, empresario o similar.

El padre Lluís Fullana i Mira

R. P Lluis Fullana i Mira

Mas, el R. P. Lluís Fullana i Mira se arrepintió de haber firmado esas insulsas bases, semilla del catalanismo más rancio, y de haber hecho tal atrocidad con la lengua valenciana. Así pues, al año siguiente, en 1933, reeditó de nuevo las normas de la lengua valenciana que ya hubo publicado algunos años atrás, las cuales no se parecían en absoluto a las bases firmadas en 1932 en Castellón.

En las normas reeditadas del padre Fullana, desaparecieron todas las barbaridades copiadas del catalán, pero en el momento en que fueron reeditadas, fueron totalmente ninguneadas.
Con respecto a lo dicho, es preceptivo apuntar que, desde 1878, Lo Rat Penat tenía publicada una ortografía unificada valenciana y, posteriormente en 1915, lo hizo la Real Academia de Cultura Valenciana. Siendo estas fechas muy anteriores a la firma de las bases de Castellón en 1932.

Como ilustración de lo comentado hasta este punto, quiero compartir la primera página del libro «Apuntes para una Gramática Valenciana Popular», escrito en 1894 por José Nebot y Pérez (1853-1914). (Imagen 2).

Apuntes de gramática valenciana escritos por José Nebot y Pérez

Esto demuestra que, mucho antes de que Pompeu Fabra i Poch (1869-1948) publicara en 1898 «Contribució a la gramàtica de la llengua catalana» y el Institut d’Estudis Catalans publicara su gramática en 1913, en Valencia ya había suficiente documentación, plasmada en gramáticas, ortografías y otros textos académicos, que avalaban a la lengua valenciana, apoyando su independencia de cualquier otra lengua del mundo.

También con respecto a todo lo comentado, quiero compartir la primera página del libro «Gramatica Valenciana» (Nocions elementals), escrito en 1918 por Bernat Ortín Benedito (1893-1940). (Imagen 3).

Gramática valenciana escrita por Bernat Ortin Benedito

Sobre topónimos y nombres de las lenguas

Como apunte oportuno, en este momento es preceptivo comentar que Valencia, como ya he comentado, se fundó en 138 a.C. por lo tanto, la lengua que se originó en la misma, con el devenir del tiempo, sí que pudo tomar el topónimo de la tierra que la vio nacer. Así pues, la lengua que se gestó y siempre se ha hablado en el Reino de Valencia, llegando hasta la actualidad, se debe denominar ahora y siempre, lengua valenciana, sin ninguna posibilidad de admitir cualquier otro nombre ajeno a nuestra cultura valenciana, tradición y topónimo, que venga impuesto por los intereses políticos, económicos y partidistas.

Por el contrario, sobre el término «Cataluña», que no sobre el topónimo «Cataluña» que es otra cuestión, hay varias teorías. Unos sugieren que procede del término «castlà» de la lengua francesa; otros que procede del término «laketani», que fueron una tribu ibérica; y otros apuntan a que surgió en 1117 pues en el «Liber maiolichinus» se recoge el término «catalania».
Pero lo cierto es que el termino «Cataluña» como topónimo, surge muchos siglos después, pues cuando el 29 de junio de 1707 el Rey Felipe V (1683-1724), llamado «el Animoso», a través de los Decretos de Nueva Planta, abolió los fueros del Reino de Aragón, todos los territorios que hoy componen la comunidad autónoma catalana, continuaban siendo condados del Reino de Aragón. Y tras esta situación, todo el Reino de Aragón pasó a ser una provincia del Reino de Castilla.

Informe de la Comisión de División del Territorio español

Con esto queda demostrado que el topónimo «Cataluña», se creó aproximadamente entre los años 1707 y 1821, año este último donde sí aparece reflejado este nombre en el «Informe de la Comisión de división del territorio español», por lo tanto, es tan reciente, apenas sobre unos 200 años, año arriba año abajo, que es del todo imposible que pudiera tener literatura en la Edad Media, y por supuesto, también del todo imposible que tuviera literatos de prestigio, o simplemente literatos, pues «Cataluña» no existía como entidad territorial, y por supuesto, tampoco podía existir el catalán, pues como he comentado, la lengua toma el nombre del territorio donde nace, y nunca al revés.

Es por ello que siempre, desde lo que hoy es la comunidad autónoma catalana, han querido atribuirse como propia toda la literatura valenciana y, absorber como propios a todos los literatos del Reino de Valencia, esos que dieron lugar al primer Siglo de Oro de todas las lenguas del mundo, la lengua valenciana.

Insisto. Por lo tanto, como hasta los años indicados aproximadamente, no existía el topónimo «Cataluña», no podía existir ninguna lengua con el nombre de un lugar que no existía como entidad territorial definida.

Con esta explicación, somera pero suficiente y categórica, se pone de manifiesto qué lengua puede ser un dialecto de la otra, y evidentemente con toda seguridad antes podría ser la lengua catalana un dialecto de la lengua valenciana, y nunca jamás al revés. De hecho, la lengua catalana es en un muy alto porcentaje, propio de las más rebuscadas fórmulas químicas, como lo hizo el químico Pompeu Fabra i Poch, es puramente la lengua valenciana modificada y retorcida al extremo.

Sección de Lengua y literatura de la Real Academia de Cultura Valenciana

Firma de les Normes de El Puig en el Real Monasterio de Santa María de El Puig

Llegamos a 1979, año en que la Sección de Lengua y Literatura de la Real Academia de Cultura Valenciana, elaboró un nuevo sistema ortográfico, una nueva gramática para la lengua valenciana, muy próxima a la que presentara en su momento el padre Lluís Fullana i Mira. Ésta nueva ortografía tuvo una aceptación sin igual entre todo el pueblo valenciano y entre los valenciano hablantes, además de una adhesión unánime de intelectuales e instituciones, y esto desembocó en la celebración de un solemne acto el 7 de marzo de 1981 en el Monasterio de Santa María de El Puig, donde esta gramática nueva y a la vez heredera de la genuina tradición de la lengua valenciana, fue oficializada y adoptada por la Comisión Mixta de Bilingüismo y, publicadas por la Secretaría General Técnica de la Conselleria d’Educació del Consell Valencià.

De estas Normas del Puig quiero compartir dos páginas de las mismas, como ejemplo por su importancia como valedoras de la lengua valenciana, pero eso no quiere decir que sean las únicas páginas importantes de este magno documento.

En la primera, (Imagen 4), se puede leer:

Eliminación de la ele germinada l·l

La ele germinada (cuya grafía es «l.l») ha desaparecido de la fonética actual y por tanto del sistema ortográfico.

Y, en la (Imagen 5), se puede leer:

En términos generales se ha eliminado la acentuación gráfica, pensando en la poca utilidad que en realidad tenía y en la carga de complicaciones que suponía a la hora de aprender a escribir y en el momento de la escritura.

Nosmas de acentuación de las Normas de El Puig

Para entender esta afirmación hay que saber que el valenciano arcaico, podríamos centrarnos en el valenciano medieval, no existía ningún tipo de acentuación gráfica, así pues, era como retornar y reencontrarse de nuevo con las raíces más profundas de la lengua valenciana, aunque sí optaron de mantener la acentuación gráfica llamada diacrítica, es decir, la que diferencia dos palabras que en principio son homógrafas, para que así, dejen de serlo y facilitar la lectura, aunque en la mayoría de los casos se pudiera discernir por el contexto, a qué acepción de la palabra hacía referencia la misma.

Fuerte politización de la lengua valenciana

En mayo de 1983, se realizaron las primeras elecciones autonómicas de la Comunidad Valenciana, en las cuales, obtuvo mayoría el PSOE, siendo investido como presiente de la Generalitat Valenciana, el socialista Joan Lerma (1951), y ese mismo año al inicio del curso escolar, aun a pesar de que las «Normas de El Puig», consensuadas por todos los actores culturales de la época, y habiendo pasado a ser las primeras normas oficiales para la lengua valenciana, el gobierno socialista valenciano decidió unilateralmente, adoptar para uso oficial desde ese mismo año, 1983, el valenciano basado en las diminutas, incorrectas y transaccionales bases de Castellón. Esto fue oficial en todos los ámbitos escolares en todas las fases de la enseñanza, desde la educación infantil hasta los estudios universitarios, constituyendo el primer paso de gigante en la catalanización de la lengua valenciana, y lo que es aún peor en la catalanización de los intelectos de todas las personas que pasaron desde ese momento por el sistema educativo valenciano, habiendo creado desde ese momento un sinnúmero de generaciones catalanistas, en la mayoría de las ocasiones, sin que los mismos alumnos catalanizados se dieran cuenta de que lo estaban siendo, y muy duramente.

Durante su paso como presidente de la Generalitat Valenciana de Eduardo Zaplana (1956) desde 1995 hasta 2002, perteneciente al Partido Popular, se constituye el 23 de julio de 2001 la catalanista Academia Valenciana de la Lengua, (AVL), suplantando y usurpando todas las funciones lingüísticas y de normativización de la lengua valenciana que, hasta ese momento eran competencia en exclusiva de la Real Academia de Cultura Valenciana, dejando a esta sin capacidad de decisión sobre ningún aspecto la lengua valenciana.

La AVL, constituida en 2001, desde sus inicios se posiciona abiertamente catalanista, con el beneplácito de los partidos mayoritarios, Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a través de los cuales, dejaron que esta indigna entidad se entregara por completo a más radical catalanismo. (Imagen 6).

Recortes de diario con la catalanista AVL

Y, con estos mimbres, esta infame entidad aprueba declarar oficiales, bajo todos los supuestos, los criterios lingüísticos que decidió utilizar la Conselleria de Educación desde 1983, es decir, aprueba utilizar las bases de Castellón como normativa oficial para todos los ámbitos y bajo todos los supuestos, ninguneando y relegando a la nada a las valencianas, aceptadas y consensuadas Normas de El Puig que, como he citado, obtuvo la adhesión de la gran mayoría de entidades lingüísticas y culturales del momento, incluidas, cómo no, las decanas en materia de la lengua valenciana, que eran las que siempre habían velado por la pureza de la lengua valenciana, heredera del gran Siglo de Oro de la Lengua Valencia, la primera lengua del mundo que consiguió tener un Siglo de Oro de sus letras.

La catalanista AVL, garrote de la lengua valenciana

La puya mortal con que la ley de creación de la AVL (7/1998 de 16 de septiembre), consiguió herir de muerte a la lengua valenciana, aunque nunca la ha conseguido matar, y nunca lo hará, (como he citado al inicio), la encontramos en su artículo 5, el cual dice literalmente:

Las decisiones de la AVL, en el ejercicio de sus funciones, deberán ser observadas por todas las Instituciones de la Generalitat, por los poderes públicos, por el resto de Administraciones Públicas, el sistema educativo, y los medios de comunicación, las entidades, los organismos y empresas, de titularidad pública o que cuenten con financiación pública.

Este artículo obliga a cualquier entidad pública o que reciba fondos públicos, a tener que doblegarse ante el catalanismo más férreo y a escribir según lo que dicta la AVL, que como ya hemos visto, adoptó las normas catalanas y las ha impuesto en todos los ámbitos.

Tras algún tiempo de existencia, la AVL quiso devolverle a la RACV algo de su poder de decisión sobre el valenciano a cambio de que acentuase ortográficamente las Normas de El Puig, acercando éstas a las normas catalanas, y finalmente las Normas de El Puig, recibieron el actual sistema de acentuación gráfica.

El pueblo reiteradamente ha solicitado a todos los gobiernos valencianos que se han ido sucediendo, que cambie su política con respecto a la lengua, volviendo a las aceptadas y queridas Normas de El Puig, pero ha sido siempre desoído, pues lo ocurrido a la multi centenaria lengua valenciana, como hemos visto, no obedece a ningún tema lingüístico, sino a un puro interés político y económico, con el componente de usurpación de la gloria de la lengua valenciana, y esto no puede revertirse tan fácilmente por todos los intereses creados a través de la politización de la lengua valenciana.

La AVL, que a día de hoy está blindada dentro del Estatuto de Autonomía Valenciano y no puede ser derogada con facilidad, dada su creación y orientación de servicio del IEC y a la adopción de todo lo que emane de esta entidad catalana y catalanista, no puede luchar por conseguir desligarnos del catalán y proclamar en todos los sentidos que, el valenciano es el idioma cooficial de la Comunidad Valenciana, como dice el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, pues es esta misma entidad la que durante toda su penosa existencia, a través del IEC, está trabajando duro para conseguir su meta final, la cual es sin lugar a dudas, la desaparición de la lengua valenciana, convirtiéndola en un patois, es decir, en una variedad lingüística, principalmente oral, sin ninguna o poca literatura y además, circunscrito su uso a un lugar geográfico pequeño y muy delimitado.

Pero a pesar de las más de dos décadas que esta entidad está «escupiendo» catalanismo en cantidades ingentes, no ha conseguido ni conseguirá nunca su meta.
Uno de los máximos logros de esta indigna entidad, ha sido tomar la Universidad y conquistarla lingüísticamente, imponiendo el catalán como «derecho de conquista», obligando a la misma a enseñar filología catalana, en lugar de filología valenciana, como lo hiciera el gran catedrático de lengua valenciana, el padre Fullana. La AVL nunca ha reflejado y nunca reflejará el sentir del pueblo valenciano lingüísticamente hablando, pues está muy alejada de los intereses lingüísticos valencianos.

Con respecto al vocabulario, que es lo que todas las personas que hablan un idioma manejan a diario, aunque desconozcan por completo la gramática, esta infame entidad está utilizando un vocabulario totalmente ajeno a la lengua valenciana, tanto es así que, las personas más mayores, las que siempre han sido valenciano hablantes, se encuentran en la tesitura de que, desconocen multitud de las palabras, giros y expresiones que les enseñan a sus nietos en los diferentes centros docentes.

Como ejemplo sangrante de lo dicho, es preceptivo comentar que, esta entidad, aunque en su día admitió el adjetivo demostrativo, «este», que es el actual término utilizado en la lengua valenciana actual y viva, nunca ha dejado de utilizar, promocionar y obligar a utilizar el adjetivo demostrativo «aquest», que es el que utiliza y recomienda el IEC, aludiendo a que es un término que utilizaron los escritores clásicos valencianos, pero hay que ser serios y coherentes con lo que se dice, y más, una entidad como se supone que es la AVL, repleta de académicos, pues es del todo conocido que las lenguas están vivas y con el paso de los años van modificando su manera de hablar, su léxico y, en mayor o menor medida, todo lo que está alrededor de la lengua.

Siguiendo el razonamiento que acabo de comentar, hay que poner en valor que, los escritores clásicos valencianos…

- Utilizaban la conjunción copulativa «e», en vez de «i».
- No utilizaron nunca la ele germinada «l.l».
- Nunca utilizaron ningún sistema de acentuación gráfica, ni siquiera la diacrítica.
- Situaban una virgulilla sobre la «q», para escribir la palabra «que».
- Ponían una virgulilla sobre las vocales cuando iban seguidas de una consonante «n», para evitar escribir éstas.
- Utilizaban palabras como, «perço», como contracción de «per açò». O «perxo» como contracción de «per això».
- Utilizaban la preposición, «en» en lugar del reciente invento del término «amb».
- No usaban el grupo consonántico «tz», y en su lugar utilizaban la consonante «s», en los sufijos «-isar».

Y multitud de características y singularidades más que, requeriría un extenso ensayo aparte para poder enumerarlas y explicarlas todas.

Como apunte comentar que esta natural deriva y variación de cualquier lengua viva, no ha podido darse en el catalán moderno, pues como fue creado a principios del siglo XX, no ha tenido tiempo material para que esta tenga sus propios giros y, de que sus hablantes hayan hecho de la misma una lengua con sus propios modismos y variaciones. Es una lengua muy nueva para tener vida propia. Comparándola con una persona, apenas estaría saliendo de la infancia para meterse en la adolescencia.

Ahora bien, volviendo con el razonamiento anterior, hay que emplear siempre las mismas reglas para todos los supuestos, es decir, o se usan de escudo los clásicos valencianos para todo, y eso incluiría la eliminación de la ele germinada, el grupo consonántico «tz», el término «amb» etcétera, como ya hemos visto. O no se utilizan los clásicos como escudo para nada y se deja que el idioma vaya fluyendo, cambiando y adaptándose al habla normal de las personas en su aspecto más popular, según marquen los tiempos, confluyendo ambos supuestos finalmente en lo mismo, como cualquer persona puede comprobar. O por el contrario, se politiza la lengua valenciana, como están haciendo el PP y el PSOE en favor de unos intereses políticos y económicos con el fin de la usurpación de la lengua y la literatura valenciana, como lo es en el caso que nos ocupa de la lengua valenciana, altamente politizada y utilizada como moneda de cambio para los citados intereses políticos, culturales, lingüísticos y económicos.

Con respecto al vocabulario puro valenciano, la RACV, mucho antes de que la AVL irrumpiera brutalmente en el devenir de la lengua valenciana, editó dos diccionarios muy buenos:

Uno «Valenciano – Castellano», cuyo ISBN es, 84-85402-97-9, con depósito legal en 1997. (Imagen 7).

Diccionario Valenciano-Castellano de la RACV

Y uno «Castellano – Valenciano», cuyo ISBN es 84-85402-97-9, con depósito legal en 1997. (Imagen 8).

Diccionario Castallano-Valenciano de la RACV

Pero, profundizando mucho más en el tiempo, antes del citado diccionario de la RACV, ya en 1764, fecha muy anterior a la creación del IEC y el proceso de absorción y desaparición de la lengua valenciana por parte del más rancio catalanismo, el notario valenciano, Carles Ros Hebrera (1703-1773), escribió el, «Diccionario Valenciano – Castellano», del cual comparto su página inicial, (Imagen 9).

Diccionario valenciano-castellano, escrito por Carlos Ros

Pero mucho más anteriormente en el tiempo, tenemos que, Joan Esteve (1489-¿), publicó el «Liber Elegantiorum», en el cual literalmente expone que está:

«escrit en latina et valentiana lingua»

Es preceptivo comentar que, dl «Liber Elegantiorum» fue el primer diccionario de una lengua románica y, se trataba, ni más ni menos que de la lengua valenciana.
Todo esto viene de nuevo a poner de manifiesto que, es imposible que la lengua valenciana sea un dialecto de la catalana, pues en el año que se compuso este libro, la lengua valenciana estaba aportando al mundo su increíble Siglo de Oro de las Letras Valencianas, siendo reconocido este Siglo de Oro mundialmente, así como su lengua, la Lengua Valenciana, la cual fue una de las lenguas más importantes del Renacimiento a nivel mundial, y, como ya he citado, para la lengua catalana aún deberían pasar bastantes siglos para que hiciera su aparición, copiando, usurpando y plagiando la lengua valenciana.

La AVL, a cada paso que ha dado y continua dando, acerca más el valenciano al catalán, eliminando a su paso todas las diferencias que encuentra entre ambas lenguas, apartándose cada vez más de nuestro dulce valenciano y de lo que demanda el pueblo que lo tiene como su lengua madre y vehicular, o bien el pueblo que aun no teniendo el valenciano como lengua madre, ha adoptado esta multi centenaria lengua como propia y vehicular, hasta llegar al punto en el cual no se diferenciaran en absoluto el valenciano y el catalán, y la tan deseada unidad lingüística habrá llegado a su fin, y llegado este punto, tan sólo habrá que reemplazar el término «valenciano» por el de «catalán» en el Estatuto de Autonomía, (como ya hicieran hace muchos años en el Estatuto de las Islas Baleares), y así usurparle al pueblo valenciano todas sus raíces.

Pero, a pesar de todos los esfuerzos y dinero gastado en este sentido, no han conseguido eliminar la lengua valenciana ni lo conseguirán, pues es una lengua que los hablantes de la misma sentimos como propia y eso, ningún poder político lo podrá evitar. Nada ni nadie podrá evitar que los valencianos que ejercemos de valencianos y valencianistas, hablemos nuestra dulce y querida lengua valenciana.

Como apunte final comentar que, Ramón Llull (1232-1316), mallorquín de nacimiento, en su libro «Blanquerna» (1283-1286), compuesto aproximadamente 45 años después de la conquista del Reino de Valencia por el rey Jaime I, y unos 55 años después de la conquista de Mallorca también por parte del rey Jaime I, escribió en la portada y contraportada de dicho libro. (Imagen 10):

Libro de oraciones del entendimiento de Dios compuestos por el iluminado doctor y mártir maestro Ramón Llull. Traducido y corregido nuevamente de los primeros originales en lengua valenciana.

Blanquerna. Escrito por Ramon Llull

Dejando muy patente que en el siglo XIII ya se hablaba la lengua valencia y tenía una gran literatura y relevancia, tanta que incluso los literatos y eruditos del todos los tiempos, han traducido los libros y textos valencianos a otras lenguas.

Y esto sólo ocurre cuando una lengua es tan importante que ha generado libros, de cualquier ámbito, que son referencia precisa dentro de la rama de que trate dicho manuscrito.

Mas, ejemplos como éste, donde se pone de manifiesto que la lengua valenciana es multi centenaria y totalmente independiente de cualquier otra lengua, desde que se constituyó como lengua separada del latín vulgar, hay cientos, quizá miles, y todos ellos dejan patente la trascendencia y relevancia de la lengua valenciana en todos los aspectos, es por ello que el más rancio y envidioso catalanismo quiera para su cultura.

Con todo lo dicho, también queda muy claro y demostrado que el rey Jaime I no trajo consigo ni impuso ninguna lengua al Reino de Valencia, y esto es un hecho totalmente probado. Pero además, también se puede basar esta afirmación en todo lo expuesto en los libros de la época que fueron tan trascendente e importantes por su contenido, como el:

«Llibre dels Aveïnaments»

el

«Llibre del Repartiment»

el

«Llibre dels Fets»

o los propios Fueros de Valencia

«Furs de Valencia».

Que la lengua valenciana tuvo una importancia sin precedentes, es algo de lo que nadie puede tener la menor duda, pues sobre este punto, habla por sí mismo el Siglo de Oro de la Lengua Valenciana.

¡Vixca la lengua valenciana!

(Este breve estudio está escrito en español para poder llegar a más personas y que mucha más gente, influenciada por un entorno catalanista, pueda acceder a buena información sobre la lengua valenciana).

 
 
 

Fuente:
Web valencianista Yo soc che

 
 
 
 
     
   
 
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