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ARTÍCULO 186

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LA FINA LÍNEA DEL RESPETO

 

 
 

El respeto es un sentimiento de consideración y deferencia hacia una persona, entidad, animal o por qué no, también alguna cosa, que en teoría debería ser parte indisoluble de la raza humana e ir unido a los hombres como especie, desde que nacemos hasta que abandonamos esta tierra.

No hay nada más bonito que ese, “Pase usted. No pase usted primero.”, o ese, “Querido amigo, cómo me alegro de verte”, o frases y sentencias parecidas en las que una persona demuestra su cariño, aprecio, admiración y todo tipo de sentimientos para con una persona, animal o cosa, y externa todo un mundo de bunas vibraciones que es recibido y percibido por todos y cuantos están a su alrededor.

Pero hay personas, quizá demasiadas personas, que confunden el ser alegre y dicharachero, con ser un maleducado, grosero, soez e irrespetuoso con quien se encuentra a su alrededor, y tratan de cualquier manera a sus semejantes; pero lo peor de esos casos es que esas personas incluso piensan que están haciendo una gracia o están siendo “los más divertidos del mundo”, y a la primera de cambio comienzan a utilizar un vocabulario soez y grosero, en ocasiones plagado de insultos genéricos, e insultos para las personas que tiene a su lado, y cuando esas situaciones comienzan a darse, el respeto comienza a desaparecer hasta hacerlo por completo y comienza a generarse un malestar general, pues la persona que recibe ese trato que considera “falto de respeto”, comienza a no encontrarse a gusto en un ambiente que percibe como hostil y del cual debe de defenderse de todas las maneras posibles sin caer en la falta de respeto para no ser igual que la personas que le está faltando al respeto a él.

Debo y quiero diferenciar dos extremos. El primero es que muchos de nosotros en nuestra juventud, y no tan jóvenes, hemos tenido como saludo entre la colla de amigos ese famoso, “Ey cabrón, ¿Cómo estás?”, pero esa palabra malsonante no es tomada por nadie dentro de la colla de amigos como una falta de respeto, pues es parte del argot de esa colla de amigos, de ese nicho histórico, y por tal motivo, es asumido por todos como algo normal.

Y el segundo extremo que quiero diferenciar, son esas personas que sin ser parte de una colla de amigos, comienza a salirse de tono e insultar a los demás sin ningún motivo aparente y como decía al inicio, pensando incluso que son extremadamente graciosos y divertidos.

Hay ocasiones en las que ves una pareja, un grupo de amigos, unas personas calquiera, que están juntas más de 20 años y que a pesar de estar juntos tantos años y haber vivido tantas situaciones junto que los hace, ya no sólo compañeros o amigos, sino prácticamente una misma persona, y que aún a pesar de eso, se tienen un respeto mutuo intachable y que por más que el tiempo haya vertido sobre ellos todo tipo de bienaventuranzas o amarguras, siempre mantienen viva la llama del respeto, manteniendo entre su vocabulario ese, “Tranquila abuela, no me acordaba de esa historia”, o “Qué suerte de que estés conmigo”, aun a pesar de los años transcurridos.

El respeto mejora y afianza las relaciones entre las personas y hace que éstas puedan dilatarse en el tiempo indefinidamente, pues cuando la falta de respeto comienza a campar a sus anchas, y una persona comienza a faltarle el respeto a otra, ésta última, puede darse el caso de que intente devolver esa falta de respeto y además de manera acrecentada, pensando, “¿Qué se habrá creído ese?”, y el primero a su vez, al recibir esa falta de respeto, hará lo mismo hasta que la falta de respeto mutua acabe en un conflicto que será difícilmente salvable por ambas personas.

Pero si por el contrario, quien recibe esa falta de respeto se calla y no intenta “devolverle la pelota”, normalmente se le tomará como un poco gilipollas al que se puede chafar de cualquier manera, y no digamos cuando esa falta de respeto de comente ante terceras personas, eso amigos, puede llevar directamente a la ruptura de la amistad sin ningún previo aviso, pues no es tan sólo que se le está faltando al respeto, sino que lo está haciendo ante personas que pueden pensar que incluso ellos pueden hacer lo mismo.

Así que amigos míos, tras este panegírico en favor del respeto, sólo me queda deciros que realmente estoy muy contento de que estéis ahí, y que con el máximo respeto, os convido a que penséis en estas palabras de este humilde cornista y con el máximo respeto os convido a escuchar todos los días este que es vuestro programa, Lasartes.

 
 
 
Fuente:
Programa Lasartes del 07 de noviembre de 2014
 
 
 
 
     
   
 
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