La década de los treinta fue una de las más agitadas en España. De una monarquía-dictadura, que se denominó dictadura con rey, Primo de Rivera con el rey Alfonso XIII, llegamos a un breve espacio de tiempo que se llamó la “Dictablanda” con Dámaso Berenguer y el rey Alfonso XIII, acto seguido llegamos a la Segunda República con Niceto Alcalá Zamora como primer presidente de la misma, después a una guerra civil y de nuevo a otra dictadura, esta ya sin rey, con Francisco Franco.
Las Cortes en el tiempo de la Dictablanda, estaban cerradas hacía siete años, haciéndose todo por decreto, y esto no gustaba al pueblo, a la oposición, que buscó la manera no sólo de ir en contra de la monarquía, sino de derribarla, para lo cual materializaron el Pacto de San Sebastián; en el cual no sólo participaron todos los partidos republicanos, sino también el PSOE y otros partidos, alcanzando el acuerdo de la proclamación de la Segunda República, para lo cual, se organizó un Comité Revolucionario, y paralelamente a éste se creó un Comité Militar formado por oficiales medios de ideología republicana, cuyo objetivo era realizar un Golpe de Estado en diciembre de 1930, el cual se produjo de forma imprevista y algo desorganizada materializado en la Sublevación de Jaca, encabezada por los capitanes Galán y García Hernández, ejecutados posteriormente. El Golpe de Estado fue un fracaso por su mala gestión de acción, aunque plantó la semilla que germinaría poco después.
El Gobierno de Berenguer a renglón seguido quiso celebrar unas elecciones generales, y todos los partidos integrantes del Pacto de San Sebastián, se opusieron. Pero el Conde de Romanones que encabezaba el principal grupo monárquico, salió al paso diciendo que sólo aceptaría participar en las elecciones, si el Parlamento que saliera de ellas, tuviera carácter de Cortes Constituyentes.
Debido a la mala respuesta general que obtuvo la realización de las elecciones, aconsejaron al rey que sustituyera al Gobierno actual, y así, el 13 de febrero de 1931, se formó un nuevo Gobierno monárquico presidido por el almirante Aznar, con el que quería volver a la normalización Constitucional aunque de manera progresiva, para lo cual, primero se celebrarían elecciones municipales y posteriormente provinciales y generales, pero para sorpresa del rey, los partidos del Pacto de San Sebastián decidieron participar en pleno, pues volviendo a valorar lo que en ello se iba a consultar, decidieron que era importante para su causa.
Las elecciones municipales se celebraron el 12 de abril de 1931 y en términos absolutos, fueron ganadas por los partidos monárquicos, sin embargo en las grandes ciudades fue una rotunda victoria de los partidos pertenecientes al Paco de San Sebastián, cuyos principales dirigentes en el Comité Revolucionario continuaban en prisión. Los resultados del ámbito rural, donde mayoritariamente ganaron los monárquicos, se conocieron mucho más tarde que los de las grandes ciudades, generando esto un sentimiento general de victoria republicana.
Al día siguiente el Gobierno del almirante Aznar, se dividió entre los que abogaban por volver a la dictadura previendo un levantamiento republicano, pero otros, oponiéndose al uso de las armas, prefirieron negociar con los líderes republicanos para que el pueblo español pudiera decidir qué quería realmente. Alfonso XIII apoyó esta segunda opción y le ofreció al Comité Revolucionario formar un Gobierno y unas Cortes Constituyentes que decidirían qué régimen político querían, pero la oferta no fue aceptada, pues las elecciones evidenciaron el sentir del pueblo. Además las calles de las grandes ciudades ya estaban controladas por los republicanos, y con estas expectativas, la monarquía se desmoronó y el rey Alfonso XIII decidió abandonar Madrid el 14 de abril de 1931, día en que fue proclamada la Segunda República Española, de la cual fue el primer presidente, Niceto Alcalá Zamora. |
