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ARTÍCULO 438

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SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA BALMA

 

 
 

Santuarios en la Comunidad Valenciana hay muchísimos y todos ellos preciosos, sin lugar a dudas, pero en esta ocasión vamos a deleitarnos con un santuario que aúna belleza, una inusual construcción, endemoniados, leyenda y tradición: el Santuario de la Virgen de la Balma.

Es preciso comentar que «balma», es una palabra valenciana que significa «gruta», y el nombre de la virgen está bien sustentado, pues el conjunto de construcciones que constituyen el santuario, se encuentra en el interior de una gruta natural longitudinal erosionada por el paso de millones de años. Esta balma está frente a un bello meandro en la ribera izquierda del río Bergantes, a 700 m. de altitud, en una de las caras del monte de la Tossa a 3 km. de la población de Zorita en la comarca de Els Ports (Los Puertos) a la que pertenece, en el Maestrazgo de Castellón.

El santuario se encuentra literalmente empotrado en la citada gruta, constituyendo la misma el suelo, el techo y una o varias de las paredes de todas las construcciones, habiendo construido el hombre tan sólo el lienzo que se ve desde el exterior.

En el lugar donde hoy se haya el Santuario de la Virgen de la Balma, está documentado que desde el siglo XIII ya se consideraba sagrado. Además, algunas partes del suelo de la capilla se han datado antes de la invasión musulmana de 711. Posteriormente, en 1380 también está documentado que había una pequeña ermita dedicada a Santa María Magdalena. Algunos años más tarde, en 1408 se inician las romerías a la Balma, pero fue en 1437, cuando, en un inventario, se nombra por primera vez a la Virgen de la Balma. De esta manera, tenemos que el lugar, ya era sagrado y de culto siglos antes de la construcción del santuario en 1667 tal y como lo conocemos hoy en día.

La historia de cómo se edificó este santuario, tiene una iconografía bastante utilizada en el ámbito católico-cristiano. Dice la leyenda que un pastor de Zorita al que le faltaba un brazo o lo tenía inutilizado, según versiones de la misma leyenda, tenía pastando sus ovejas en las proximidades de la balma, cuando de pronto observó que un gran resplandor salía de ella y la curiosidad lo encaminó hacia la misma. En ese instante se le apareció la Virgen rodeada de un coro de ángeles, revelándole al pastor que había una imagen suya oculta en la balma desde los tiempos de la invasión musulmana, encargándole que fuera al pueblo y se lo comunicara a todos, con el expreso deseo de que en ese lugar se construyera un templo para venerarla, y a cambio ella garantizaría la protección a la comarca.

Y, para que todos supieran que la historia del pastor era real, le sanó el brazo o se lo restituyó, según versiones. Los vecinos y autoridades se maravillaron ante la narración y sanación del pastor y decidieron construir el templo, el cual consta de varias edificaciones, construyéndose el mismo entre los siglos XV y XVIII.

Las peregrinaciones comenzaron a crecer sin parar, y esto hizo que las rentas del santuario crecieran. Pero, sobre el siglo XVIII, lo que realmente le dio la fama a este santuario fue la creencia de que la Virgen de la Balma sanaba a los locos, y sobre todo libraba del demonio a las personas poseídas por el maligno, realizando en el santuario numerosos exorcismos. A esto lo denominaron, «La lucha contra el maligno», siendo un jurado popular aconsejado de tres brujas de la localidad aragonesa de Caspe, llamadas las «Caspolinas», quienes decidían la autenticidad de las posesiones demoníacas. Fue en este momento histórico cuando se construyó la Sala de las Danzas.

Mas, en la actualidad, se cree que los endemoniados y poseídos que acudían a la Virgen para ser exorcizados, tan sólo serían personas con enfermedades mentales como la esquizofrenia o neurológicas como la epilepsia, pues en aquel momento no se conocían estas enfermedades y podrían confundirse perfectamente con las posesiones demoníacas.

Estos exorcismos, que llegaron a ser brutales, y todo tipo de cualquier sanación de posesión del maligno, fueron prohibidos en el siglo XIX, pero, de manera más o menos secreta y oculta, se continuaron realizando durante gran parte del siglo XX.
Este santuario, como la mayoría de los establecimientos religiosos, también sufrió la Desamortización, pasando definitivamente en 1885 a pertenecer al Ayuntamiento de Zorita.
Con respecto al santuario, lo primero que vemos al inicio del camino que conduce hasta el mismo, es un «peiró», es decir, una cruz de piedra, ya documentada en 1617, cubierta con un templete de estructura piramidal y tejas azuladas, sostenido por cuatro columnas construido en 1687. El interior del mismo tiene unos frescos que representan las Virtudes y las Buenas Obras, pintado en 1860 por el pintor morellano Juan Francisco Cruella (1804-1886). La cruz fue destruida en 1936 y repuesta en 1977.

Por medio de una empinada escalera se accede a la hospedería y al ermitorio del santuario, el cual está conformado por la iglesia y la torre campanario.

A la iglesia se entra por una puerta flanqueada con pilastras acanaladas, luciendo sobre la misma una hornacina con la Virgen del Perdón, imagen que también fue destruida en la Guerra Civil y repuesta posteriormente. La iglesia, con unas dimensiones de 36 metros de longitud y 12 de anchura, ofrece una imagen especial al tener la roca viva de la montaña como techo y algunas de sus paredes. En sus laterales hay varios altares que acogen numerosos exvotos. En 1594 se forjó la reja en forma de «u» con fondo en obra, que cierra el camarín de la Virgen, la cual, como ya ocurriera con otros elementos del conjunto, no es la hallada originalmente, pues también fue destruida en la Guerra Civil. La que ahora se venera en el santuario, es la imagen que había en la iglesia parroquial de Zorita, que difiere bastante de la imagen original, la cual, era de madera policromada de unos 70 cm. y representaba una Virgen sedente con el niño en su rodilla izquierda al que le muestra una manzana con la mano derecha. El escultor castellonense Juan Bautista Porcar (1889-1974) en 1940, realizó una copia de la misma, la cual se haya actualmente en la Sala de las Danzas en el piso superior de la Hospedería.

La iglesia está situada en la base de la torre campanario, realizada en sillería, estando separada de la roca de la montaña tan sólo el segundo cuerpo de la misma, siendo la única parte de todo el conjunto del santuario, que dispone de cuatro paredes en sillería realizadas por el hombre. La cima del campanario está decorada con cuatro pináculos en sus esquinas.

El conjunto de construcciones del santuario, también cuenta con un restaurante muy recomendable de probar. Las partes están unidas por uno estrecho y alargado pasadizo tallado en la roca.

El 2 de julio de 2011 se incendió el Santuario, quemándose el altar realizado en la década de 1960, el coro construido en 1947 y multitud de partes más.

El Santuario de la Virgen de la Balma fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1979, y BIC (Bien de Interés Cultural) en 2007.

Indudablemente, es una parada imprescindible para los creyentes cristianos, para los amantes de la tranquilidad y para todas las personas que sepan apreciar lo bueno que ha salido de la conjunción entre la naturaleza y el hombre.

Zorita, en Castellón, es sinónimo de amor mariano y amor por la tradición.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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