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ARTÍCULO 390

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¡GUAPA! ¡QUE ME LO QUITAN DE LAS MANOS!

 

 
 

Sin lugar a dudas, para las personas que nos dedicamos a escribir sobre Valencia, dando una visión pretérita y presente de la misma, e intentando ensalzar nuestra cultura y nuestro patrimonio, el actual consistorio valenciano nos pone fácil una de las partes, hablar de Valencia… pero realmente, la segunda parte no nos la pone fácil, pues lo que emana habitualmente de él, no nos da pie a ensalzar a Valencia, aunque los buenos escritores, a pesar de todo, siempre encontramos la forma de hacerlo.

La triste realidad es que actualmente, «día sí, día también», el actual consistorio de Valencia, nos da motivos por los que derramar sobre el papel, a veces casi con lágrimas en los ojos, innumerables críticas ante su más que cuestionable gestión al frente del mismo y al frente de los intereses de Valencia, pues en no pocas ocasiones esos intereses están muy muy muy alejados de lo que necesita Valencia y, muy muy muy alejados de lo que quieren los valencianos, y al decir «los valencianos», me refiero a todos los valencianos y no sólo a la porción de ellos que les votaron.

Mas, en esta ocasión he de volver a hablar sobre la Plaza del Ayuntamiento, pues tras la desastrosa peatonalización de la misma, realizada mal, a trozos y con un índice de improvisación que podría ser digno de estudio y de la cual aún no se ha repuesto Valencia, pues ayudado de otras acciones osadas que rallan la incongruencia, están haciendo de la bella ciudad del Turia, un lugar en el que no se puede transitar con vehículos y casi tampoco con trasporte público, y esto podría derivar en una descentralización del centro tan grande, que el mismo podría quedarse tan sólo para las visitas turísticas y poco más.

Pero volviendo a la Plaza del Ayuntamiento, nos encontramos con tres «cosas» que, realmente en poco tiempo han sorprendido a todos, aunque algunos quieran escudarse en el buenismo para congraciarse con el poder establecido.

Hace unos días vimos con total estupor que la plaza más representativa de Valencia, la Plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra el Ayuntamiento de Valencia; el Palacio de Correos y Telégrafos, llamado edificio de Correos; el imponente edificio del Ateneo Mercantil de Valencia; el edificio Balanzá y multitud de edificaciones más, prácticamente todas ellas con una larga historia y tradición, se había convertido en un mercadillo callejero llenándose de puestos de venta ambulante, los cuales montaron sus paradas con total alegría pues, estaban en un lugar privilegiado para sus ventas y realmente ellos no tienen la culpa de que la Plaza del Ayuntamiento haya acabado así, por supuesto.

Pero no así la concejalía de Mercados que dirige el concejal de Compromís Carlos Galiana, pues aunque desde la misma nos digan que esto se ha hecho para dar visibilidad a esta actividad, porque donde habitualmente «plantan sus paradas» no pueden hacerlo, seguro que con algo de esfuerzo hubieran encontrado un emplazamiento más adecuado para realizar esta actividad, pues, la plaza más importante y representativa de Valencia, no puede ni debe estar «tomada» por personas que para animar sus ventas griten:

«¡Guapa! ¡Que me lo quitan de las manos!»
«¡A euro, a euro!»
«Tres bragas dos euros»

Pues estas cantinelas, aunque son harto conocidas por todos y seguramente también todos habremos comprado algo en alguna ocasión en estos mercadillos, no procede que se digan ante la puerta del Ayuntamiento de Valencia, pues da una imagen muy pobre de Valencia y muy alejada de ser una ciudad cosmopolita, moderna, europea… pero tendríamos que preguntar al consistorio si esa es la idea que tenían en mente al permitir y fomentar este mercadillo en la Plaza del Ayuntamiento.

Sobre el, lo, la… es decir, sobre esa cosa circular de 8 metros de diámetro que está prácticamente circundada por 500 bolsas de tela, no voy a comentar nada, pues se auto comenta sola. Mas, lo que sí me viene a la cabeza es que con lo que haya costado tal estructura, se podía haber socorrido a multitud de familias que ahora mismo, debido a todas las restricciones que ha habido en los últimos tiempos, lo están pasando muy mal, pero claro, cada persona y cada entidad tiene sus prioridades.

Y con respecto a esta última palabra «prioridades», está muy claro también cuáles son las prioridades del actual Ayuntamiento de Valencia al instalar un monolito en la Plaza del Ayuntamiento, frente a la fachada del mismo justo en esquina con la Calle de la Sangre. Un monolito de un color amarillo chillón recubierto con un panel y algunas leyendas.
Este monolito, a Dios gracias de dimensiones contenidas, pues podía haber sido tan grande como el error de ponerlo, quiere ser un monolito en honor a los movimientos sociales de Valencia, con referencia expresa al 15 M, del cual el 15 de mayo de este 2021 se cumplieron diez años.

Pero realmente, que a nadie le extrañe esta acción, pues gracias al movimiento del 15 M, y a las personas que estaban en él, y todos recordamos quiénes fueron, quien está ahora «al mando» del Ayuntamiento de Valencia, obtuvo más votos de los que nunca hubieran podido imaginar y, claro está, de alguna manera debían darle las gracias a ese movimiento que los catapultó grandemente.

Verdaderamente en los dos años que aún le queda de mandato a este Consistorio, vamos a ver muchas cosas más, tan sólo nos queda esperar que no sea demasiado tarde para Valencia.

Valencia es sinónimo de cultura y prosperidad, y aún más, con otro gobierno al frente del Ayuntamiento.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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