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ARTÍCULO 348

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A VUELTAS CON LA MASCARILLA

 

 
 

En el presente artículo no voy a entrar a valorar si la gestión del actual gobierno de Sánchez ante la pandemia ha sido buena, que no ha sigo buena. Ni voy a entrar a valorar si es preceptivo utilizar la mascarilla en todos los supuestos de nuestro día a día, que no lo es, pues al respirar dentro de la mascarilla creas una zona húmeda que es el caldo de cultivo para las bacterias, además de volver a respirar el CO2 (Dióxido de carbono), que estás expulsando de tu cuerpo, el cual puede llegar a detectarlo como un agente nocivo para el mismo y atacarlo, pudiendo llegar a producirte enfermedades por culpa del uso continuado de la mascarilla.

En este artículo tan sólo voy a comentar la efectividad de las diferentes mascarillas con respecto de lo que debían protegernos, el coronavirus.

Pero para ello, lo primero que procede es definir qué es el coronavirus y la OMS (Organización Mundial de la Salud), lo define de esta manera:

«Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV)»

Es decir, desde la gripe hasta síndromes respiratorios severos, de ahí los posibles falsos positivos del PCR (siglas en inglés de «Reacción en Cadena de la Polimersa»). Pero no es este el objetivo de este artículo.

Así pues, quizá lo más importante para este artículo, sea el tamaño del virus, que, según la revista médica británica The Lancet, propiedad de Lancet Publishing Group, el coronavirus tiene un tamaño medio de 67 nm, y un nm es una milmillonésima parte de metro, algo que debe verse a través de sistemas de microscopia electrónica.

Esto nos lleva al primer tipo de mascarillas a valorar, que son las que se pueden comprar en cualquier tienda y las que uno mismo se puede elaborar en casa con una tela colorida, bonita y con motivos de risa o personajes famosos de televisión o cómics, las cuales, no son homologadas y están elaboradas con cualquier tipo de tela, la cual va entretejida, dejando entre ese entretejido «agujeros» muchísimo más grandes que el tamaño que tiene el virus, motivo por el cual utilizar ese tipo de mascarilla, no es efectivo para protegerse del coronavirus, pues deja pasar el virus en todas direcciones y además, te está causando graves inconvenientes en todos los sentidos.

En este sentido el artículo del diario Levante-EMV del 1 de octubre de 2020, (https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2020/10/01/prohiben-mascarillas-tela-hospital-general-valencia-14298835.html) redactado por Tamara García, nos dice que el Hospital General prohíbe la entrada al mismo con este tipo de mascarillas por no ser eficientes para el cometido que se utilizan. El inicio de ese artículo dice así:

«El Hospital General de Valencia ha sido el primer centro sanitario de la C. Valenciana que emula al País Vasco y prohíbe el acceso a sus instalaciones con mascarillas de tela al considerar que no son seguras para evitar la transmisión de la covid-19.»

Los siguientes tipos de mascarilla a valorar serían las quirúrgicas, que son las que mayoritariamente se recomienda su uso, pudiendo ser del Tipo I con más del 95% de eficacia de filtración bacteriana, o del Tipo II si esa eficacia se eleva al 98%. Y si además también son resistentes a las salpicaduras de sangre y otros líquidos biológicos, se denominan IIR.

Y, a este tipo de mascarillas, debemos de añadir las del tipo FFP1, mascarillas auto filtrantes que filtran el 80% de las partículas del aire y su uso es básicamente como anti polvo; FFP2, mascarillas auto filtrantes que filtran el 94% de las partículas del aire; FFP3 mascarillas auto filtrantes que filtran el 99% de las partículas del aire; KN95 procedente de China y que van a desaparecer del mercado; y las N95, mascarilla auto filtrante que filtran el 95% de las partículas del aire y que cumple con el estándar N95 del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos de América.

De este modo, es sencillo valorar que, en este caso la FFP3 quizá sea la mejor opción para protegerse del Covid 19 (1), pero aun así, tienen un detalle a comentar esta y todas las mascarillas reseñadas, y este es que no se adhieren «herméticamente» con la piel de la cara, y como el tamaño del coronavirus es tan insignificantemente pequeño, por cualquier diminuto orificio que se pueda producir entre la cara y la mascarilla, se produce una verdadera «autopista» para que por ella se puedan introducir el coronavirus y cualquier otro virus, pues si llega hasta tu cara el coronavirus si procedente, por ejemplo, de un estornudo, este no se va a quedar en el frontal de la mascarilla, sino que el aire lo llevará a cualquier parte de tu cara, incluso a esos orificios que quedaron entre ella y la mascarilla contagiándote el coronavirus a pesar de la mascarilla. Caso más grave serían los usuarios de barba, donde la hermeticidad de la mascarilla con la piel de la cara no se dará nunca bajo ningún supuesto.

Por lo tanto, aunque se pueda sentir una sensación de seguridad con una mascarilla, sobre todo porque te lo dice el gobierno según un comité de expertos que nunca existió, esa sensación de seguridad es tan sólo un placebo, con el valor que cada uno le quiera dar.

Las únicas mascarillas que ofrecerían una protección cercana a la total, serían las que se utilizan para la protección en las guerras químicas, como la mascarilla Dräger NBC M2000 totalmente hermética y con un filtro adecuado, o las NRBQ que deben estar compuestas mayoritariamente de un material llamado butilo, que es un material resistente a la penetración de agentes químicos o nucleares radiactivos persistentes.

Aunque parezca muy «exagerado», no hemos de olvidar que estamos hablando del coronavirus, un virus mortal que ha matado a más de un millón de personas en todo el mundo y no debería ser tomado a broma.

Esto lleva indiscutiblemente a la deducción de que el uso de una mascarilla, por muy buena que esta sea, si no es hermética con respecto a la cara, podrá disminuir el riesgo de contagio, cierto, pero no suprimirlo por completo, en cambio su uso prolongado es altamente perjudicial, motivo por el cual la mayoría, o todos los países de Europa no la utilizan, y si en España se siguen utilizando, deberíamos barajar la idea de que, igual es un buen medio para recaudar fondos.

Y, llegados a este punto, no voy a entrar a valorar las incongruencias de las medidas tomadas por el gobierno.

Despierta España, hay mucho por reconstruir.

(1) Utilizo el masculino. El Covid 19, pues de un lado está aceptado por la RAE, y, por otro lado, porque aunque sea una enfermedad, que es femenina, también lo es el cáncer, el alzheimer, que también son enfermedades y se nombran en masculino.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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