Dada la trayectoria de este gobierno social-comunista que padecemos en España, no voy a entrar en todas y cada una de sus malas prácticas, que no son pocas, pues seguramente el artículo se convertiría en una enciclopedia de malas artes que ningún político debería utilizar nunca.
En esta ocasión me centraré tan sólo en una de las últimas «ocurrencias» de este gobierno que no conoce límites dentro de sus cuestionables acciones.
Esta ocurrencia, deja muy atrás la fórmula del Gran Hermano propuesta por George Orwell en su novela 1984, pues, como se dice en múltiples ocasiones, la realidad supera la ficción.
La nueva medida que pretende imponer el gobierno, es la de controlar WhatsApp, y a través de él, conocer la IP y con ello la localización exacta de todas las personas que puedan manifestarse en contra de Pedro Sánchez y su gobierno, y con ello, poder actuar contra esa persona, o entidad, de la forma que el gobierno o bien el Ministerio del Interior decidan oportuna.
Esto coarta la libertad de expresión de todo un pueblo, pues cada persona puede estar de acuerdo o no con quien ejerce el poder en su país, y debe tener la libertad para decirlo públicamente.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, redactada por las Naciones Unidas, en su artículo 19 dice:
«Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.»
Y la Constitución Española en su Título I «De los derechos y deberes fundamentales» en el punto 2 de su Artículo 10, ratifica lo dicho en la Declaración Universal de Derechos Humanos, con este texto.
«Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.»
Con esto queda muy claro que, cada persona o entidad puede expresar lo que estime oportuno sobre cualquier otra persona o entidad, y lo que pretende el gobierno que lideran Pedro Sánchez y Pablo Iglesias o Pablo Iglesias y Pedro Sánchez (tanto monta monta tanto Isabel como Fernando), es vulnerar la libertad de expresión del pueblo español, un pueblo que pacientemente y quizá con demasiada calma, está asumiendo todas las malas acciones que están realizando sus dirigentes, un gobierno quintacolumnista que desde las entrañas del propio gobierno, que se supone debían gobernar y defender, como juraron o prometieron al tomar sus cargos, están tratando de derrocarlo con todas sus fuerzas.
La situación que estamos padeciendo nos está llevando a que en España se instaure un férreo Estado Policial, en el que, si no estás de acuerdo con el gobierno establecido, no podrás decir nada en contra por temor a las represalias que el gobierno pueda realizar, y si estás de acuerdo serás un buen patriota, aunque con esa actitud ayudes a que España se hunda en la más absoluta miseria.
España debe despertar, hay mucho por reconstruir.
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