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ARTÍCULO 321

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LA CABALGATA DE REYES: ILUSIÓN EN ESTADO PURO

 

 
 

Como cada año, enero se viste con sus mejores galas de luz y color, para recibir una visita muy especial que, a todos, tanto a los niños como a la mayoría de los adultos, nos hace mucha ilusión, pues SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, en la tarde-noche del domingo día 5 de este mágico mes de enero, recorrieron algunas de las más emblemáticas calles de Valencia repartiendo para todos, alegría, ilusión y caramelos (eso sí, sin gluten), hasta llegar a su momento álgido en la Plaza del Ayuntamiento.

Todo el despliegue de medios reales para llevar a cabo esta tradicional y arraigada fiesta valenciana, comenzó sobre las 16:30 horas, cuando SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, llegaron apuestos y sonrientes, en un moderno catamarán hasta la Marina de Valencia, haciendo su entrada triunfal ante una gran multitud de personas, y personitas con ojos chispeantes, que se habían congregado allí para recibir a tan regias y mágicas visitas.
Un poco más tarde, sobre las 18:00 horas, comenzó la cabalgata propiamente dicha arrancando desde la calle Navarro Reverter, y desde el inicio, sus majestades, con sus pajes, y toda la comitiva real, fueron regalando por las calles de Valencia, caramelos, ilusión, alegría, esperanzas, fantasía… sobre todo, para los más peques de cada casa, que son, evidentemente, quienes más y mejor disfrutan ese día, ese preciso momento, pues todos han esperado un largo año para volver a ver a sus majestades, ya que, en sus cartas, les han pedido todo aquello que en verdad se merecen, pues llegada esa fecha, todos los chiquillos aseguran haber sido muy muy buenos… ¡que bonicos son!
Y a los adultos, a los que ya peinamos canas hace bastantes años, se nos cae la baba viendo como a nuestros hijos y nietos se les inunda la cara de una luz especial, y a todos ellos, sin excepción, les envuelve una impresionante alegría plasmada en una sonrisa sincera, infantil, alegre, pura… una sonrisa que es verdaderamente el mejor regalo que a todos los adultos nos pueden traer los Reyes Magos de Oriente. La sonrisa de nuestros niños.

Además, cabe destacar que este año se han creado dos nuevos personajes para esta cabalgata, Dulce y la Caramelera Real, siguiendo la norma de los últimos años de crear personajes nuevos para la Cabalgata de Reyes, necesarios hasta cierto punto, pero bueno, tendremos que admitir que innovar no está de más. Años atrás, se han creado los personajes de la Mensajera Cateria, el Paje Miquel, o, el Señor Carbón.

Aunque la tarde-noche fue bastante fresquita, y tomarse una buena taza de chocolate con churros no hubiera estado de más, la visita de SS.MM los Reyes Magos de Oriente, estaba por encima de cualquier condición climatológica, y además, este año es preceptivo decir que, la cabalgata estuvo genial con todas las carrozas adornadas maravillosamente, y una impresionante cantidad de personas disfrazadas para la ocasión, que iban desfilando acompañando a sus majestades, consiguiendo hacer que todos dejáramos al margen durante unos minutos, los posibles problemas y situaciones difíciles que pudiéramos tener. Ese era tan sólo un momento de alegría.

Mas, aunque para la mayoría de las personas pasó desapercebido, el encanto y la magia se rompe en cierta manera cuando eres consciente de que ese pedacito de magia y alegría que desfiló ante tus ojos, y, sobre todo, ante los ojitos de los niños, está condicionado a cumplir ciertas directrices totalmente ajenas al espíritu de concordia, regalos y amor fraternal que se respira ese día.

Así, este año 2020 la Cabalgata de Reyes, estuvo dedicada a la ecología, el medio ambiente y la sostenibilidad. Y, ¡ojo!, no es que esté en contra de estas loables metas, pues son unos grandes y meritorios objetivos en los que todos debemos «arrimar el hombro» en la medida de lo posible.

Lo que realmente no me «encaja» en esta celebración, en esta Cabalgata de Reyes, es que se le imponga un lema, una temática, unas directrices a seguir ajenas a la propia fiesta, pues, lo primero que vino a mi mente al ser conocedor de esta imposición, fue imaginarme a los personajes bíblicos, como Herodes plantando un árbol. O a los soldados romanos asistiendo a una conferencia sobre los métodos de energía sostenible actuales. O a los Reyes Magos tirando caramelos sin envolver, para no usar en ello papel proveniente de árboles, o plástico que tarde en degradarse cientos, miles de años.

Todo tiene su espacio para poder desarrollarse, y en el caso que nos ocupa, la Cabalgata de Reyes, tan sólo debía tener una sola temática todos los años, hacer felices a todos los niños que, son sus primeros consumidores, y los que especialmente van a disfrutar de ella, y, que, además, no entienden de esos mensajes subliminales, y en ocasiones, no tan subliminales.

Parafraseando el eslogan de una conocida tarjeta de crédito, «La sonrisa de un niño no tiene precio», y, además, no conoce de más temáticas en ese día, que no sea ver pasar a SS.MM. los Reyes Magos en los que han depositado todas sus ilusiones para que, en la noche les traigan toda la lista de regalos que hayan puesto en sus cartas.

Y, de lo que ocurrirá este domingo 12 de enero con la Cabalgata de las Reinas Magas, una cabalgata que sólo se había realizado una vez, por lo tanto sin tradición, y sin ningún poder de convocatoria, pues según los propios organizadores, no esperan más de 400 personas, (según noticia publicada por el diario Las Provincias el día 4 de enero), no voy a hablar, pues el dinero que se va a utilizar en un acto que es totalmente prescindible, podría tener un mejor fin, como regalos a los niños ingresados en los hospitales, o, porqué no, regalos a los ancianos que por estar solos y sin familiares que los mimen, se van a quedar sin regalos de reyes, con la ilusión que eso nos hace siempre a todos.

Bueno, queridos lectores, como sé que todos habéis sido muy buenos, espero que los Reyes Magos se hayan portado con todos vosotros de maravilla, os hayan traído todo lo que les hayáis pedido, y que, por un momento, hayáis podido conectar con el niño que todos llevamos dentro.

Valencia es sinónimo de cultura.

 
 
 

Fuente:
El Periódico de Aquí

 
 
 
 
     
   
 
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